Proceso de formación del Estado-nación y autonomía militar en Latinoamérica 1
Fecha de recepción: 2010-08-27. Fecha de aceptación: 2010-10-26
Joaquín Romero-Herrera
Master of Economic and Social Development. Magíster en Seguridad y Defensa Nacionales. Especialista en Planeacion del desarrollo.
Profesor, Departamento de Administración, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, D.C., Colombia
joa-rome@uniandes.edu.co
RESUMEN
Dado que el conflicto interno en Colombia ha sido una situación permanente
desde la época de la Independencia, es importante analizar otras
experiencias en la región, que permitan entender aún más las causas
de este flagelo en Colombia.
Para tal fin se recurrió a la perspectiva de la violencia, su monopolio, y
los procesos de formación del Estado-nación moderno. La metodología
empleada parte del análisis y la discusión de los postulados de autores
clásicos y contemporáneos. Así mismo, se consideró el fenómeno de la
formación del Estado-nación en Latinoamérica, con especial atención
en el papel de las Fuerzas Militares y su tendencia hacia la autonomía.
Se consideran las tipicidades de la región, tales como el tipo de guerra
predominante, el rol de las élites regionales y su relación con el poder
central, entre otros.
Los resultados indican que estas tipicidades, de acuerdo con los autores
estudiados, dieron lugar a la formación de Estados débiles, sin clara
distinción entre los roles de las Fuerzas Militares y la Policía, y sin una
definición clara de ciudadanía.
A partir de estos planteamientos, se concluye que es necesario y urgente
realizar nuevas investigaciones, las cuales permitan entender las relaciones
de poder, autonomía y roles desde la perspectiva de la guerra
y del monopolio de la violencia en Colombia, y que ayuden a encontrar
una salida al ya complejo conflicto interno del país, teniendo en cuenta
los procesos de formación de un Estado-nación desde la violencia.
PALABRAS CLAVE
Violencia, Estado, Colombia, militares, conflicto interno (fuente: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
1 Este trabajo fue desarrollado en el marco de la investigación doctoral sobre la dinámica del cambio organizacional del Ministerio de Defensa en Colombia entre 1990-2002. Una versión inicial se dio en forma de “Working paper” para discusión en el Grupo de Investigación sobre Seguridad y Defensa de la Universidad de los Andes. Por ello, como método, este artículo reflexiona acerca de los más importantes aportes desde la perspectiva de la violencia, considerando planteamientos clásicos y contemporáneos, que marcaron una diferencia en lo relacionado con Latinoamérica.
ABSTRACT
Because the Colombian internal conflict has been a permanent and
still ongoing situation since the times of the Independence, analyzing
other experiences in the region is important in order to reach deeper
understanding of the causes of this adversity in Colombia
For this purpose, resorting to the perspective of violence, its monopoly,
and the modern Nation-State shaping processes has been necessary.
The methodology used comes from analysis and discussion
of classic and modern authors’ postulates.
Likewise, the Nation-State shaping conjuncture taking place in Latin
America was considered, with special attention given to the role of
the Military Forces and their inclination to autonomy.
Typicities of the region were also taken into account, such as the predominant
type of war, the role of regional elites and their relationship
with central power, among others.
Results indicate that, according to the authors reviewed, these typicities
have given rise to the shaping of weak States with no clear
distinction between Military Forces and Police roles, and with an unclear
definition of citizenship.
Taking these approaches as a starting point, the conclusion is that
carrying out further investigations and research is necessary and
urgent since they may help understand the relations among power,
autonomy and roles from the perspective of war and monopoly of
violence in Colombia, and find a way out for this already too long and
too complex internal conflict in the country by taking into account
the Nation-State shaping processes out of violence.
KEY WORDS
Violence, State, Colombia, the Military, internal conflict. (Source: Thesaurus of Latin American Criminal Policy - ILANUD).
Antecedentes: el Estado-nación moderno
Las sociedades europeas adquirieron su carácter de nación, en general, a partir del siglo XVIII.
Ninguno de los grandes poderes de la antigüedad tuvo el carácter de nación. Sus habitantes
eran súbditos, no ciudadanos. Los Estados adquirieron las características de nación cuando
hubo cambios específicos en la distribución de poder (Elias, 1970, 4). Este proceso fue posible
porque la coerción estaba en manos del Estado, porque las fuerzas armadas debían su lealtad no
al príncipe sino al Estado-nación, reforzando de esta forma su posición de poder dentro de la sociedad.
