Delincuencia organizada ambiental en México, una nueva manifestación criminal del tráfico de especies
fecha de recepción: 2012/03/24 fecha de aceptación: 2012/05/10
Israel Alvarado-Martínez
Doctor en Ciencias Penales y Política Criminal
Consejero de la Judicatura del Distrito Federal
Profesor Investigador Invitado del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe). México D. F., México
israel.alvarado@inacipe.gob.mx.
Resumen
El estudio arroja la presencia de grupos delictivos organizados en el territorio mexicano, que trafi can con especies de fauna protegidas, valiéndose de las mismas rutas que utiliza el narcotráfi co y, en muchas ocasiones, mediante la diversifi cación de actividades criminales, por lo que lo mismo trafi can con personas, armas y drogas que con ejemplares de vida silvestre, y obtienen ganancias calculadas solo por debajo del tráfi co ilícito de drogas. No obstante estas características, en la legislación mexicana no existe la regulación del tráfi co de especies como una fi gura cometida por la delincuencia organizada, razón por la cual toda la gama de instrumentos excepcionales de investigación creados para investigar, perseguir y sancionar al crimen organizado no pueden emplearse para esta manifestación criminal del tráfi co de ejemplares de vida silvestre. Se ha utilizado el método de análisis de contenidos referido a libros, revistas especializadas, notas periodísticas y documentos de Naciones Unidas, poniendo énfasis en los datos que arroja la comisión de delitos ambientales, mediante grupos delictivos organizados.
Palabras clave
Delincuencia organizada, criminología ambiental, delito ecológico, tráfi co ilícito de drogas, legislación ambiental (fuente: Tesauro de Política Criminal Latinoamericana - ILANUD).
Abstract
This study shows the existence of organized criminal groups in the Mexican territory engaged in the traffi c of protected species by taking advantage of the same routes used by drug traffi ckers and, in many occasions, through the diversifi cation of illegal traffi cking activities whether of humans, arms, drugs, or wild animals. They usually obtain profi ts exceeded only by the illegal drug business. Despite these facts, no regulation exists in Mexican legislation for wildlife species traffi cking seen as an off ense committed by organized crime; therefore, all the range of exceptional instruments created to investigate, persecute and punish this kind of criminals cannot be used in these cases. The content analysis method referred to books, specialized journals and magazines, journalistic notes and United Nations documents have been used, with an emphasis on data produced by the environmental crime committee about the actions of organized crime groups.
Key words
Organized crime, environmental criminology, ecologic off ense, illegal drug traffi cking, environmental legislation (Source: Tesauro de Política Criminal Latinoamericana - ILANUD).
Resumo
O estudo produz a presença de grupos criminosos organizados em território mexicano, que trafi cam com espécies da fauna protegidas, usando as mesmas rotas usadas pelo tráfi co de drogas e, muitas vezes, através da diversifi cação das atividades criminosas. Assim mesmo trafi cam com pessoas, armas e drogas com espécimes da vida selvagem e obtêm lucro calculado só por debaixo do tráfi co ilícito de droga. No entanto essas características, na legislação mexicana não existe regulamentação do tráfego de espécies como uma fi gura comprometida pelo crime organizado, razão pela qual a gama de instrumentos de pesquisa excepcionais criados para pesquisa, perseguir e punir o crime organizado não pode ser usado para esta manifestação criminosa do tráfi co de animais selvagens. O método de análise de conteúdo referido a livros, revistas especializadas, artigos e documentos das Nações Unidas foi utilizado. Tem ênfase em dados que produz a comissão de crimes ambientais por grupos criminosos organizados.
Palavras-chave
Delinquência organizada, criminologia ambiental, crime ecológico, crime organizado, legislação ambiental, o tráfi co ilícito de droga (fonte: Tesauro de Política Criminal Latinoamericana - ILANUD).
Introducción
El propósito del artículo es señalar la existencia de grupos delictivos organizados en el territorio
mexicano que trafican con especies de fauna protegidas, e indicar: 1) cuáles son las rutas que se
utilizan para estos fines, que son las mismas que emplea el narcotráfico; 2) la diversifi cación de actividades
criminales que realizan –tráfi co de personas, armas y drogas, además de ejemplares de vida silvestre–,
y 3) la obtención de altas ganancias –calculadas solo por debajo del tráfico ilícito de drogas–.
Se pone énfasis en que, no obstante la presencia de estas características, en la legislación mexicana
no existe la regulación del tráfi co de especies como una fi gura cometida por la delincuencia
organizada. Por esa razón, toda la gama de instrumentos excepcionales de investigación creados
para investigar, perseguir y sancionar al crimen organizado no pueden emplearse para esta manifestación
criminal del tráfi co de ejemplares de vida silvestre.
En el primer apartado se trata el problema de cómo opera el tráfi co de especies en México, a
través de mercados como el de Juchitán –en el estado de Oaxaca– y el de Sonora –en la Ciudad
de México–, y cómo es que un factor de riesgo para la demanda de especies silvestres lo constituye
la vecindad con los Estados Unidos, que es el principal importador y exportador de plantas
y animales salvajes en el mundo.
Dentro del segundo apartado se da cuenta de los instrumentos internacionales que se encuentran
diseñados o contienen apartados contra el crimen organizado ambiental, particularmente
en las dos últimas décadas, y se pone en énfasis en cómo la comunidad internacional reconoce
la existencia de grupos criminales organizados que trafican con ejemplares de vida silvestre, y
en la preocupación por aplicar políticas públicas que se hagan cargo de la problemática.
El problema concreto del tráfi co de especies en México se estudia dentro del tercero y último
de los apartados, refi riéndose a las repercusiones económicas que se producen por aquella
actividad, y señalando las rutas que se utilizan en ese país para trafi car especies: la del Golfo de
México y sur-sureste, la vertiente del Golfo, norte y centro, y la del Pacífi co norte.
A lo largo del documento se indica la problemática en México para generar estadísticas confi ables
sobre el volumen del comercio ilegal de especies en peligro.
I. El tráfico de especies en México
El tráfi co ilegal de especies –según los reportes de las investigaciones de grupos ambientalistas
de talla internacional y de participación intergubernamental, así como Naciones Unidas (2003)–
ha ocupado en los dos últimos años el segundo lugar en rentabilidad, después del tráfi co de
drogas, con operaciones de millones de dólares tan solo en los Estados Unidos, situación que
se considera como uno de los factores actuales de mayor importancia para el decremento en
las poblaciones de las especies de animales.
Es ampliamente conocido que en mercados locales, como el de Sonora, en la ciudad de México,
o el de Juchitán, en Oaxaca, existe la posibilidad de conseguir a precios variados cualquier tipo de
criatura, que sea capaz de caminar, volar, nadar o arrastrarse, sin importar la situación en la que
se encuentre la especie a la que pertenece o si existen leyes o convenios internacionales que las
protejan, los cuales prohíben su captura y comercialización en determinadas circunstancias.
En el Distrito Federal, la mayoría de los expendedores de animales realizan sus actividades en el
comercio ambulante o en locales comerciales que a simple vista ofrecen solo animales autorizados,
pero discretamente satisfacen cualquier pedido faunístico de los compradores. Incluso en
poblados específi cos del sureste de México se pueden encontrar sujetos comercializando aves
a la orilla de las carreteras, que se encuentran protegidas por algún estatus especial y sobre las
que no se presenta ningún tipo de autorización para su venta.
La organización del comercio ilegal de fauna comienza en poblaciones pequeñas y aisladas, que
presentan escasa o nula vigilancia de autoridades locales o federales. Estos pueblos cumplen un
papel vital en el tráfi co, porque sirven como centros de abastecimiento y transportación de animales
en peligro de extinción. Casos como el mercado de Juchitán son ejemplos del desmedido incremento
de las actividades comerciales que se ha venido dando con ejemplares de vida silvestre,
cuya característica primigenia era la de iniciar como tráfi co menor en poblados pequeños, pero
que al paso del tiempo se ha venido transformando, a tal grado que en la actualidad comienza a
tener características muy similares a las del mercado de Sonora, en la Ciudad de México.
