Cundinamarca, Villeta
Martes, 09 de Marzo de 2021
Una mujer policía que ha sabido sobreponerse ante las adversidades de la vida.

 

La Patrullero Leidy Viviana Alarcón Moreno, nacida en Florencia Caquetá, con 16 años y seis meses de servicio en la Policía Nacional, labora actualmente en la estación de Policía Villeta, ha laborado en municipios como Cáqueza, Gachetá e incluso en el Departamento de Caquetá, de donde es oriunda.

Ingresó a la Policía Nacional por vocación, con el firme ánimo de servirle a la comunidad, empezó su barniz institucional en el año 2004 en la Escuela Provincia del Sumapaz, de la cual egresó ocupando los mejores puestos académicos de su promoción.

Sus deseos eran “crecer como profesional y nada mejor que hacerlo vistiendo el verde policial, para servir a la ciudadanía, y alcanzar metas personales y laborales, las cuales a la fecha he realizado”, exclamó Leidy.

Sus 52 felicitaciones y cuatro condecoraciones, reafirman el concepto que ella y quienes la conocen declaran. Se considera una persona íntegra y responsable, que actúa bajo los principios y valores institucionales, dejando en alto el precepto Dios y Patria; es para ella un orgullo, demostrar con su buen actuar la crianza que recibió por parte de María Isabel Moreno y Reinaldo Alarcón quienes son sus padres; enseñanzas que retrasmite a sus tres hermanos menores y a su hijo Santiago.

Para ella su mayor motivación es su familia, en especial su hijo, el pequeño Santiago, a quien entrega su mejor versión, su ejemplo y coraje para afrontar la vida y las vicisitudes que esta misma trae.

Su momento de lucha más duro, fue cuando laboró en la estación de Policía de Solita Caquetá, lugar en el cual sintió temor por las muchas veces en las que tuvo que refugiarse de los ataques que recibió esta estación, pero manifiesta, “aunque no fue una experiencia fácil”, esta se convirtió en una excelente experiencia de vida que le forjó carácter y le dio fortaleza para afrontar los momentos difíciles.

Su mayor deseo es ver a su hijo Santiago recuperado, resiliente de la hemiparesia espástica (parálisis cerebral) con la que vino al mundo; aunque para ella resulta doloroso, el hecho de que su hijo de ocho años no pueda desarrollar muchas actividades con la libertad deseada, ella le brinda sus alas de ángel para verlo volar tan alto como a un cóndor.