Distrito Capital, Bogotá
Lunes, 28 de Septiembre de 2020
Conocer sobre estos ecosistemas nos hará verdaderos protectores de un legado para generaciones venideras.
  • Los páramos nos necesitan

Antes de adentrarnos en el riesgo latente que corren nuestras comunidades y de manera directa su desarrollo, debemos conocer qué son y cuáles son sus beneficios. A menudo escuchamos sobre los páramos, pero poco sobre la manera en la que debemos actuar para cuidarlos y así garantizarnos un verdadero bienestar.

Estos bellos paisajes son ecosistemas tropicales de montaña que se desarrollan por encima del nivel del área de bosque y que frecuentemente se limitan con zonas nevosas; cuentan con una multitud de vegetación que los hacen especiales, lugares de cuento. 

Para definirlos no hay criterios que los delimiten, su término hace referencia principalmente a la vegetación característica que se encuentra en las altas montañas, también fueron "bautizadas" por comunidades ancestrales y trascendieron para llegar a ser mesetas desérticas y áridas batidas por el viento con características propias de los paisajes ecuatoriales de los altos Andes.

En Colombia se dan dentro de las latitudes 8º sur y 11º norte, específicamente desde el norte del Perú hasta la Sierra Nevada de Santa Marta, uniéndose con la cordillera de Talamanca y la cordillera de Mérida en Venezuela. El páramo con pastizales y frailejones propios de nuestras regiones se extiende entre los 3.500 y 4.500 metros y el superpáramo ubicado a altura mayores a los 4.500 metros.

Su clima es muy variado frente a la distribución de la precipitación pluvial (meteorología: Agua procedente de la atmosfera que se deposita sobre la superficie de la tierra), su temperatura que promedia durante el año es inferior a 10ºC en sectores que se ubican por debajo de los 3.600 metros sobre el nivel del mar.

La vegetación es de tipo arbustivo por lo que es muy frecuente encontrar matorrales, romerillo o hierba de San Juan (Hypericum laricifolium) que se establece en bajas como altas alturas de los páramos. (Calamagrostis effusa) que se reconocen por contar con hojas generalmente largas y de lámina estrecha con una flor por espícula. Frailejonales o Frailejones que podemos hallar cerca de 88 especies de este género, caracterizadas por ser bastante altas, con peciolos (Botón que sostiene la hoja) y con una inflorescencia muy llamativa en la parte media y finalmente los prados que incluyen cojines o colchones de plantas que crecen en lagunas o cubetas.

El consumo indiscriminado e inconsciente de muchas de las principales ciudades del país que toman agua para el consumo humano de las fuentes parameras les han llevado a un riesgo latente, la continua producción de papa, quemas, recolección de leña, pisoteo y pastoreo, desarrollo de obras civiles, minería e industria del turismo, se han convertido en las causales para que las fuertes temporadas de calor sean las protagonistas sumadas al calentamiento global que afectan directamente la permanencia y existencia de los páramos.

Para garantizarles su bienestar es necesario que sean conservadas y convertidas en reservas naturales protegidas, adicionalmente acondicionadas como zonas de estudio e investigación ambiental. Debemos entender que en estos espacios se albergan aproximadamente 4.700 diferentes especies de plantas, 70 de mamíferos y que son el principal pilar en la regulación del ciclo hidrológico de Colombia.

Su permanencia y preservación es asunto y responsabilidad de todos, denuncie a la línea 123 cualquier hecho que los afecte, únase a las campañas ambientales y sea semillero con los más pequeños porque ellos merecen y tienen derecho a conocerlos y acogerlos.