Quienes trafi can con animales frecuentemente ya tienen detectados a los mejores captores
o “atrapadores” de la región, quienes se encargan de buscar los animales solicitados por una
paga al día o por ejemplar obtenido, dependiendo del sistema de cada trafi cante.
Cuando ya se tiene listo el pedido de animales, hay que transportarlos hasta su destino en camiones
adaptados para ocultarlos. A veces los animales son sedados, para evitar cualquier ruido
que delate su presencia. Tal es el caso de los monos, leopardos, cocodrilos y aves adultas.
Las especies pequeñas, medianas y polluelos de aves son vendadas o amarradas de todo el
cuerpo, y se les tapa el pico con tela adhesiva, solo dejándoles espacio para respirar e introduciéndolas,
en muchas de las ocasiones, dentro de calcetines o cualesquiera ropas, con el fi n de
ocultar su existencia.
La gran demanda que se presenta en México por comprar animales en peligro de extinción
o sujetos a las normas de protección es el elemento más importante para que este mercado
negro siga operando, el cual, junto con la de cactáceas, constituye la principal demanda en el
mercado internacional.
Las razones más poderosas que mantienen el comercio clandestino de animales en México son:
1. La ignorancia o costumbres tradicionalistas, que otorgan poderes mágicos a ciertas partes
del cuerpo de los animales;
2. La compra de animales silvestres como mascotas caseras, que pone en grave riesgo su vida
al no ser organismos adaptables a los cambios bruscos del ecosistema;
3. La situación económica que enfrentan los habitantes de las zonas rurales de México, que
buscan alguna forma de ganar dinero para alimentar a su familia;
4. Que es una de las cinco naciones con mayor diversidad de vida silvestre en el planeta, y
5. Su vecindad con los Estados Unidos, que es el principal importador y exportador de plantas
y animales salvajes en el mundo (Profepa, 2012 b).
Incluso, no solo la venta es el móvil de los lugareños para la captura de los ejemplares de vida silvestre
sino también el autoconsumo, a orillas de comunidades rurales o indígenas; es decir, la depredación
de ejemplares para poder subsistir (captura de iguanas, tortugas marinas, armadillos, etc.). En
este caso, si bien es cierto que el resultado es el mismo –la afectación de las especies o del hábitat
de estas–, no es menos cierto que los móviles que motivan a estas personas son distintos. De hecho,
la peligrosidad de los sujetos varía, en mayor o menor grado de reproche, si se piensa en el individuo
que atrapa un reptil para su consumo, lo cual no es igual que si lo captura para su venta, con el fi n
de contar con escasos recursos pecuniarios para poder subsistir, o en aquellos que lo comercializan
para obtener un benefi cio lucrativo considerable, o simplemente en quienes lo adquieren con fi nes
“ornamentales” o para que les sirva de mascota.
México es uno de los reservorios biológicos más grandes de América Latina y del mundo, y por
ende, las oportunidades para el aprovechamiento racional de los incontables recursos que ofrece
deberían ser múltiples y ventajosas; sin embargo, la realidad es otra.
El costo por cada una de las especies que se trafi can de este modo varía en función del lugar
donde son adquiridos: en la zona metropolitana, en la frontera o por medio de pedidos hechos al
extranjero. Muchos de estos casos se encuentran documentados por la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente (Profepa) y la Procuraduría General de la República (PGR), como el tráfi co
de semillas de cactáceas, en Nuevo León; reptiles, en Chiapas, o pieles, detectadas en el aeropuerto
internacional de la Ciudad de México.
II. Instrumentos internacionales contra el crimen organizado ambiental
A pesar de que en las últimas décadas la persecución de los fenómenos relacionados con la delincuencia
organizada (DO) ha sido motivo de preocupación, atención urgente y absoluta prioridad a nivel mundial, persiste la reserva y recelo entre los gobiernos al momento de establecer las
pautas sobre las cuales ha de versar el discurso jurídico. Como menciona Garzón (2009: 73 y 74),
da la impresión de que no se dispone de la sufi ciente ambición –y compromiso– para abordar los
temas que permitan la superación de localismos y nacionalismos, que tanto obstaculizan la efectiva
lucha contra el crimen organizado. Hoy, como señala este prestigiado juez español, aún es
asunto pendiente una política criminal, que permita, entre otras cosas: “a) apostar por la unifi cación
legislativa, tanto en la defi nición de las conductas como en el diseño para su persecución e
investigación; b) perseguir la desaparición de los paraísos fi scales; c) iniciar el diseño de una política
de investigación criminal y asistencia política en el seno de unas Naciones Unidas radicalmente
renovadas, que la haga una organización operativa y que sirva para este nuevo desafío, y d) conseguir
un espacio judicial único, universal en este campo”. Por tanto, mientras no se superen estas
reticencias, la lucha internacional contra el crimen organizado será la crónica de una derrota.
De manera particular, cinco son los instrumentos internacionales que contemplan disposiciones
concretas en materia de delincuencia organizada relacionada con delitos contra el ambiente
y relativas al tráfi co de especies (Alvarado, 2004):
A. Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. La Habana, Cuba, 27 de agosto al 7 de septiembre de 1990.
Para este congreso, el interés de los países por plantear el tema de la DO se hizo patente, por
lo cual se abordó el asunto con mayor profundidad, y formó parte de la agenda que asumía los
asuntos de mayor importancia para los expertos que intervinieron (Naciones Unidas, 1990).
Los participantes coincidieron en poner de relieve la aparición de una nueva forma de manifestación
de la delincuencia, y determinaron la gravedad de los delitos transnacionales que eran atentatorios
contra la seguridad y la estabilidad política, económica y social de los Estados. Dentro de
las declaraciones que se hicieron al respecto, se habló de las técnicas y dinámicas complejas que
utilizaban los delincuentes, así como del hecho de que aprovechaban las lagunas e inexactitudes
legales para eludir la acción de la justicia. Por esa razón, se expresó la necesidad de adoptar instrumentos
y medidas para el combate adecuado de ese tipo de delincuencia.
Dentro de los delitos que se consideraron como posibles de ser cometidos a título de DO, fi -
guraban el tráfi co de estupefacientes, delitos informáticos y contra el patrimonio cultural, y
algunos ambientales.
Concretamente se propuso una serie de directrices, encaminadas a prevenir y reprimir la DO,
consistentes en:
a. Estrategias preventivas;
b. Legislación penal;
c. Investigación penal;
d. Actividades de represión y administración de justicia penal, y
e. Cooperación internacional.
B. Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. El Cairo, Egipto, 24 de abril al 6 de mayo de 1995.
Se estudió el tema de la DO de manera específi ca y especial, tomando en cuenta diversos documentos
y resoluciones (Naciones Unidas, 1995). Dentro del programa se incluyeron, entre
otros, los siguientes temas:
a. Cooperación internacional y asistencia técnica para el fortalecimiento de las normas;
b. Medidas contra la delincuencia económica y organizada nacional y transnacional, y el papel
de la ley penal en la protección del medio ambiente: experiencias nacionales y la cooperación
internacional, y
c. Justicia penal y sistemas policiales: capacitación de la policía y del personal encargado del
proceso penal, jueces y abogados.
En el segundo tema se expresó, por medio de los participantes, la preocupación sobre la amenaza
que ocasiona la delincuencia económica organizada en: la sociedad, la democracia, la seguridad, la
estabilidad y el desarrollo. Se señaló que ningún país puede considerarse inmune ante este fenómeno
o autosufi ciente para prevenir las múltiples manifestaciones y aspectos de la delincuencia económica
y organizada, ya que esta se dedica a diversas actividades, tales como el tráfi co de estupefacientes,
de armas, de vehículos y de emigrantes; el robo de vehículos; el contrabando de materiales y de
recursos estratégicos; fraudes y falsifi cación de tarjetas de crédito, y las relacionadas con el sector
fi nanciero (Naciones Unidas, 1995: 50), lo cual incrementa su expansión y sofisticación.
