EL TRÁFICO DE ESPECIES SILVESTRES
COMO EMPRESA DEL CRIMEN ORGANIZADO
Capitán Mabel Rocío Hernández Chávez*
Jorge Enrique Linares Hamann**
RESUMEN
El medio ambiente se ha convertido en un tema prioritario al interior de la agenda de la comunidad de naciones, razón por la cual los delitos ambientales han pasado a ser blanco de las acciones de los organismos de seguridad a nivel nacional e internacional. Una de estas conductas es el tráfico ilegal de especies silvestres, que constituye en la actualidad el tercer tráfico más grande del mundo, después de las drogas ilícitas y las armas de fuego.
La importancia de combatir el tráfico de vida silvestre radica en que a diferencia del tráfico de drogas ilícitas y armas, los efectos a largo plazo de este tipo de actividad son irreversibles, y su impacto incalculable en términos de pérdidas de diversidad biológica. La Policía Nacional, conciente de la magnitud de dicha conducta delictiva, ha venido desarrollando importantes acciones con el fin de preservar la riqueza natural de nuestro país.
ABSTRACT
The environmental topic has become essential in the agenda of most nations. Environmental crimes have become in consequence the focus of national and international law enforcement agencies. One form of criminal conduct is currently the traf fic of wild species, which represents the third largest illicit traf fic after drugs and weapons.
Fighting wildlife traffic is of the highest importance since its long-term effects are irreversible and its impact in terms of biological diversity are huge. The National Police is aware of this fact and is currently taking actions in order to preser ve the natural richness of our country.
* Jefe Grupo Investigativo de Delitos contra
el Medio Ambiente (DIJIN).
** Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales
de la Universidad Externado de
Colombia. Actualmente se desempeña como
Analista del Centro de Investigaciones
Criminológicas de la DIJIN.
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos treinta años, y especialmente desde la Conferencia de Estocolmo en el año de 1972, los temas ambientales han pasado a ser una prioridad en la agenda de la comunidad internacional. De esta forma, se ha generado mayor conciencia sobre la gravedad de la degradación ambiental y la creciente disminución de la diversidad biológica, consecuencia directa del uso no sostenible de los recursos naturales.
La Conferencia de Estocolmo fue el punto de par tida para la realización de una serie de reuniones sobre medio ambiente auspiciadas por Naciones Unidas, tales como la Cumbre de Río de 1992 y la Cumbre de Johannesburgo de 2002, denominada “Río+10”. Aparte de estos encuentros, es importante destacar la creación de la Estrategia de Conservación Mundial en 1980 y la publicación del reporte de la Comisión Brundtland en 1987. En este último se acuñó el concepto de desarrollo sostenible, que se define como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras”.1
Con la introducción de la noción de Desarrollo Sostenible se logró que, tanto países desarrollados como aquellos en vías de alcanzarlo, fueran conscientes de la necesidad de conciliar las actividades socioeconómicas con la salud y el equilibrio del planeta. La principal razón para concebir este enfoque integral de desarrollo residió en que el impacto ambiental no puede ser calculado simplemente en términos económicos, puesto que gran parte de la población futura no conocerá la naturaleza tal como existe hoy en día. Por consiguiente, de no tomar las medidas necesarias, el mundo será testigo de la desaparición de especies silvestres, así como de tradiciones, culturas, e incluso comunidades que dependen enteramente de ecosistemas naturales.
A pesar de los significativos avances logrados por el derecho internacional, con más de 250 instrumentos regionales e internacionales en materia ambiental, los criminales y las modalidades utilizadas para evadir estos instrumentos también se han sofisticado y evolucionado.2 Esto se debe especialmente a que– como sucede en toda actividad ilegal– a mayores controles y restricciones, mayores las ganancias y los incentivos para continuar delinquiendo.
En el caso colombiano, el gran peso relativo que tienen las drogas ilícitas en la agenda del país, ha relegado los delitos ambientales a un segundo plano. Sin embargo, la riqueza natural de nuestro país, que alberga el 10% de la flora y fauna mundial en tan solo el 0,7% del territorio del planeta, convierte a Colombia en uno de los blancos predilectos de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilegal de especies.
Igualmente, los recursos naturales no han escapado de la acción de los grupos armados ilegales. Este es el caso de las voladuras de oleoductos que, de acuerdo con ECOPETROL, en un período de 16 años han provocado el derrame de 100 millones de galones de petróleo, y afectado 8.000 hectáreas con vocación agrícola, 3.667 kilómetros de ríos y quebradas, y 2.134 hectáreas de ciénagas y humedales. Asimismo, el narcotráfico ha generado graves impactos ambientales como deforestación y contaminación de cuencas hidrográficas, tanto por los cultivos como por el procesamiento de las drogas, situación que se agrava con la presencia de cultivos ilícitos en los Parques Naturales.
1 Our Common Future, Reporte Brundtland,
1987.