La distribución de poder se presentó no solo entre estratos sociales sino entre gobierno
y gobernados, lo cual dio lugar a la creación de clases sociales iguales ante la ley, pero desiguales
social y económicamente (Elias, 1970, 4). Las tensiones resultantes del proceso, su resolución
y el soporte de la igualdad ante la ley de los ciudadanos surgieron gracias al monopolio de la
violencia en manos del Estado.
Tal vez por las razones mencionadas, Weber considera que en el Estado moderno el verdadero
dominio está en manos de la burocracia, ya sea civil o militar (Weber, 1977, 1060). Y no podría ser
diferente, pues en el caso de la burocracia militar, el mismo Weber reconoce que el instrumento
decisivo de la política es la violencia, y que algunas tareas de la política solo se resuelven con la
violencia (Weber, 1946, 122 y 126).
En cuanto al monopolio de la violencia en la edad contemporánea, Elias considera que una parte
importante del control social que provee el Estado-nación moderno es el monopolio de uso legítimo
de la violencia, limitando las manifestaciones de violencia y destrucción, y regulando las
conductas agresivas individuales (Elias, 1970).
Pero miremos más de cerca la variación de la estructura de poder en sociedades en procesos
de formación del Estado-nación moderno. La estructura de poder2 ha variado en los
últimos doscientos años, en los cuales (a) ha habido disminución de los diferenciales de poder
entre gobiernos y gobernados; (b) ha habido una disminución de diferenciales de poder
entre estratos sociales, y (c) las relaciones sociales se han transformado hacia el incremento
en el grado de dependencia recíproca y multipolar de poder (Fletcher, 1997, 59). Estos
últimos factores son importantes, porque se entiende como democratización funcional la
disminución de poder dentro y entre grupos sociales, debido al incremento de las cadenas
de interdependencia, fenómeno ya considerado (Fletcher, 1997, 74-75). En este proceso, y
para los países europeos, los cuerpos militares ejercieron una función importante y se logró
el control civil por una serie de razones que veremos posteriormente.Sin embargo, también se han dado en el Estado-nación moderno retrocesos en lo que hemos
tratado como proceso de civilización.
Los retrocesos o procesos de pérdida de civilización se caracterizan por los cambios en: a) el balance
de restricciones sociales o individuales; b) los patrones de comportamiento y sensibilidad
social; c) la identificación mutua. Estos puntos se asocian con la disminución del monopolio de
la violencia por parte del Estado y la desintegración de las cadenas de interdependencia social
(Fletcher, 1997, 84).
2 El poder social se define en este contexto como la habilidad de utilizar recursos para influenciar la conducta de otros. No muy lejana de la definición de poder de Weber.
La eliminación de la violencia es un desafío que todavía no se ha logrado y que obliga a que el
Estado continúe con el monopolio de la violencia en sus manos. La humanidad desconoce cómo
eliminar la violencia en sus relaciones: “We know already that human beings are able to live in a
more civilized manner with each other, but we do not know how to bring it about in our life with
each other, or at least only sporadically, … the civilizing process in under way” (Fletcher, 1997,
183-184).
El Estado-nación coadyuva al proceso civilizador fortaleciendo el sentido inculcado de
“nosotros”3, por medio de las organizaciones educativas y sociales. Este sentido de “nosotros”
soporta la creencia que enfatiza la sobrevivencia del grupo sobre la sobrevivencia individual. Sin
embargo, el temor a la sobrevivencia colectiva puede generar peligrosas hostilidades recíprocas
entre nacionalidades (Fletcher, 1997, 66).