Específi camente, en la sesión plenaria de apertura, el Secretario General de Naciones Unidas se
refi rió a las nuevas formas de criminalidad, que estaban adquiriendo ventajas y benefi cios con el
perfeccionamiento de los medios de comunicación, las nuevas tecnologías de transportación,
el laxo control en las aduanas y la internacionalización del mercado, lo cual conducía a que los
delincuentes transnacionales no solo se estuvieran dedicando al tráfi co de personas, armas y
materiales peligrosos, sino también a involucrarse en la corrupción y a ocasionar daños ecológicos
y miseria (Naciones Unidas, 1995).
C. Informe del Secretario General de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal. Cooperación internacional en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional. Tráfico ilícito de especies protegidas de flora y fauna silvestres y acceso ilícito a recursos genéticos. Viena, Austria, 13 a 22 de mayo de 2003.
En su resolución 2001/12, de 24 de julio de 2001, titulada “Tráfi co ilícito de especies protegidas de
fl ora y fauna silvestres”, el Consejo Económico y Social instruyó al Secretario General para que, en
coordinación con otras entidades competentes del sistema de las Naciones Unidas, preparara un
informe en el que se analizaran las disposiciones jurídicas internas, bilaterales, regionales y multilaterales,
y otros documentos, resoluciones y recomendaciones pertinentes sobre la prevención,
la lucha y la erradicación del tráfi co ilícito de especies protegidas de fl ora y fauna silvestres por parte de grupos delictivos organizados, y sobre el acceso ilícito a recursos genéticos, así como el
grado de participación de estos grupos en dicha actividad.
Se trata del primer caso en el que se plantea la preocupación directa respecto de los crímenes ambientales y la delincuencia organizada transnacional.
1. Tráfico ilícito de especies protegidas de flora y fauna silvestres
De este problema central del tráfi co se desprendieron las siguientes situaciones internacionales:
1. Las sanciones por violaciones de las diversas leyes sobre el comercio de especies protegidas
de fl ora y fauna silvestres variaban considerablemente de un Estado a otro;
2. Varios países estimaban aún que el comercio ilegal de esas especies era regulado solo por
la vía administrativa;
3. La mayoría de las punibilidades señaladas al respecto todavía eran relativamente bajas;
4. Con frecuencia, la capacidad de respuesta estatal era limitada;
5. Parece ser que la delincuencia organizada, si bien no participa en todas las formas de tráfi co
de especies protegidas de fl ora y fauna silvestres, sí está muy presente en diversos sectores
que se encuentran involucrados con esta, y
6. Aun cuando la delincuencia organizada no participa plenamente como tal en el tráfico, gran
parte de este sí está muy organizado.
a) Participación de grupos delictivos organizados1
Sobre la participación de este tipo de grupos se dijo lo siguiente:
1. Aunque la mayor parte de los mercados ilícitos comparten entre sí numerosas características
generales, cada uno también tiene ciertas peculiaridades, que dependen de la índole de
los productos con los que se trafica;
2. Respecto del tráfi co de fl ora y fauna silvestres, la fragilidad de muchas especies en peligro
asegura un alto grado de desaparición durante el proceso de tráfi co propiamente dicho;
3. En la medida en que es más el peligro que corre una especie, mayor es el valor en el mercado
que tienen los especímenes restantes, lo cual aumenta el precio y los incentivos para el tráfi co;
4. El hecho de que se regule cierto tráfi co, en vez de prohibirlo, brinda oportunidades de evitar
el cumplimiento de las normas mediante documentos falsos, sobre todo porque quienes no
son especialistas en la materia tienen difi cultades para diferenciar las especies con las que
se puede comerciar en forma legítima de las prohibidas2;
1 Para un análisis de la distinción entre delincuencia organizada y delincuentes organizados, vid. Finckenauer, J. & Waring, E. (1998).
2 Esto resultará de especial importancia cuando se vean las características que presenta el tráfi co de madera en México,
principalmente, y de manera similar el tráfi co de especies (aves, reptiles, cactáceas, orquídeas y algunos peces tropicales).
5. Hay pocas estadísticas confi ables, a pesar de la tendencia difundida a estimar el tamaño de
esos mercados ilegales, muchos de los cuales se describen como mercados solo superados
por los de drogas o, en algunos casos, los de drogas y armas3;
6. El hecho de que existan problemas para establecer en forma precisa el volumen del comercio
ilegal de especies en peligro no signifi ca que el mercado sea insignifi cante: “se trata de
un mercado amplio y pujante, cuya demanda es considerable y con sufi cientes ganancias
para atraer tanto a la delincuencia organizada como a otros tipos de delincuentes”;
7. Derivadas de varios informes recientes, se desprenden dos posturas respecto de la intervención
del crimen organizado4:
a. Distintos grupos de “delincuentes organizados” se han diversifi cado y han ingresado en
el mercado de especies en peligro, atraídos por sus altas ganancias y escasos riesgos5, y
b. El papel de la delincuencia organizada en el comercio ilícito de fauna y fl ora es bastante
más limitado de lo que se afi rma y se centra en general en productos de mucho valor y
volumen reducido, como el caviar, los medicamentos asiáticos y las pieles de reptil.
8. No obstante esa disparidad de criterios, es sumamente probable que la delincuencia organizada
esté presente en los casos en que se puedan identifi car varias de las siguientes
características:
a. Los grupos o redes que participan en el tráfi co de fauna y fl ora recurren al soborno y la
corrupción para facilitar el trasbordo;
b. En apoyo de sus actividades, los grupos participantes en ese tráfi co son capaces de recurrir
a la violencia contra sus rivales o las autoridades de represión que intentan injerirse
en ellas, y de hecho tienden a ser violentos;
3 Se dijo que los esfuerzos por estimar el tamaño del mercado ilícito de fauna y fl ora silvestres encuentran problemas muy
importantes. Se superponen varias incertidumbres, que, a muchos respectos, son irreducibles: el número de animales o plantas
silvestres; el número de animales o plantas que son objeto, con éxito, de tráfi co ilegal a diversos clientes; el porcentaje del tráfi co
que es interceptado y los precios que se pagan. Además, los sectores y productos son múltiples y la dinámica del mercado varía
de un sector a otro. Esas incertidumbres se complican por la insufi ciencia de la información que se presenta, la pobreza de las
actividades de entrega vigilada y otras operaciones encubiertas, que son muy importantes para el proceso de adquisición de
conocimientos sobre los mercados ilegales, además del hecho de que se confía demasiado en casos anecdóticos o concretos, sin
tener sufi cientemente en cuenta la capacidad de aplicarlos de modo más amplio, su pertinencia más general o su adecuación como
muestra típica.
4 La principal razón de esas opiniones divididas son, además de los problemas más generales de reunión de datos, las importantes
difi cultades conceptuales que presenta la evaluación del papel de los grupos delictivos organizados en el comercio ilícito de fauna
y fl ora silvestres. Hay pocos casos en que esos grupos hayan sido perseguidos por participar en el tráfi co de especies en peligro.
Además, no siempre se está de acuerdo en utilizar la expresión “delincuencia organizada” o distinguir entre el delito que se
comete en forma organizada y las empresas delictivas organizadas. La gama de participantes en el mercado ilícito de fauna y fl ora
silvestres es variada. Algunas redes que actúan en el mercado constan de empresas delictivas organizadas y una pléyade de actores
y asociados secundarios, mientras que otras pueden ser simplemente redes organizadas de expertos o coleccionistas dispuestos a
violar la legislación para satisfacer su pasión. Por ello, al examinar en qué medida la delincuencia organizada participa en el tráfi co
de especies en peligro, es necesario elaborar varios indicadores, cuya identifi cación en casos concretos sugiera de forma enérgica
la participación de la delincuencia organizada.
