Bolívar, Cartagena
Sábado, 25 de Mayo de 2019
La historia de dos patrulleros quienes entregaron una silla de ruedas a un ciudadano en gesto de solidaridad.

Una patrulla al ruedo y dos corazones gigantes: Es la historia de los Patrulleros Alexander Morales y Juan Camilo Guarín, quienes le entregaron una silla de ruedas a Miguel, quien en su infancia sufrió de Polio, enfermedad que lo postró en esa silla y desde hace más de tres años recorre las calles del Barrio La Castellana en una vieja y dañada silla de ruedas.

Era un día normal para la patrulla del cuadrante 6-3, los Patrulleros Alexander y Juan Camilo, recorren las calles de su jurisdicción, garantizando la seguridad y convivencia de los habitantes del sector.

Todo cambió cuando a los lejos divisan a una persona en silla de ruedas, a quien se acercan y le realizan preguntas de rutina: Nada fuera de lo ordinario. Miguel, quien se les presentó, les comentaba que tenía problemas con su silla: Se les salían las ruedas, algunos tornillos partidos, entre otras cosas que dificultaban su desplazamiento.

Esta historia conmovió a los dos Patrulleros quienes se comprometieron a conseguirle una nueva silla de ruedas, noticia que alegró a Miguel, quien diariamente pasaba por el CAI saludando a todos los Policías.

Las gestiones se empezaron a hacer, los patrulleros conversaban con allegados para la consecución de la silla; hasta que un amigo del cuadrante llamado Jorge laguna se ofreció para la donación del elemento.

El día esperado llegó, y se le realizó la invitación a Miguel y su mamá para que llegaran al CAI Castellana, quien dichoso al ver su nueva silla de ruedas agradeció inmensamente la gestión realizada por los Patrulleros Alexander y Juan Camilo, quienes con el corazón hinchado de alegría vieron todo el esfuerzo realizado y resumido en la sonrisa de Miguel.

“Este gran gesto de la Policía Nacional me llena de mucha felicidad porque le permitirá a Miguel vivir una vida más amena, agradable y paseando por las calles del barrio.”, manifestó Gloria Prieto, madre de Miguel con la voz entrecortada.

Gracias a la gestión y al buen corazón de los integrantes de esta patrulla de vigilancia Miguel puede ahora salir alegre y sonriente luciendo una nueva silla de ruedas.