Tilly afirma que la experiencia europea de la formación del Estado da lugar a entender la autonomía
de los jefes militares en América Latina (Tilly, 1992, 16). La pregunta es: ¿Por qué en Europa,
pese a haber sido los militares fundamentales en el proceso de construcción del Estado-nación,
se da un predominio civil en los gobiernos? Tilly apunta a cinco consideraciones que pueden explicar
esta situación de control civil sobre los militares, así: 1) el esfuerzo económico para sostener
una fuerza militar llevó a desarrollar grandes “aparatos” estatales conformados por civiles,
los cuales limitan a las fuerzas armadas; 2) el Estado, al negociar con los civiles la financiación de
la guerra, dio a estos una serie de derechos que también limitaron a los militares; 3) la expansión
del Estado durante la guerra continuó después de la finalización de ésta; 4) los participantes
en el esfuerzo por llevar a cabo la guerra, entre ellos los ciudadanos, adquirieron derechos que
mantuvieron una vez terminada; 5) se incrementó la intervención del Estado en la economía
nacional al haberse endeudado en los períodos de guerra, durante los cuales hubo crecimiento
de la burocracia que proporciona servicios (Tilly, 1992, 299).
Es claro para Tilly que en Europa se dio un proceso de contención a los militares, basado en los
cinco puntos mencionados. Podría argumentarse que al darse procesos diferentes se disminuiría
el control civil sobre los militares y una gran autonomía de los cuerpos armados. Sin embargo,
Tilly aporta tres elementos más que se deben considerar. Primero, la tendencia de los militares
a ocupar el poder ante fallas de las instituciones manejadas por civiles. Segundo, el incremento
de la fuerza de los militares en los países en los cuales ellos reciben recursos y ayuda externa
de otros países. Tercero, los casos en los que los recursos externos o provenientes del exterior,
para los militares, implican a cambio algún tipo de subordinación política, eliminándose de esta
forma la dinámica de la búsqueda y el logro del predominio civil sobre las organizaciones militares
(Tilly, 1992, 316).
Latinoamérica
Es escasa la bibliografía acerca de procesos de formación del Estado-nación en Latinoamérica que puedan relacionarse con nuestro objeto, que es la forma como se dio la autonomía militar4
3 En el “nosotros” están implícitos sentimientos que pueden ser considerados de superioridad, creándose autoimágenes que pueden
ser exageradas (Fletcher, 1997, 67-68).
4 Forte (1996, 559) menciona dos temas de nuestro interés. 1) Para el autor, la autonomía puede ser de tipo institucional, doctrinaria
o económica. Para nosotros, la autonomía es la capacidad para crear, regular y ejecutar la política de seguridad y defensa. Lo que
denominamos como ámbitos institucionales, doctrinarios o económicos, provee elementos que afectan la autonomía expresada como capacidad. 2) Los militares argentinos, de acuerdo con el autor, en el siglo XX actuaron basados en su interpretación,
subjetiva, de la Constitución nacional y de su subordinación al poder ejecutivo. Mientras para el autor este es un
elemento cultural, el hecho de que los militares se subroguen la capacidad de evaluar los intereses de la patria de forma
más correcta que los civiles, para nosotros este fenómeno se explica como la lealtad hacia el Estado, dependiendo de
la forma como se dio el proceso de formación del Estado y el monopolio de la violencia.
Tanto para Brigagao (Augusto Varas: La autonomía militar en América Latina. [1988]. Nueva Sociedad), como para Agüero
(Varas, op. cit.) y Weeks (2004), la autonomía es una capacidad. Para Brigagao (Varas, op. cit., 147), la autonomía
de las fuerzas militares es la capacidad que estas tienen para definir sus propios fines institucionales y de formular lo
que consideran es el interés nacional. Agüero (Varas, op. cit., 167) entiende por autonomía la capacidad de las fuerzas
armadas para formular objetivos y llevarlos a la práctica. Para el caso chileno, la demostración de autonomía de las
fuerzas militares se comprobó en su capacidad de transformarse en su propio Ministro de Defensa, en su propio Comité
Legislativo y la imposición de la visión y concepción castrense de lo que es la defensa nacional, en la política nacional de
defensa (Agüero, Varas, op. cit., 18). Weeks (2004, 159) entiende por supremacía civil la capacidad del gobierno para formular
y conducir la política general (de seguridad y defensa sin interferencia por parte de las fuerzas armadas). En otras
palabras, Weeks establece que la supremacía civil se expresa cuando el gobierno define sus objetivos, las estrategias y
el rol de los militares.
Hemos traído tres autores para mostrar que la forma de conceptualizar la autonomía como capacidad es similar a la
manera como la hemos definido en este trabajo. Igualmente, que la autonomía no solo se limita a la creación sino que
supone también la capacidad de ejecutar y por ello de regular las actividades conducentes a su ejecución.