5 El Reino Unido ha establecido, incluso en su Servicio Nacional de Inteligencia Criminal, una dependencia de lucha contra los
delitos relacionados con la fl ora y fauna silvestres, y la prensa ha citado unas declaraciones del director del servicio, según las
cuales “los delitos contra la fl ora y fauna silvestres se ven motivados por la ganancia y la codicia, y sus autores tienen también
otras características propias de la delincuencia organizada, incluidos el recurso a la violencia, la corrupción y la extorsión
para obtener los especímenes y trafi car con ellos”. La India, por su parte, estableció también en el 2002 una dependencia de
inteligencia penal sobre fl ora y fauna silvestres.
c. El tráfi co entraña métodos de ocultamiento o formas para evitar la represión, mediante
documentos falsos, cuyo grado de complejidad es considerable;
d. Se hacen múltiples envíos de fauna o fl ora, utilizando rutas, métodos y elementos facilitadores,
de efi cacia comprobada;
e. Los grupos comercian con múltiples bienes y trafi can con fauna y fl ora al mismo tiempo
que con drogas6, autos robados, armas o incluso seres humanos;
f. Las ganancias del tráfi co y la venta de fauna y fl ora silvestres se blanquean por medio de
planes complejos, en los que con frecuencia participan múltiples jurisdicciones y centros
fi nancieros extranjeros, y
g. El tráfico se realiza mediante una o más empresas fi cticias, con las que se encubren de
manera aparentemente legítima las actividades delictivas. En el caso de la delincuencia
organizada, hay pocas probabilidades de que exista un historial de actividades legales,
dado que lo más probable es que la empresa fi cticia se haya establecido, en concreto,
para encubrir el comercio ilegal.
b) Participación de la delincuencia organizada
El mercado de fauna y fl ora se divide en diversos sectores, y el papel de la delincuencia organizada
varía de manera signifi cativa de un sector a otro, según se desprende de los reportes de
los Estados miembros.
Dijo el informe de manera enfática:
En cualquier sector del mercado, es necesario investigar el papel de la delincuencia
organizada y las redes de contrabando, las empresas fi cticias que se establecen
simplemente para encubrir actividades delictivas, las empresas predominantemente
legítimas que a veces incursionan en la ilegalidad y los afi cionados y coleccionistas
entusiastas que, en algunos casos, establecen lo que se podría llamar cadenas delictivas
de suministro organizadas por los usuarios fi nales. Se tiene que examinar
también el papel de los facilitadores del mercado, prestando particular atención a
la colusión y la corrupción, así como a los vínculos entre los sectores sociales que
acatan la legislación y el mundillo delictivo.
La intervención de la DO básicamente se ha infi ltrado en el tráfi co ilícito de especies protegidas
de la siguiente manera:1. Comercio ilegal de esturión y caviar. En el mercado del caviar se encuentra la mayor parte
de los indicadores de la participación de la delincuencia organizada: nivel de violencia y
corrupción alto, comercio muy bien organizado, numerosas empresas ficticias y planes complejos para evitar las restricciones –a veces entrañan el recurso en jurisdicciones intermediarias, se hacen múltiples
envíos y el comercio produce ganancias cuantiosas,
que se integran en las ganancias legítimas de las empresas
ficticias o se utilizan para adquirir bienes de lujo– (Alvarado
y Guillén, 2006);
6 En algunos casos se utilizan culebras, caimanes y reptiles, no como bienes valiosos en sí mismos, sino sencillamente como una forma de ocultamiento. Por ello, en esos casos, los animales no son considerados una fuente adicional de ganancias, sino un medio de asegurar que no se incauten las drogas y que estas produzcan las ganancias previstas. Por esa razón, es importante distinguir entre el recurso oportunista a la fauna silvestre para encubrir el tráfico de drogas y el verdadero tráfico paralelo de drogas y flora y fauna silvestres. Sin embargo, cuando este último se produce, constituye un buen indicador de la participación de la delincuencia organizada en el comercio ilícito de an imales.
2. Pesca prohibida y tráfi co transnacional de abalón. Originado
en Sudáfrica, consiste en la exportación ilícita anual de hasta
500 toneladas del pescado. Aunque la escala del tráfi co
ilícito de abalón es mucho menor que la del de caviar, se parece
a este en varios aspectos, como el hecho de que también
lo controla la delincuencia organizada, a saber, redes
delictivas chinas;
3. Comercio de tigres. Se matan por su piel y por ciertos órganos,
que se utilizan en la medicina asiática tradicional. Un equipo
de la Secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres
(Naciones Unidas, 2003) (Cites, por sus siglas en inglés –Convention
on International Trade in Endangered Species of Wild
Fauna and Flora– ha señalado lo siguiente:
Hay suficientes pruebas para sospechar que existen rutas organizadas para el tráfico de órganos de tigres obtenidos ilegalmente y que pueden utilizarse rutas determinadas para el contrabando de determinados órganos de tigres cazados en forma prohibida. Si bien ello quizá no se aplique a todos los tigres matados de manera ilegal, sí parece probable que un número importante de animales se transporte a lo largo de esas rutas delictivas. La información confidencial suministrada al equipo parecía justificar con creces las sospechas de que ciertas pandillas organizadas de delincuentes, incluidas la mafia rusa y las tríadas chinas, tal vez participen en los delitos relacionados con la fauna y flora silvestres. Si bien varios organismos de represión señalaron al equipo su preocupación por la existencia de ese comercio organizado y esas rutas, parece haberse hecho poco para investigar las actividades delictivas ilícitas a ese nivel o infiltrarse entre sus autores.
La excepción, según el informe, es el Extremo Oriente ruso, “donde el éxito de las actividades de represión ha sido considerable, en particular cuando se han realizado en colaboración con organizaciones no gubernamentales”.
4. Comercio ilegal de plantas. Coordinado en su mayor parte por coleccionistas o especialistas,
pero vinculado en algunos casos con la delincuencia organizada. Quizás el mejor
ejemplo de esta vinculación se encuentre en el Extremo Oriente ruso, donde el comercio
ilegal de piel de tigre siberiano se realiza junto con el comercio ilegal de ginseng, y se ha
establecido un equipo especialmente destinado a “dar caza” a los comerciantes ilegales
de esta especie.
5. Comercio ilegal de aves. Caracterizado menos por el ingreso de la delincuencia organizada en
el tráfi co de especies en peligro, que por el hecho de que los especialistas en fl ora y fauna
silvestres “se convierten en delincuentes”, sin que esto signifi que que la participación de la
delincuencia organizada en el tráfi co de aves exóticas sea nula, ya que existen problemas
con los siguientes “giros”:
a. Tráfico de halcones de los países del Asia central a los Emiratos Árabes Unidos y a otros
países del Oriente Medio, que es casi con certeza una esfera en que la capacidad empresarial
individual y la delincuencia organizada se superponen, y
b. Tráfico de loros destinados a coleccionistas privados, zoológicos y tiendas de animales
en Europa y los Estados Unidos, obtenidos por la delincuencia organizada transnacional
en Brasil.
De la misma manera que los grupos delictivos organizados, el hecho de que el tráfi co de especies en peligro se realice a menudo en conjunto con el tráfi co ilegal de otros productos o sustancias, como drogas, armas, alcohol y piedras preciosas, ha llevado a algunos observadores a suponer que la delincuencia organizada transnacional participa en ese fenómeno.
6. Tráfi co de reptiles. En este tema, la delincuencia organizada parece menos importante que
las redes criminales transnacionales establecidas expresamente para trafi car con estas especies
o que algunos individuos que desempeñan un papel importante en ese comercio. Al
mismo tiempo, en general ese negocio está muy bien organizado y el comercio se realiza a
escala muy grande;
7. Tráfi co de carne de animales silvestres. Si bien no hay pruebas concretas de la participación
de la delincuencia organizada en él, ese comercio se parece al de drogas porque requiere
mensajeros, y
8. Comercio de órganos de osos. En este intervienen, en gran parte, empresas aparentemente
legítimas, mientras que los proveedores de suministros son personas físicas. Sin embargo,
hay pruebas de la participación de la delincuencia organizada en algunas zonas del mundo,
como el Extremo Oriente ruso o Canadá.
2. Observaciones finales y recomendaciones en materia de tráfico ilícito de especies protegidas de flora y fauna silvestres
1. La lucha contra el comercio de especies en peligro requiere un enfoque amplio, en el que se
aproveche el éxito logrado, se corrijan las defi ciencias e insufi ciencias en la legislación y los
esfuerzos de represión, y más allá de esta, se organicen campañas de educación y sensibilización.