2 Hayman, Gavin y Duncan, Brack, International
Environmental Crime: The Nature and Control
of Environmental Black Markets, 2002, p. 5.
Hay que tener en cuenta que toda acción que atente contra el medio ambiente constituye una violación al Derecho Internacional Humanitario. Así, el Protocolo I, adicional a los Convenios de Ginebra, establece que las partes en conflicto deben velar por la protección del medio ambiente, y prohibe el uso de métodos que causen daños extensos, duraderos y graves. Por su parte, el Protocolo II estipula que quienes se encuentren en una confrontación deben abstenerse de atacar instalaciones (diques, presas y centrales nucleares) que puedan causar pérdidas importantes a la población civil.
TIPOLOGÍA DE LOS DELITOS CONTRA EL MEDIO AMBIENTE
En la actualidad, diferentes organismos internacionales como la Unión Europea, Naciones Unidas, el G8, y la INTERPOL, reconocen las siguientes áreas de criminalidad ambiental como las más importantes:3
• El tráfico ilegal de vida silvestre que se encuentra enmarcado en el “Convenio Internacional contra el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres” (CITES), suscrito en Washington en el año 1973.
• El tráfico ilegal de sustancias que destruyen la capa de ozono, enmarcado en el “Protocolo sobre Sustancias que Reducen la Capa de Ozono”, suscrito en la ciudad de Montreal en 1987.
• El desecho y transporte ilegal de sustancias tóxicas, enmarcado en el “Convenio de Basilea sobre el Control de Movimientos Transfronterizos de Desechos Tóxicos y su Eliminación” del año 1989.
• La pesca ilegal enmarcada en los controles impuestos por las Organizaciones Regionales para la Pesca (RFMO - Regional Fisheries Management Organizations).
• Yla tala y comercio ilegal de madera cuando es transportada, comprada o vendida en contravención a las leyes nacionales.
Pese a ser estas conductas las más reconocidas, no son las únicas. Los siguientes delitos representan también una grave amenaza para el medio ambiente:4
3 Ibíd.
4 Ibíd.
• La biopiratería y el transporte de material genético o biológicamente modificado.
• El desecho de combustibles u otros materiales tóxicos en los océanos.
• Comercio de materiales químicos en contravención a la “Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes” del año 2001.
• Contrabando de combustible con el objetivo de evitar tasas impositivas o controles sobre las emisiones de carbono.
A pesar de la gravedad de los delitos ambientales, uno de los que causa mayor preocupación al interior de la comunidad internacional es el tráfico de especies de vida silvestre (Fauna y Flora), y sus productos derivados (marfil, pieles, madera, etc.). Dicha actividad se ha convertido en un negocio multimillonario para las organizaciones criminales internacionales.
CARACTERIZACIÓN DEL PROBLEMA
Con el fin de entender este delito y su magnitud, es importante entrar a analizar sus diferentes características, desde las cifras que maneja anualmente, el per fil de las organizaciones e individuos involucrados en este negocio, así como su modus operandi y las principales rutas utilizadas.
Valor del Negocio
Se estima que después de las drogas ilícitas y las armas de fuego, el tráfico de especies ocupa el tercer lugar como el más grande y lucrativo del mundo. De acuerdo con el informe “International Crime Threat Assessment” (2000) del gobierno norteamericano, el tráfico ilegal de especies tiene un valor anual estimado de entre 6 y 10 mil millones de dólares. Si a esta cifra le sumamos los ingresos relacionados con el comercio ilegal de madera, la pesca ilegal, el tráfico de sustancias reductoras de la Capa de Ozono, el tráfico de piedras preciosas, y el tráfico y eliminación de residuos tóxicos, los delitos ambientales pueden alcanzar anualmente un valor de 22.000 millones de dólares.5
En el caso del tráfico de especies silvestres, el valor del producto se incrementa a medida que avanza la cadena; algunas veces aumenta entre 25 y 50 veces su valor original. Por ejemplo, un loro gris africano exportado desde Costa de Marfil, que cuesta 20 dólares al momento de su captura, puede costar 100 dólares en el puerto de exportación, 600 dólares al importador y más de 1.100 dólares al momento de su venta en una calle europea o norteamericana. En el caso de las especies más amenazadas, los traficantes siguen una lógica macabra, es decir, que entre más amenazada de extinción se encuentra una especie, mayor valor alcanza en el mercado negro.6
5 International Crime Threat Assessment, Diciembre
de 2000.
6 Hayman, Gavin y Duncan, Brack, Op. Cit.,
p. 11.