5 En el 2002 se publicó el libro Studies in the formation of the Nation-State in Latin America. Este libro se originó en la
conferencia llevada a cabo en el Institute of Latin American Studies, de la Universidad de Londres, en junio de 1990.
López-Alves y Centeno, entre otros, participaron en esta conferencia, que presentó, desde diferentes perspectivas, los
procesos de formación Estado-nación en Latinoamérica. Dunkesly James (Edit.). Studies in the formation of the Nation-
State in Latin America. London: Institute of Latin American Studies, University of London, 2002.
6 La denominación monopolio de impuestos considera todas las labores mediante las cuales un Estado extrae recursos
de un territorio.
7 En la guerra interna se eliminan rivales internos o que están dentro del espacio de Estado.
Como afirma Negretto (2002, 168), la investigación acerca de procesos de formación del Estado
ha tomado a Europa y Estados Unidos como referencia histórica. La investigación de procesos
de formación del Estado o es inexistente para Latinoamérica o se ha enfocado en el análisis negativo
de casos, que pretende encontrar desviaciones de modelos de desarrollo8.
En esta perspectiva, el trabajo de López-Alves está en la línea de la tradición de Huntington
(1957, 1968), Tilly, entre otros9.
Para Negretto, la argumentación de López-Alves es que países con fuertes partidos y débiles
ejércitos fueron capaces de desarrollar estables regímenes democráticos al comienzo del siglo
XX, en tanto que aquellos con débiles partidos y fuertes ejércitos fallaron en la democratización
o tuvieron cortas experiencias democráticas, seguidas de regímenes autoritarios, militares la
mayoría de las veces (Negretto, 2002, 168). Mientras en Europa, como hemos visto, fue la guerra
externa el elemento de mayor incidencia en el proceso de formación del Estado, en Latinoamérica
fue la guerra interna o civil.
Para López-Alves (2000, 5) fue el tipo de guerra el que definió la senda en el proceso de formación
estatal. Su recuento histórico le permite establecer que los tipos de guerra, en conjunción
con tipos de movilización rural, dan lugar a tipos determinados de regímenes o Estados. La construcción
nacional no fue pacífica en Latinoamérica en el siglo XIX. Los casos en los cuales no se
presentaron conflictos son casi inexistentes. La guerra contribuyó a dividir países en secciones
geográficas y a identificar pueblos, ciudades y regiones con subculturas políticas específicas (López-
Alves, 2000, 212-217). Por ello, tanto para Europa como para Latinoamérica el conflicto fue
inherente al proceso de formación del Estado. El conflicto contribuyó a la formación de Estados
(López-Alves, 2000, 221).
En la perspectiva de Elias, para López-Alves, Latinoamérica está comprendida en la categoría
de coerción con base en el capital, en la cual la centralización de la autoridad se da de
acuerdo con el capital y la coerción. Sin embargo, a diferencia de Francia, el Estado no pudo
subyugar a las clases sociales que se opusieron a su formación, y además ninguno de estos
países logró un monopolio eficiente de los impuestos10. La autoridad central fue limitada
por caudillos políticos y por el Congreso11. El punto central es que al ser débil e ineficiente
el monopolio de los impuestos, se dio dificultad por parte del Estado para sostener fuerzas
armadas que pudiesen lograr el monopolio de la violencia, o que al faltar este mecanismo
no se dio el elemento fundamental del modelo europeo para el logro del predominio civil
sobre los militares.
Para López-Alves, el proceso de formación del Estado en Europa y Latinoamérica tiene en común
la importancia de la guerra y la coerción, y que diferentes tipos de guerra conforman diversas
clases de Estados (López-Alves, 2000, 21).
8 En relación con nuestro tema, hemos excluido literaturas que interpretan el proceso de formación del Estado en Latinoamérica
basadas en el legado de la cultura española, en los problemas económicos o en ideologías y relaciones de clases sociales.
9 Negretto considera este trabajo, el de López-Alves, como uno de los pocos serios intentos de investigación en el área de formación
del Estado en Latinoamérica.
10 En la página 102 se menciona nuevamente que el monopolio de los impuestos, que muestra la fortaleza del Estado, en el siglo XIX,
fue ineficiente.