Además, hay que recurrir de manera más amplia a la tecnología forense (criminalística)
y a las alianzas entre los sectores público y privado;
2. La efi cacia de la aplicación de la Cites depende sobre todo de la voluntad de las partes en la
convención de suministrar recursos sufi cientes a nivel nacional para asegurar que se prevenga
el comercio ilegal y que las disposiciones se cumplan a cabalidad;
3. Solo reconociendo la existencia de actos delictivos relacionados con la fl ora y fauna silvestres,
así como el comercio ilícito al respecto, y tratando de reducir el fenómeno a su justa
medida, se puede encarar con éxito el problema;
4. Se debe alentar a los Estados a formular y aplicar políticas nacionales más amplias, en las
que se prevean penas más graves. Con ello se relaciona la importancia de recurrir a otras
medidas, elaboradas inicialmente en la lucha contra la delincuencia organizada. El recurso,
en la legislación y los procedimientos, a la incautación y confi scación de bienes puede ser
importante para reducir el producto del tráfi co. Las operaciones encubiertas y la vigilancia
electrónica pueden ser benefi ciosas para las actividades policiales basadas en información
confi dencial;
5. Utilización de grupos de tareas, preferiblemente multidisciplinarios, establecidos con el
mandato de centrar su atención en un solo problema o conjunto de objetivos. Las operaciones
relacionadas con determinadas especies, como los reptiles, las aves o las plantas,
pueden servir, además, para sensibilizar con respecto al comercio ilegal y revelar su alcance
y sus métodos. El propósito de esas medidas es introducir un mayor grado de riesgo en
mercados y sectores delictivos, que, con demasiada frecuencia, se han caracterizado por sus
riesgos limitados y ganancias cuantiosas;
6. El éxito de los esfuerzos por contener el comercio ilícito de fauna y fl ora silvestres dependerá,
además, de la capacidad de luchar contra las prácticas corruptas de las personas encargadas
de aplicar la Cites y de ofrecer alternativas económicas viables a la caza prohibida con
fi nes de subsistencia, en los países en desarrollo;
7. Se necesita una cooperación internacional más efi caz, que incluya alianzas entre los sectores
público y privado. Estas pueden ayudar a suministrar recursos adicionales a los organismos
gubernamentales, para que luchen contra la caza prohibida y el tráfi co. Además,
el personal más importante de organizaciones no gubernamentales, como Traffi c7, puede
colaborar de manera estrecha con los organismos locales de represión, para lograr importantes
incautaciones y arrestos;
8. Se debería recurrir de modo más amplio a la ciencia y la tecnología, dado que los laboratorios
forenses pueden ayudar a identifi car diversas especies y determinar qué delitos se
han cometido en realidad. La tecnología de la información brinda oportunidades de rastrear
mejor las especies y desarrollar bases de datos que ofrezcan una imagen más cabal de la
dinámica y evolución de los mercados y rutas de tráfi co. Asimismo, puede facilitar la integración
de datos sobre redes delictivas, con inclusión de las empresas, los particulares y las
organizaciones que participan en el comercio ilegal de fauna y fl ora silvestres, y
9. Respecto a la demanda, se debería promover más el aumento de la sensibilización. Se ha
tenido éxito en algunos países con las campañas destinadas a aumentar la sensibilización sobre las especies en peligro entre los grupos de usuarios de medicamentos asiáticos tradicionales.
Ampliar esas campañas podría ser particularmente benefi cioso, sobre todo en
relación con la carne de animales silvestres y la lana de shahtoosh.
D. Informe 2003 de la Unión Europea sobre la delincuencia organizada. La Haya, 21 de octubre de 2003.
Casi medio año después del informe de Viena, este tuvo verifi cación, pues a diferencia de aquel –que fue de naturaleza “internacional”–, es sectorial; solo atiende a datos de la UE.
Como una de las formas en que tiene verifi cación la delincuencia organizada, se mencionaron dos:
1. Tráfi co de plantas y especies, y
2. Deshecho de residuos peligrosos.
Al respecto se dijo lo siguiente:
Los delitos medioambientales suponen un campo políticamente prioritario, así
como un modo de conseguir grandes benefi cios con un bajo riesgo para los grupos
de delincuencia organizada. En lo que al tráfi co ilegal de plantas o especies animales
en peligro de extinción se refi ere, resulta difícil cuantifi car la proporción de estas actividades
relacionadas con la delincuencia organizada en comparación con los bienes
de este tipo interceptados a los turistas, con o sin conocimiento de causa.
Por otra parte, el deshacerse de forma ilegal de residuos continúa teniendo una incidencia
particularmente importante en Italia, si bien también se ven afectados otros
Estados miembros8.
Se debe mencionar que en esas mismas fechas –una semana después, precisamente–, el
28 de octubre del 2003, tuvo verificación la aprobación de la Declaración sobre seguridad
en las Américas, en la ciudad de México, y mientras que la UE ya tomaba conciencia de la
necesidad de que los delitos contra el ambiente fueran considerados como delincuencia
organizada, la OEA señaló lo siguiente: que el “lavado de activos, el secuestro, el tráfico
ilícito de personas, la corrupción y los crímenes relacionados se tipifiquen como delito en
el Hemisferio”; es decir, que debían considerarse como delitos de primer piso, susceptibles
de cometerse por los grupos org anizados9.
E. Undécimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Justicia Penal. Bangkok, Tailandia, 18 a 25 de abril de 2005.
Con el rubro de “Medidas efi caces contra la delincuencia organizada transnacional”, la Secretaría General de las Naciones Unidas elaboró un documento, en el que se pone de manifi esto la creciente preocupación de la comunidad internacional por combatir conductas dañosas al ambiente, que pueden ser ya consideradas como llevadas a cabo por la delincuencia organizada.
8 Vid. sección 18 del apartado “6.2. Tipos de delitos”, en la modalidad de “Tráfi co ilegal”.
9 Vid. sección 25 de dicho documento. Consultable en http://www.oas.org/documents/spa/DeclaracionSecurity_102803.asp.
Como es bien sabido, debido al proceso de globalización, las conductas delictivas han ido sufriendo
cambios importantes, tanto a nivel de estructuras delictivas como de formas de llevar
a cabo los delitos, lo cual implica transformaciones signifi cativas en las relaciones de los grupos
delictivos y la forma en que funcionan internamente.
Al decir de Naciones Unidas, “en el último decenio… las organizaciones delictivas se han ido
extendiendo para abarcar una amplia variedad de actividades ilícitas. Muchos grupos delictivos
organizados han diversifi cado sus actividades y han surgido nuevos grupos en varios sectores
incipientes y especializados”. En la actualidad, los grupos delictivos también han incursionado
de manera insistente en el “tráfi co de armas de fuego, objetos culturales y recursos naturales”.
Una parte muy importante de los señalamientos que se hacen en el documento en mención es
que las estructuras orgánicas y los métodos de esos grupos han sufrido cambios importantes10,
al grado de considerarse que:
En general han dejado de ser grandes organizaciones con una estructura jerárquica
para pasar a ser pequeños grupos o redes de individuos con aptitudes especiales.
