Salud mental
Salud mental

La disciplina es una forma de ayudar a los niños o niñas a controlarse a sí mismos, para que puedan portarse de un modo apropiado y responsable.  Los niños y niñas aceptan mejor la disciplina cuando es justa, firme, consistente y cariñosa.  Trate de cambiar el comportamiento del niño o la niña y no su carácter.  Fije límites y ofrezca alternativas dentro de esos límites.  A los niños mayores y los adolescentes, explíqueles bien cuáles son las reglas y qué es lo que usted espera de ellos.  Sea firme y preciso.

 

Es importante prestarle mucha atención cuando le esté explicando lo que siente.  Al terminar, repita usted de manera resumida lo que escuchó.  Así su niño o niña sabrá qué le está poniendo atención y le será más fácil entender sus propios sentimientos.

Vigile el comportamiento de su hijo o hija: cuando se porte bien, incentívelo y felicítelo,  cuando se porte mal, explíquele por qué su comportamiento es inadecuado

Generalmente los niños o niñas no se portan mal, si eso no consigue la atención de sus padres.

 

Cuando su niño o niña se porte mal

  • Le recomendamos que no le grite, no le pegue. Recuerde que Usted es el adulto, no pierda el control, no grite. Si usted está enojado, tómese unos minutos para calmarse.  Explíquele que su comportamiento no es aceptable, porque es inapropiado, pero nunca   se burle de él, ni lo desprecie.
  • Una cosa que puede probar, es quitarlo  de lo que esté haciendo y sentarlo solo unos cuantos minutos (menos de cinco.  Así el niño entenderá que usted no aguantará que se porte mal.  También le dará tiempo a él para calmarse.
  • Otra forma de corregirlo es retirarlo de lo que está haciendo y colocarlo mirando hacia la pared en un rincón, ignórelo durante los minutos que permanezca allí, déjelo menos de 5 minutos. Así el niño comprenderá que su acción fue inadecuada y que Usted no permitirá que se porte mal.
  • Para disciplinar a los niños mayores, quíteles un privilegio (por ejemplo, no los deje salir de paseo o hacer algo que les guste.

 

Berrinches, Rabietas o Pataletas

Los niños a veces hacen berrinches cuando se frustran, quieren atención o quieren salirse con la suya.  Los niños suelen hacer más berrinches cuando están cansados, tienen hambre o están enfermos.

  • Sea comprensivo con el niño o niña si el berrinche se debe a frustración, cansancio o hambre.  Cálmelo, acuéstelo o dele algo de comer.
  • No pierda la calma.  Si usted se enoja, el niño sólo hará más berrinches. “No le pegue al niño o niña, eso sólo demuestra que Usted no tiene el control de la situación y no resuelve nada”. Ellos sabrán entonces que usted ha perdido el control.
  • No deje que los berrinches afecten sus decisiones respecto a la niña o niño.  No le dé cosas para que deje de hacer el berrinche.  Así aprenderá que los berrinches no dan resultado.

 

Hábitos de dormir

Los bebés tienen etapas de sueño profundo y de sueño ligero.  Dentro de un  período de cuatro

horas de sueño tiene una hora de sueño ligero, luego tiene de 60 a 90 minutos de sueño

profundo y otra media hora de sueño ligero.  Al final de este ciclo, el bebé sólo está medio

dormido y se puede despertar fácilmente.

Los padres pueden ayudar al bebé a dormir toda la noche, enseñándole a calmarse y a volverse

a dormir él solo, durante los ratos de sueño ligero.

 

Para los bebés (hasta de 2 meses de nacidos):

  • Ponga al bebé en la cuna cuando esté adormilado pero todavía despierto.
  • Enséñele desde el principio a dormir solo.
  • Cuando le dé de comer por la noche, hágalo rápidamente y divierta al bebé.
  • No despierte al bebé para cambiarle el pañal a menos que haya hecho deposición o que tenga quemadura en las nalgas.
  • Acuéstelo tarde y antes de acostarlo déle pecho.
  • A medida que el bebé vaya creciendo, trate de retrasar cada vez más la hora a que le da de comer en plena noche.  Después de los cuatro meses, puede dejar de darle de comer de noche.

 

Para los niños o niñas mayores de un año

  • Puede acompañarlo o acompañarla en su habitación, sentado pero no acostándose con él o ella.
  • Los niños y niñas necesitan dormir entre 10 y 12 horas, acostúmbrelos a dormirse temprano.
  • No les permita ver televisión sin supervisión, seleccione los canales y programas permitidos.
  • Evite alimentos muy azucarados o chocolates después de las 4 p.m. así se previenen dificultad para dormir y pesadillas.
  • Prevenga ofrecer bebidas con café, té, chocolate, gaseosas negras, pueden excitar al niño o niña y quitarle el sueño.
  • Prefiera alimentos como la avena, leche tibia, candil, changua, jugos de frutas coladas de cereal.
  • Acostumbre a sus hijos o hijas a orar cualquiera sea su creencia antes de acostarse.

 

Importancia del vinculo padres-hijo en el desarrollo

Los lazos que se establecen desde el embarazo y el afecto con el que recibe la familia el nacimiento del nuevo integrante así como el que se transmite en la lactancia, son los que introducen al nuevo ser  al campo de lo social y determinan el desarrollo de una personalidad sana. Evidencias clínicas presentadas en muchos estudios, muestran cómo el establecimiento de vínculos sanos durante el periodo perinatal, hacen que se tengan adultos sanos, en tanto que los vínculos ansiosos o inseguros se asocian con problemas en el desarrollo, desórdenes  mentales o maltrato.

Por lo anterior, tenga en cuenta que:

  • Durante los primeros dos años de vida, se desarrollan muchos sistemas importantes en el cerebro, fundamentalmente los relacionados con la vida emocional.
  • Dentro de los momentos de mayor importancia se encuentran los dedicados  a los cuidados corporales pues es allí cuando los padres trasmiten seguridad física y emocional al bebé al atender sus necesidades y  le permiten su adaptación al mundo.
  • Se debe tratar al recién nacido no como un objeto sino como a un ser que siente, observa, graba y comprende a través de la suavidad de los gestos y  de la voz.
  • Tocar al bebé, sostenerlo en brazos, acariciarlo y masajearlo  generan placer, lo que  contribuye al desarrollo de las funciones superiores del cerebro.

Dar mucho amor, mantener un contacto visual, sonreir, hablar y jugar con el bebé  fortalece en este momento evolutivo, la seguridad e independencia.

 

Cómo crear una personalidad resistente

¿Puede usted aprender a tener más dedicación y control, y a aceptar los retos de la vida?  Al parecer, sí es posible, sobre todo si empieza usted a una edad muy joven.  Usted puede ayudar a sus niños a volverse resistentes y fuertes, así:

  • Apoye y acepte a sus hijos cómo son.  Entre más aceptado se sienta un niño, mejor podrá relacionarse con otras personas y hacer compromisos.
  • Deles continuamente tareas y responsabilidades que no sean ni muy fáciles ni muy difíciles.  Las experiencias tanto con el éxito como con el fracaso seguido del éxito, les ayudarán a desarrollar un sentido de control sobre la vida.
  • Anime a los niños a aprovechar los cambios como oportunidades para desarrollarse, en vez de tomarlo como pérdidas.  Haga hincapié en el lado positivo de los cambios y enséñeles que algunas pérdidas son una parte natural de la vida.