11 Caso similar en cuanto a la función del Congreso inglés relatado por Elias (Fletcher, 1997, 91).
Igualmente, de la forma como el naciente Estado logró crear una estructura de alianzas se derivaron
las relaciones de clase (strata) y la burocracia estatal, pues en Latinoamérica las rebeliones
contra el Estado formaron parte del proceso de construcción institucional (López-Alves,
2000, 24-25).
La debilidad del Estado se dio también debido a la mencionada ineficiencia del monopolio de
los impuestos por parte del Estado. No hubo alianzas entre el poder central y las poblaciones
rurales. Lo que está implícito en estos procesos es que las élites locales permanecieron con poder
y la relación entre el poder central y las élites regionales se dio según los favores políticos y
el clientelismo, inexistiendo una burocracia que les prestara servicios a estas élites. Fue común
que caudillos regionales y élites se asociaran en la lucha contra el poder central (López-Alves,
2000, 24-25). Por ello, la prevalencia de la autoridad central fue débil y con tendencias centralizadoras12.
A diferencia de Europa, las instituciones estatales nunca penetraron la sociedad civil. Ello condujo
a que no crearan estables y permanentes espacios de predicción de violencia, que permitieran
relaciones económicas más dinámicas. La debilidad del Estado condujo igualmente a que la
centralización de la autoridad se llevara a cabo más por negociación, incorporando insurrectos
grupos armados, con lo que, en opinión de López-Alves (2000, 25-31), se retrocedía al siglo XVIII.
De estos procesos se derivaron el poder y la autonomía de los militares en Latinoamérica. No
solo se dieron privilegios, tales como el fuero militar, sino que, dado el apoyo que en algunos
casos los sectores rurales ofrecieron a los militares, los Estados se crearon débiles. Si el apoyo
a los cuerpos armados provino de las ciudades, el Estado creció fuerte, y los militares con algún
nivel de autonomía. Nótese que en el caso de ejércitos apoyados por el sector rural, al no tener
un concepto claro de Estado al cual defender, la autonomía no tenía una clara orientación
(López-Alves, 2000, 37-46). Por lo anterior, fue entonces la guerra, y la forma como se dio, en las
sociedades agrarias poscoloniales del siglo XIX, la que definió el proceso de formación estatal, la
creación de instituciones y la forma como se dio la autonomía militar.
Es necesario considerar el trabajo de Thies (2005). Tal como él lo afirma, solo recientemente
académicos han tratado de entender el proceso de formación del Estado en Latinoamérica considerando
la guerra13. La evidencia aportada por Thies sirve para argumentar que la guerra y los
rivales externos e internos de los países latinoamericanos afectaron los procesos de formación
de los Estados de una forma consistente con la naturaleza general de la teoría “belicista” (Elias
y Tilly).
Thies (2005) efectúa una revisión bibliográfica de trabajos que consideran la guerra en procesos
de formación del Estado en Latinoamérica14, y concluye que estos trabajos comparten la misma
lógica y que fuertes amenazas externas producen Estados con sólidos aparatos institucionales
para extraer recursos de la sociedad.
12 De allí la importancia de la estructura prefectoral de administración de Colombia a partir de 1886 (Romero, 1982).
13 Como dijimos anteriormente, en razón de la naturaleza de este estudio, hemos dirigido nuestra atención a aquellos trabajos que,
considerando teorías a mediano y largo plazo, expliquen los procesos de formación del Estado dentro de un enfoque “belicista”;
esta es la guerra y el monopolio de la violencia. Existe literatura que desde conceptos culturales, ideológicos, sociales, económicos
o políticos explican procesos de formación de los Estados en América Latina. Comentarios acerca de esta literatura se encuentran,
entre otros, en Jeremy Adelman (1998).
14 Después del trabajo de López-Alves en el 2000, solo otros cuatro, posteriores al 2005, se refieren al tema. Hasta la fecha, el último
trabajo lo publicó Thies (2008), y no trae referencias bibliográficas nuevas a las aquí verificadas.