Paralelamente al proceso de globalización ha habido una explosión de redes
complejas de organizaciones delictivas que abarcan numerosos países, cuyos gobiernos
no siempre tienen la misma capacidad para abordar el problema. Los grupos
delictivos también tienden cada vez más a “encargar” algunos componentes
de sus actividades a otros grupos o a formar alianzas estratégicas tanto con sus
competidores como con sus colaboradores. Esa nueva tendencia a la formación
de redes de grupos delictivos es, en parte, fi el refl ejo de la utilización creciente de
tecnología para facilitar las comunicaciones. En resumen, hay pruebas de que los
delincuentes se vienen organizando en forma cada vez más extendida y dinámica
y han ampliado el alcance geográfi co de sus operaciones y sus esferas de acción.a
En el documento, el apartado “II. El tráfico ilícito y el papel de la delincuencia organizada: sectores
clave y medidas pertinentes” contiene once subdivisiones, que se refi eren a actividades
delictivas llevadas a cabo por la delincuencia organizada11, de las cuales cinco son de especial
relevancia en materia ambiental:
1. Utilización y tráfico de explosivos;
2. Tráfico de especies amenazadas;
3. Tala ilícita;
4. Tráfico de sustancias que agotan la capa de ozono, y
5. Comercio ilícito de desechos peligrosos.
10 Vid. § 4. 11 A. La trata de personas, B. El tráfi co de migrantes, C. El tráfi co de armas de fuego, D. La utilización y el tráfi co de explosivos, E. El tráfi co de órganos humanos, F. El secuestro, G. El tráfi co de especies amenazadas, H. La tala ilícita, I. El tráfi co de sustancias que agotan la capa de ozono, J. El comercio ilícito de desechos peligrosos y K. El tráfi co de bienes culturales.
Según el informe, el papel de la delincuencia organizada en el tráfi co de especies es de tal magnitud,
que INTERPOL calcula que el comercio ilícito “ya ocupa el segundo lugar en cuanto a su
volumen fi nanciero, después del narcotráfi co”12.
A pesar de que se dice que las ganancias son altísimas, la información a nivel mundial, tanto
sobre el alcance del tráfi co como acerca del papel que en él desempeña la delincuencia organizada,
sigue siendo defi ciente.
Según la ONU, “eso se debe, en parte, a la forma irregular en que los Estados presentan información
a la secretaría de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas
de fauna y fl ora silvestres. Incluso en algunos países desarrollados no existe ninguna
entidad central para la reunión de información, a menudo porque se asigna escasa prioridad al
tráfi co de especies amenazadas”13.
Al decir del informe, existen numerosos indicadores de la importancia y el aumento del problema14,
que de manera esquemática aquí se presentan:
1. Las grandes ganancias que rinde ese tráfi co, que, por unidad de medida y según el producto, pueden sobrepasar las obtenidas con los narcóticos, los diamantes y el oro, y los riesgos
comparativamente escasos que entraña;
2. La organización montada para explotar en forma ilícita algunas especies amenazadas, entre otras cosas, en lo que respecta a la obtención de contratación y remuneración de cazadores
furtivos durante períodos prolongados;
3. El hecho de que el procesamiento y la venta posterior de especímenes obtenidos ilícitamente suelen ser una empresa compleja, que exige conocimientos especializados y cierto
volumen de capital fi nanciero;
4. La longitud de las rutas del contrabando, que pueden cruzar varias fronteras internacionales, y los medios sofi sticados de tráfi co y ocultación, que entrañan la participación de un
gran número de personas y un alto grado de organización;
5. La complejidad de la falsifi cación de permisos y certifi cados genuinos que autorizan el comercio
de fauna y fl ora silvestres y de los sellos de seguridad utilizados en los documentos
de la Convención por los Estados parte, y
6. El hecho de que ciertas fuentes policiales indican que las personas involucradas en delitos
graves perpetrados contra la fauna y la fl ora silvestres suelen tener antecedentes de otra
actividad delictiva o son miembros conocidos de grupos delictivos organizados.
El problema sigue siendo el mismo que se presentaba a nivel internacional en materia de delincuencia organizada en general: los Estados no han ajustado su legislación nacional, con el objeto de sancionar penalmente el comercio ilícito de especies amenazadas de fauna y fl ora
silvestres, a pesar de estar obligados a ello15.
12 Para el momento en el que se elaboró el documento (las Medidas efi caces contra la delincuencia organizada transnacional), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) calculaba que el comercio mundial total en animales, plantas y sus subproductos ascendía a unos 160.000 millones de dólares por año, sobre la base de los valores de importación declarados, que abarcan cientos de miles de especies vegetales y animales. Vid. § 24.
13 Vid. § 34.
14 Vid. § 35.
Para resolver parte del problema, las Naciones Unidas reconocen que:
…es necesario que los Estados Miembros formulen y apliquen políticas nacionales amplias que comprendan, incluso, la revisión de su Código Penal, con miras a garantizar que esos delitos sean sancionados con penas que guarden relación con su gravedad16.
III. Problemática en materia de tráfico de especies en México
En México, el saqueo de especies protegidas se lleva a cabo principalmente con aves canoras
y de ornato (S/A, 2012), así como ejemplares de cactáceas, reptiles y monos (Notimex, 2009 d).
No obstante la creciente afectación de los recursos naturales y la detección de trafi cantes de
ejemplares de vida silvestre y de madera, el discurso ofi cial es en el sentido contrario, sosteniendo
que el tráfi co de especies ha decrecido, debido a que “cada vez permea más en la sociedad la
conciencia de no trafi car con animales” (Notimex, 2009 d); esto como consecuencia del trabajo
y las campañas realizadas por las organizaciones no gubernamentales y el gobierno federal, en
específi co la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Según la visión de la Profepa, antes nadie entendía que el tráfi co de vida silvestre era un delito y
“a todo mundo le parecía natural tener en su casa cualquier tipo de animal sin ningún registro,
estuviera o no en peligro de extinción” (Notimex, 2009 d).
15 Según el reporte, “en algunos Estados parte del comercio ilícito de fauna y fl ora silvestres no se considera delito y es tratado con
arreglo a reglamentaciones administrativas”.
16 Vid. § 37.
Sin embargo, debido a su ubicación geográfi ca y gran diversidad de fl ora y fauna, México se ha convertido
no solo en puente del tráfi co de estupefacientes, armas e indocumentados entre América
Latina, Norteamérica y Europa, sino también del tráfi co ilegal de vida silvestre, con operaciones clandestinas
anuales que se cree que rebasan los 635 millones de animales y plantas (Notimex, 2009 b).
El tráfi co ilegal de especies siempre tiene una característica común: se lleva a cabo mediante la
ausencia de autorizaciones de los Estados activos o pasivos (en cuanto a la exportación e importación),
sea porque no se pretende tramitar, por las limitantes que ello conlleva o bien porque, aun
cuando se desearía tramitar la autorización, esta no sería factible, ya que algunos ejemplares no
son susceptibles de comercialización mediante la aplicación de la Cites.
A. Repercusión económica
Entre los especialistas mexicanos se dice que el tráfi co de especies y de madera es un negocio
millonario, valuado en dólares, que, “en su carácter ilegal, sólo (sic) puede equipararse con el
narco y el tráfi co de armas” (S/A, 2012)17.
Con estas conductas ilícitas se proyecta que la economía nacional pierde con esas actividades
alrededor de 754 mil millones de pesos anuales, lo que equivaldría al 10% del PIB nacional, según
expertos del tema (S/A, 2012).
De acuerdo con World Wildlife Fund. (1994: 55 y ss.), el comercio internacional arroja las siguientes cifras:
17 Según María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz A.C., un perico cuesta en la capital mexicana entre 1.500 y 2.500 pesos mexicanos. En Estados Unidos y Europa el pago es hasta de 2.000 dólares (más de 25.000 pesos mexicanos). Según el propio director general de Inspección y Vigilancia de la Vida Silvestre de la Profepa, José Bernal Stoopen, las cifras del comercio ilícito de especies alcanzan “límites inimaginables”. Vid. “Crece tráfi co de especies”, loc. cit. La información es coincidente con el “Informe del Secretario General de la Comisión de prevención del delito y justicia penal. Cooperación internacional en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional. Tráfi co ilícito de especies protegidas de fl ora y fauna silvestres y acceso ilícito a recursos genéticos” de Naciones Unidas, derivado de la reunión que tuvo lugar en Viena, Austria, del 13 al 22 de mayo del 2003. En el informe se dice que “los esfuerzos por estimar el tamaño del mercado ilícito de fauna y fl ora silvestres encuentran problemas muy importantes. Se superponen varias incertidumbres que, a muchos respectos, son irreducibles: el número de animales o plantas silvestres, el número de animales o plantas que son objeto, con éxito, de tráfi co ilegal a diversos clientes, el porcentaje del tráfico que es interceptado y los precios que se pagan. Además, los sectores y productos son múltiples y la dinámica del mercado varía de un sector a otro. Esas incertidumbres se complican por la insufi ciencia de la información que se presenta, la pobreza de las actividades de entrega vigilada y otras operaciones encubiertas que son muy importantes para el proceso de adquisición de conocimientos sobre los mercados ilegales, además del hecho de que se confía demasiado en casos anecdóticos o concretos sin tener sufi cientemente en cuenta la capacidad de aplicarlos más ampliamente, su pertinencia más general o su adecuación como muestra típica”.
La demanda en México es un tema preocupante. Por un lado, no se cuenta con una verdadera y confiable base de datos que arroje las cifras reales, puesto que no existe un sistema de cruzamiento de datos entre las autoridades encargadas de controlar el tráfico de especies, concretamente la Profepa y PGR18. Por otro lado, los datos con los que cuentan ambas instituciones no se encuentran actualizados, ni toman en consideración la cifra negra19.
Según algunos datos (González & Montelongo, 1999: 597):
…el valor del comercio internacional de vida silvestre ha sido estimado entre 5 y 8 billones de dólares, aunque tal estimación es difícil de sostener. Estas cifras no cubren peces y madera, categorías de vida silvestre cuyo comercio es de gran valor y cuya inclusión podría llevar la estimación a seis o diez veces más arriba.
En México, el proceso comercial de la fauna silvestre se origina, prácticamente sin excepción, en
la captura (legal o ilegal) de animales libres en la naturaleza. Captura que es realizada por personas
de origen netamente rural (Alcérreca et al., 1998: 55).
La demanda de ejemplares de vida silvestre se ha convertido en una verdadera pesadilla para
el ambiente, a tal grado que esta se sitúa como la segunda causal de extinción de las especies
animales silvestres en todo el mundo, solo precedida por la destrucción del hábitat por motivos
básicamente de cambio de uso de suelo para el cultivo y la ganadería o por fi nes de tala (Alcérreca
et al., 1998: 57; Mesta, 2002: 195).
El combate a los infractores se debe presentar desde la perspectiva internacional y no solo nacional, como lo señalan Glender (1994: 255 y 256) y Mesta (2002: 195):
Las dimensiones de problemas ambientales como éstos trascienden las fronteras
y las capacidades de los Estados necesarias para su atención. Las posibilidades de
los gobiernos para actuar aisladamente disminuyen y estos se ven en la necesidad
de cooperar para hacer frente a los problemas ambientales, tanto locales como
globales, pero también para reducir los posibles confl ictos que podrían generarse
con otros Estados.
…las amenazas a los ecosistemas y recursos naturales generalmente so pueden ser
reguladas y atendidas de manera efectiva por los estados de manera aislada. Es necesario
que existen marcos legales intefrados en materia de prevención y control de
especies exóticas al nivel nacional, regional e internacional (sic).
18 Según los datos más recientes proporcionados por la PGR, la incidencia delictiva en materia de delitos contra el ambiente fue de 1.229 de 109.629, lo que equivale al 1,12%, cifra que incluso es mayor que los 403 en materia de delincuencia organizada, equivalente
al 0,37% del total de México, cometidos del 1 de enero al 31 de diciembre del 2006.
19 En este punto resulta importante resaltar la disparidad de precios en los mercados ilícitos nacional e internacional, puesto que, según
información de la Dirección General de Vida Silvestre, Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental, de la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, en el año de 1996 una cotorra cabeza roja (Amazona viridigenalis) se cotizaba en 400 pesos en el
mercado local, frente a 1.500 dólares en el mercado internacional, en tanto que las orquídeas, cuyo valor nacional oscila entre los 30 a
300 pesos en el mercado mexicano, palidecen frente a la cuantiosa cantidad de 10.000 dólares en el mercado internacional.
La información procede de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Ecología (INE), y se pone énfasis en que “no es parte
de un programa de evaluaciones periódicas, por lo que no se dispone de actualizaciones del mismo, por lo que esta información se
presenta solo con carácter ilustrativo de la situación detectada de comercio ilegal en el año del estudio”.
Vid. http://dgeiawf.semarnat.gob.mx:8080/ibi_apps/WFServlet?IBIF_ex=D3_BIODIV03_01&IBIC_user=dgeia_mce&IBIC_pass=dge
ia_mce», revisado en 2009-07-17.
B. Operativos realizados
Ante esta problemática, la respuesta de las autoridades ha sido implementar una serie de operativos,
a fi n de detectar los grupos que intervienen en estas actividades ilícitas, así como las
rutas que utilizan en la comisión de tales hechos delictivos. Así, en el 2008, en un operativo conjunto
con la entonces PFP, la Profepa aseguró 206 animales silvestres vivos, que eran comercializados
en forma ilícita en el mercado de Sonora (Notimex, 2009a; Notimex, 2009c)20, uno de los
principales focos rojos en esta materia en la República Mexicana.
Otro lugar sumamente problemático es la localidad conocida como Charco Cercado, ubicado
a las orillas de la carretera 57 a Matehuala, San Luis Potosí, en el que en el mismo 2008 se llevó
a cabo un operativo con elementos de la policía estatal y la entonces PFP, así como con el
ejército y la Profepa, donde 60 lugareños se enfrentaron armados con machetes para evitar
el decomiso de monos y aves (Notimex, 2009b).
Mapa 1. Mercados de especies en peligro en México
20 Esto es en la delegación política Venustiano Carranza, en la Ciudad de México. La Delegación de la Profepa en la Zona Metropolitana del Valle de México precisó en un comunicado que además se aseguraron pieles de coyote y de venado, así como cuatro cornamentas de venado y un búho virginiano disecado, así como cinco pericos atoleros, cuatro cotorras cuchas, tres cotorras guayaberas, un caimán, una tortuga africana, dos cotorras argentinas comunes, una pitón reticulada y seis ranas albinas, 50 alacranes, 32 tortugas casquito, 20 sapos marinos, 13 dominicos, 10 serpientes de agua, 10 gorriones mexicanos, seis falsos camaleones, seis tortugas orejas rojas, cinco gorriones de cuello blanco, cuatro tarántulas, cuatro víboras cincuates, tres lagartijas, tres ajolotes, tres primaveras, dos cenzontles, dos azulejos, dos cardenales, una tortuga rinochemys, una reynita, un jilguero, un clarín, un azulito, un perico atolero y una iguana negra.
Mapa 2. Zonas de extracción de especies en México
Fuente: Alvarado (2012)
C. Las rutas del tráfico ilegal de especies en México
En territorio nacional existen localizadas 50 zonas donde se colecta de forma ilegal vida silvestre.
Los estados más afectados por estas prácticas delictivas son Campeche, Chiapas, Guerrero,
Michoacán, Oaxaca, Tabasco y Veracruz (Notimex, 2009a; Notimex, 2009c).
No obstante ello, tres son las principales rutas de tráfi co de vida silvestre en México (Notimex,
2009c):
1. El Golfo de México y sur-sureste de México;
2. La vertiente del Golfo, norte y centro, y
3. La vertiente del Pacífi co norte.
Mapa 3. Rutas de distribución y mercado en México
1. Ruta Golfo de México y sur-sureste
La primera ruta va de los estados del sur y sureste hacia el centro, donde se utilizan las vías
de comunicación terrestre del Golfo de México, principalmente las ubicadas en Veracruz, y se
encuentran dos caminos por donde se moviliza a los ejemplares, productos y subproductos:
a. Desde la Península de Yucatán a través de la carretera Escárcega-Villahermosa hasta Veracruz,
y de ahí al centro del territorio nacional.
b. La otra ruta es desde la frontera de Chiapas con Oaxaca (Pijijiapan) hasta Minatitlán y Acayucan,
en Veracruz, por donde se hace el tráfi co “hormiga” y se distribuye al centro de la
República Mexicana.
Una vez ubicados los ejemplares de las especies en el centro del país (sobre todo en Puebla y
el D. F.), se dirigen los embarques hacia las zonas metropolitanas de Guadalajara y Monterrey.