La guerra fue la actividad que más estímulo generó para el incremento no solo de las actividades
orientadas al cobro de los impuestos sino a la adquisición de deuda pública. Este proceso de consecución
de recursos se logra en concordancia con el modelo de Tilly, quien considera que se dio
simultáneamente la guerra para eliminar o neutralizar rivales externos en conjunto con acciones
para encontrar a los rivales internos. Esta dinámica estuvo acompañada de apoyo a los actores
que soportan al Estado y de un incremento y mejora de la capacidad de extracción de recursos
de la población que se trata de controlar (Thies, 2005, 452). El rol de las fuerzas militares en este
proceso es importante, pues representa el monopolio de la violencia, que permite que el Estado
administre y provea bienes públicos y controle la violencia interna y externa.
Thies (2005) discute, entonces, la aplicación del modelo de Tilly, de formación del Estado y la
construcción de nacionalidad para el caso latinoamericano en relación con el papel de la guerra,
considerando tanto el impacto de los rivales externos como el de los internos. Lo común con los
procesos de formación del Estado occidental es que se toma como punto de partida el concepto
del Estado de Weber. Por ello, la discusión considera las amenazas contra el Estado que ejerce el
monopolio legítimo de la violencia.
El punto crucial es el tipo de guerra que se da en América Latina, la cual es limitada, en contraposición
a la guerra total del modelo de formación del Estado en Europa Occidental. Las guerras
limitadas15 son de corta duración, afectan pequeñas áreas geográficas, se originan por temas
económicos o de frontera entre Estados y tienen muy poco impacto en el ciudadano común
(Thies, 2005, 453).
Para llevar a cabo las guerras limitadas, Latinoamérica no incrementa los niveles de impuestos.
Se endeuda (Thies, 2005, 453). El rol de los militares bajo el concepto del Estado, que ejerce la
legítima coerción en un territorio determinado, varía para cada caso. Su lealtad al concepto del
Estado que juran defender los lleva a actuar de diferentes formas, de acuerdo con las historias y
las relaciones entre capital y coerción en cada país.
Thies (2005, 462) establece que Latinoamérica financia la guerra con deuda externa, más que
con recursos propios. La contraposición de esta situación, con los supuestos de Tilly para el
control civil sobre los militares, que considera el incremento y fortalecimiento de la burocracia
como mecanismos de igualdad de los ciudadanos ante el Estado y distribución de servicios y el
nacimiento de un Estado que propende por el bienestar general, demuestra que el modelo de
fortalecimiento institucional que surgió en Europa no se presenta en Latinoamérica. Por ello,
Thies establece que “Latin American state was indeed a predator, albeit one that fed more slowly
on society, over larger periods of time, than its early modern European counter parts” (Thies,
2005).
Como conclusión, Thies (2005) establece que el proceso de formación estatal latinoamericano
se caracteriza por intentos de controlar violencia interna y defenderse de amenazas externas,
acompañados de sangre, deudas e impuestos.
Pereira (2003, 387) también considera que los efectos logrados en Europa en el proceso de
negociación de recursos para la guerra han sido diferentes en otros países con menores niveles
impositivos, lo cual ha conllevado la creación de Estados débiles, con menos garantías para los ciudadanos. Estados en donde los militares profesionales ocasionalmente intervienen en política,
y ello disminuye el control civil. El tema central es el análisis del impacto del accionar de las
fuerzas armadas irregulares en el proceso de formación estatal. Contraponiendo el modelo de
formación del Estado europeo con el accionar de las fuerzas regulares e irregulares, concluye
que: 1) Muchos países en desarrollo no han logrado el monopolio legítimo de la violencia y la
coerción que obtuvieron los países europeos en el siglo XIX; 2) En estos países la capacidad de
monopolio de la coerción por parte del Estado parte de intrincados procesos de negociación
que frecuentemente se renegocian; 3) No se da una clara división de roles entre las fuerzas
militares y la policía, en algunos casos los roles se traslapan; 4) Fuerzas paramilitares ejercen la
coerción en sus territorios. Por lo anterior, en estos procesos de formación estatal las fuerzas
armadas irregulares afectan la conformación del Estado, tanto como lo hacen las fuerzas regulares
en el modelo de formación del Estado de Europa Occidental.
15 Guerras limitadas generan Estados en medio de “sangre y deuda pública”, en contraste con la expresión “blood and iron”.