Las principales especies movilizadas en ambas rutas son tucanes, aves rapaces, loros, pericos,
cocodrilos, iguanas, monos y tortugas. En los estados del sur y sureste se extraen o se cazan
furtivamente animales como jaguar, ocelote, aves canoras y de ornato, pavo ocelado, faisán,
pecarí, venado temazate, loro cabeza de viejo, loro cabeza amarilla, orquídea, mono aullador,
mono araña y cocodrilo. En el norte y centro del país, en tanto, se trafi can especies como venado
bura, borrego cimarrón, puma, berrendo, venado de cola blanca, guacamaya verde, aves acuáticas, perico atolero, loro corona lila, cocodrilo, jaguar, urracas, coatí, loro cabeza amarilla,
paloma de alas blancas, entre otros.
2. Ruta vertiente del Golfo, norte y centro
Esta segunda ruta va de Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí hacia los estados del
centro, para transportarlos a las ciudades de Guadalajara y León.
El comercio ilegal en esta zona comprende aves canoras, de ornato y rapaces; felinos y cactáceas.
3. Ruta vertiente del Pacífico norte
La última ruta es la de la vertiente que va de Sinaloa, Durango, Nayarit y Michoacán hacia Guadalajara,
Jalisco, León, Guanajuato y México, así como el Distrito Federal.
Por ahí se efectúa el tráfi co de aves canoras y de ornato, reptiles, loros, guacamaya verde, guacamaya
enana, urraca copetona y cocodrilo de río, principalmente.
Las formas como opera el tráfi co de fauna son, en el caso de las aves, la transportación en cajuelas, puertas y chasis de automóviles, que cruzan puertos con poca vigilancia.
Cuando se trata de aves de tamaño menor, son envueltas en rollos de cartón desprendidos
del papel higiénico y toallas desechables, que se colocan bajo la axila; esto en el caso de
viajes en avión.
En lo que se refiere a primates y felinos, así como algunos reptiles, son trasladados en vehículos
terrestres o aéreos, con la presentación de documentos apócrifos, que simulan una
falsa legalidad.
El tráfi co de fl ora es de una difi cultad menor, ya que se transporta en bulbos o semillas escondidas
en maletas, de muy difícil detección.
Uno de los ejemplares que más problemas presentan es el loro tamaulipeco o perico, por considerarse
que es la especie que más se comercializa, pues, de acuerdo con estudios, se extraen
de su hábitat entre 65 mil y 78 mil ejemplares (Notimex, 2009a; S/A, 2012), de los cuales solo
sobreviven el 23%; el resto mueren en el transcurso de la cadena del tráfi co ilegal: durante la
captura, el acopio y el transporte.
Los ejemplares fallecen por diversas causas, tales como el hambre y la sed; sin embargo, se ha
detectado que algunos fallecen por sobredosis de drogas, un nuevo método que utilizan los
trafi cantes para que estos animales no hagan ruido.
Conclusiones
Existen pocas estadísticas confi ables, a pesar de la tendencia difundida a estimar el tamaño de
esos mercados ilegales, muchos de los cuales se describen como mercados solo superados por
los de drogas o, en algunos casos, los de drogas y armas.
La difi cultad para establecer en forma precisa el volumen del comercio ilegal de especies en
peligro no soslaya que se trata de un mercado amplio y pujante, cuya demanda es considerable
y con sufi cientes ganancias para atraer tanto a la delincuencia organizada como a otros tipos
de delincuentes.
A pesar de que la delincuencia organizada no participa plenamente como tal en el tráfi co, gran
parte de este sí está muy organizado.Las especies que tienen un estatus de amenaza más grande provocan el aumento en el precio y
los incentivos para el tráfi co, respecto de los especímenes restantes.
Distintos grupos de delincuentes organizados se han diversifi cado y han ingresado en el mercado
de especies en peligro, atraídos por sus altas ganancias (que sobrepasan las obtenidas con
los narcóticos, los diamantes y el oro) y escasos riesgos.
Los grupos o redes que participan en el tráfi co de fauna y fl ora recurren al soborno y la corrupción
para facilitar el trasbordo. También, son capaces de recurrir a la violencia, en apoyo de
sus actividades, contra sus rivales o las autoridades de represión que intentan injerirse en esas
actividades, y de hecho tienden a ser violentos.
El tráfi co entraña métodos de ocultamiento o para evitar la represión, mediante documentos falsos, cuyo grado de complejidad es considerable.
Se hacen múltiples envíos de fauna o fl ora, utilizando rutas, métodos y elementos facilitadores, de efi cacia comprobada.
En México, el problema del tráfi co se da principalmente respecto del comercio ilegal de peces,
reptiles, orquídeas, primates, aves, corales y cactáceas.
Las principales rutas de tráfi co de vida silvestre en México son la del Golfo de México y sursureste
del país; la vertiente del Golfo, norte y centro, y la vertiente del Pacífi co norte.
Las rutas del contrabando pueden cruzar varias fronteras internacionales, y los medios sofi sticados
de tráfi co y ocultación entrañan la participación de un gran número de personas y un alto
grado de organización.
La lucha contra el comercio de especies en peligro requiere un enfoque amplio, en el que se
aproveche el éxito logrado, se corrijan las defi ciencias e insufi ciencias en la legislación y los esfuerzos
de represión, y se organicen campañas de educación y sensibilización.
México debe formular y aplicar políticas nacionales más amplias, que incluyan el tráfi co de especies como una modalidad del delito de delincuencia organizada, y permitir la procedencia de medidas especializadas, como la incautación y confi scación de bienes, así como las operaciones encubiertas y la vigilancia electrónica.
Mapa 4. Incidencia de los delitos contra el ambiente en México
En México se reconoce que, a pesar de la gran biodiversidad con la que cuenta, “las actividades
humanas han ejercido principalmente una marcada infl uencia en la disminución del número
de especies, en el tamaño y la variabilidad genética de las poblaciones silvestres y en la pérdida
irreversible de hábitats y ecosistemas, identifi cándose como amenazas (…) el comercio
ilegal e irracional de las mismas (…)” (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, 2012a),
pues la “extracción y el comercio ilícito de vida silvestre representan una seria amenaza a la
estabilidad de las poblaciones de fl ora y fauna que se distribuyen en México, dado que es una
práctica común de los grupos humanos y constituyen una manera fácil e inmediata de generar
ingresos monetarios. El comercio y la extracción ilícita de vida silvestre tienen serios impactos
en la biodiversidad, en los ecosistemas y en las economías nacionales” (Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente, 2012 b).
En esta problemática, “América del Norte es un protagonista central en el mercado internacional,
tanto como consumidor como abastecedor de productos de vida silvestre. Canadá, Estados
Unidos y México no solamente participan en el comercio directo transfronterizo en diversas especies
endémicas de América del Norte, sino que además funcionan como conducto de comercio
para los productos de vida silvestre provenientes de otras regiones y continentes. México,
en particular, con su riqueza en biodiversidad, resulta un exportador de alto potencial de vida
silvestre y recursos genéticos.
Una amplia variedad de especies silvestres procedentes de todas las regiones de México y de
otras partes del mundo son contrabandeadas a los Estados Unidos para su comercialización”
(Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, 2012b).
Sin embargo, tal y como se ha reportado a nivel internacional, a pesar del daño económico
que se ocasiona, “en México no hay registros confi ables sobre el tráfi co de especies animales
y vegetales, únicamente aproximaciones sobre dicho problema con base en los decomisos que
se realizan en puertos, aeropuertos y fronteras nacionales”; pero, según datos de la INTERPOL,
“en el mundo se generan anualmente alrededor de 20 mil millones de dólares por tráfi co de especies,
pero al no conocerse la magnitud real del problema en México, se hace urgente diseñar
políticas públicas que detengan ese delito” (La Jornada, 2012).
Bibliografía
Alcérreca, C. et al. (1998). Fauna silvestre y áreas naturales protegidas, México: SNE.
Alvarado, I. (2004). Análisis de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. México: Porrúa/
Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Alvarado, I. (2012). La Delincuencia Organizada en el tráfi co de madera y de especies protegidas
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