Pero volvamos al tema de la guerra limitada, ya mencionada en cuanto a su definición. Para
Centeno (2003, 82), en el caso latinoamericano la guerra ha producido Estados limitados, que a
su vez solo pueden pelear guerras limitadas sin que se desarrollen los conflictos que producen
Estados fuertes. Las guerras limitadas reflejan sociedades que son configuradas por las demandas
y efectos sociales de este tipo de guerra.
Las guerras limitadas son las “preferidas” por las élites latinoamericanas, ya que no movilizan
grandes recursos ni realizan cambios institucionales, que implican un mayor monopolio de la violencia
por parte del Estado: “total wars, while devastating in its inmediate consecuences,… may
have had considerable positive political effects compared with more limited wars,… more may be
better for citezenship than less” (Pereira, 2003, 369). Por lo anterior “… war-making did not lead
to mass democracies and the welfare state in Latin America…” (Pereira, 2003, 401).
Entonces, se advierte que sobre estructuras estatales similares a las europeas, Latinoamérica
corre diferente suerte a la de los Estados europeos en términos de predominio civil16.
En Latinoamérica, la existencia de guerras limitadas, la forma como se han dado las guerras y la
posibilidad de conseguir financiamientos permitieron que el Estado no entrara en conflictos con
los grupos sociales17 que poseían los recursos (Centeno, 2003, 87). Sin embargo, el objetivo del
logro del monopolio de la violencia se ha mantenido. No se han dado en Latinoamérica cambios
institucionales que lleven más profundas definiciones de ciudadanía, Estados más fuertes o procesos
dinámicos de consolidación de la identidad nacional (Centeno, 2003, 90). Por lo tanto, no
se ha cumplido el ciclo relatado por Tilly, que provee el control civil sobre los militares, dándose lugar, entonces, a diferentes expresiones e injerencia militar en la creación, regulación y ejecución
de la política de seguridad y defensa.
16 Los países latinoamericanos “possessing much of the institutional apparatus of the European state” (Centeno, 2003, 85).
17 O tal vez a causa de ellos.
Dijimos que existe una clara diferencia entre los enfoques sociológicos a largo plazo y la literatura
de relaciones civiles militares. Sin embargo, esta brecha se tiende a acortar en un análisis
efectuado por Weeks (2004).
El artículo de Weeks está en la frontera entre aquellos que tratan de comprender en una perspectiva
de teorías a largo plazo, y los otros, en el campo de las relaciones civiles-militares, que se
enfocan, como Weeks lo afirma (2004, 158), en elementos a corto plazo. El énfasis en la historia
de Weeks no sorprende, dado que para los militares de Latinoamérica, el tema central durante
los últimos doscientos años ha sido la creación y defensa de la patria y su rol de ser ellos los custodios
de la soberanía nacional. Los militares, por estas razones, han sido tradicionalmente una
fuerza central de la política en Latinoamérica. Los militares dominan en el siglo XIX y son muchos
países en el siglo XX (Weeks, 2004, 161-162).
En el área de relaciones civiles-militares, los temas de transición de regímenes y democratización,
y los análisis en general, no consideran las herencias históricas y el rol de los militares en
el pasado. Estos factores solo han sido introducidos esporádicamente en la literatura (Weeks,
2004, 161).
La propuesta de Weeks es tener en cuenta una perspectiva histórica. Por ello, considerando la
herencia histórica y los roles de los militares en el tema de transición de regímenes y democratización,
propone tres grandes categorías de análisis18. Aclara el autor que este es el primer paso
al análisis de transiciones de regímenes desde una perspectiva histórica (Weeks, 2004, 163-171).
Nuestro punto es que esta conceptualización de Weeks cierra la revisión de la literatura acerca
de la autonomía militar en la perspectiva de lo que constituye su naturaleza, esto es, naturaleza
conformada en el proceso de formación del Estado moderno y construcción de nacionalidad. Así
mismo, este artículo abre las puertas para la revisión del tema de autonomía militar en la literatura
de relaciones civiles-militares, más orientada a relacionar elementos del medio y descripción
que a resolver la pregunta de cómo se generó la tendencia a la autonomía militar en los procesos
de formación del Estado-nación19, considerando como tema central la guerra y el monopolio de
la violencia.
Conclusiones
Partimos, selectivamente, de la literatura clásica, que considera los procesos de formación del Estado-nación desde la perspectiva de la violencia, y pasamos luego a la escasa literatura acerca de estos procesos en América Latina20.
18 Derrota de los militares, terminación de régimen; transiciones por pacto; regímenes sin transición.
19 Damos por terminada esta parte sin hacer referencia a Colombia en procesos de formación del Estado, en el enfoque de la guerra y
el monopolio de la violencia. Aunque el objeto de este trabajo no lo requiere, conviene mencionar que López-Alves (2000, 97-139)
efectuó un análisis del caso colombiano, considerando la guerra y el monopolio de la violencia. En Colombia se destacan los trabajos
de Ingrid Johanna Bolívar y Fernán González.
20 Recientemente Thies (2008) escribió un artículo, en el tema sobre América Latina. Por un lado, sus reflexiones están consideradas
en lo aquí escrito y, por el otro, la revisión de bibliografía de este documento no refleja otros aportes a los aquí discutidos.
También, elaboramos importantes distinciones. Entre otras, una, el monopolio legítimo de la
violencia en manos del Estado, que regula conductas agresivas entre ciudadanos y el ejercicio de
sus derechos, ámbito de la policía. La otra es el ejercicio de la coerción legítima en un territorio
determinado, elemento esencial en la formación del Estado, ámbito que se puede considerar
como de las fuerzas militares.
Estos dos fenómenos, unidos a la variación de estructura del poder, en sus diferentes dimensiones
en el tiempo, dan lugar a la democratización funcional con el incremento de cadenas de
interdependencia. Esto ha sido la base del proceso de civilización, que ha tenido retrocesos caracterizados
por cambios de restricciones sociales, y de la identificación como ciudadanos. Esta
dinámica ha dado lugar a considerar que todavía es un desafío la eliminación de la violencia y el
control civil del Estado sobre los organismos que la ejercen.
Aunque pocos, son conceptualmente significativos los aportes hechos al análisis de los procesos
de formación del Estado-nación de Latinoamérica. De su lectura y reflexión saltan a la vista una
serie de elementos diferenciadores: 1) la guerra en Latinoamérica tuvo una naturaleza diferente;
2) esta guerra limitada, en forma de guerra civil, en muchos casos dio lugar a precarias estructuras
institucionales e ineficientes formas de monopolios de impuesto; 3) países con fuertes partidos
y débiles ejércitos se correlacionan con regímenes democráticos al comienzo del siglo XX; 4) hay
correlación entre conflictos que generaron movilización rural con diferentes regímenes o estados;
5) fue predominante la centralización de la autoridad con base en el capital y la coerción; 6) el débil
monopolio del impuesto dificulta el sostenimiento de fuerzas armadas para lograr el monopolio
de la violencia; 7) la relación entre élites locales y el poder central, dada la precaria institucionalidad,
se estableció según los favores políticos y el clientelismo; 8) las instituciones estatales no
penetraron la sociedad civil, y de allí se derivó el poder y la autonomía de los militares; 9) hubo
correlación entre un Estado fuerte y el apoyo a los cuerpos armados por parte de las ciudades, y
un Estado débil y el apoyo a los cuerpos armados por parte de las áreas rurales.
La guerra limitada, de corta duración y en pocas áreas geográficas, está correlacionada con los
elementos citados. Por ello Latinoamérica no incrementa los niveles de impuesto y no se producen
los desencadenamientos institucionales que dieron lugar al Estado moderno europeo. Como
consecuencia de esta narración, se dificultó el logro del monopolio legítimo de la violencia y la
coerción; se limitó el ejercicio social de procesos de negociación entre
estructuras de poder, que ha complicado el surgimiento de una fuerte
democratización funcional entre los diferentes países. Derivada de lo
anterior y contrapuesta en la perspectiva de la coerción, no se da
una clara definición entre roles de las fuerzas militares y la policía.
Al finalizar esta revisión, es claro que hay elementos conceptuales para considerar la violencia
y el conflicto de nuestro país, el rol de las fuerzas militares y la policía, en una visión de los procesos
de formación del Estado-nación moderno, desde la perspectiva de la violencia. Es posible
que en la lectura de este documento se hayan encontrado puntos de encuentro y algunas semejanzas
en descripciones recientes del estado de violencia de nuestro país. Entonces, estas
reflexiones son importantes, pues ¿cómo podremos tratar de modificar algo que no comprendemos
desde sus diferentes perspectivas esenciales?
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