DELITOS CONTRA EL MEDIO AMBIENTE
Fuente: International Crime Threat Assessment (2000)
Perfil de las Organizaciones y Modus Operandi
La Policía Nacional ha identificado a los delincuentes como individuos que se organizan en redes de traficantes (generalmente grupos familiares o de allegados) lideradas por un cabecilla, quien posee la mayor experiencia, los contactos, etc. Estos grupos cuentan con la infraestructura y los equipos necesarios para facilitar su operación, tales como fincas, bodegas y vehículos. Asimismo, ha sido posible reconocer una división social de trabajo al interior de estas organizaciones que establecen que grupos de acuerdo con las tareas a realizar:
• Recolectores: Están integrados principalmente por habitantes de la región (indígenas, campesinos, colonos) que conocen muy bien la topografía, las especies, sus ciclos reproductivos y los hábitat naturales. El cabecilla o miembro de la red se desplaza a las zonas rurales y contrata a estas personas, indicándoles las especies requeridas para la comercialización y el lugar de acopio de las mismas. Generalmente hacen parte de la cadena, a cambio de una remuneración económica y desconocen la naturaleza delictiva de la actividad en la que están implicados. Son engañados en forma tal que reciben sumas irrisorias por las especies, sin conocer el valor final de comercialización.
• Grupos de Transporte: Una vez se tienen todas las especies en el sitio adaptado para su ubicación temporal, se contratan vehículos particulares (botes, camperos, camiones, vuelos de carga, etc.) con el fin de introducirlas a las proximidades de los centros urbanos, facilitando su posterior distribución. Este grupo es conocedor y consciente de la naturaleza ilegal de la actividad.
• Grupos de comercio: Se encargan de contactar y ampliar los nichos del mercado tanto en el país como en el exterior, utilizando estrategias para evadir el control de las autoridades. Finalmente, el producto del ilícito se integra a un proceso de lavado de dinero con el objetivo de justificar su procedencia.
Esta estructura de redes criminales se caracteriza por traficar altos volúmenes de especies es esta la composición criminal más común y la que presenta un mayor nivel de organización.
No obstante, a nivel internacional se han podido identificar otras estructuras criminales. Así por ejemplo, se ha establecido la existencia de un tráfico a nivel turista, en el cual se manejan bajos volúmenes y un bajo valor en cuanto a la mercancía traficada. Por otro lado, se presenta el caso del “tráfico según pedido”, en el cual se manejan bajos volúmenes pero con un alto valor (especies en peligro de extinción), y cuyos principales clientes son coleccionistas en países desarrollados.7
Ibíd. p. 7.
Otra modalidad que ha ganado terreno en los últimos años es el tráfico a través de Internet. De esta forma, las organizaciones han aprovechado las ventajas que brinda este medio para comercializar especies silvestres, lo que demuestra el grado de organización y sofisticación que han alcanzado los traficantes.
Una investigación llevada a cabo por IFAW (Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat), entre noviembre de 2004 y enero de 2005, demostró que semanalmente miles de animales y productos derivados son puestos a la venta en salas de chat, sitios de subasta, sitios de clasificados y sitios personales de los traficantes, en su gran mayoría ubicados en los Estados Unidos. Por ejemplo, se encontró que eran ofrecidas especies amenazadas como cachorros de tigres y leones, loros, halcones, y tor tugas, así como productos de marfil, aletas de tiburón, píldoras de huesos de tigre, y otro tipo de medicinas asiáticas derivadas de animales como osos, leopardos y rinocerontes.8
Tipos de Tráfico
Según el fin a que se destina la especie silvestre, el comercio ilegal se divide en diferentes clases. Las más significativas son: la industria de la moda, la alimentación exquisita, los coleccionistas y la investigación científica.
En el caso de la industria de la moda se ha encontrado que gran parte de las pieles de reptiles y de algunos mamíferos, que salen del país en forma ilegal o clandestina, tienen como destino reconocidas casas de moda, en especial fabricantes europeos de abrigos, chaquetas, zapatos y otros accesorios.
En relación con la industria alimenticia, se ha establecido que en Asia son adquiridas diferentes clases de anfibios (ranas), reptiles, crustáceos, e insectos (coleópteros), así como aletas de tiburón, que tienen como principal destino Japón.
La demanda por parte de coleccionistas es fuer te a nivel mundial. En los Estados Unidos son comercializadas especialmente aves exóticas, solicitadas por sus llamativos y vistosos colores. Estas aves son originarias de países suramericanos, especialmente Colombia, Brasil y Ecuador. Además de las aves, los coleccionistas adquieren felinos, arácnidos, coleópteros, reptiles, peces, entre otras especies de fauna silvestre.
Por último, es impor tante destacar los efectos de la investigación científica no controlada, relacionada con el tema de la biopiratería. Esta conducta consiste en el hur to, sustracción o saqueo de los recursos naturales, la biodiversidad, la historia y el conocimiento de pueblos y comunidades nativas de países en desarrollo. El principal destino es la industria farmacéutica con sede en países desarrollados, con el fin de patentar sustancias y medicinas, que en la mayoría de los casos han sido utilizadas durante varios siglos por comunidades indígenas.
8 Caught in the Web: Wildlife trade on the internet, Julio de 2005, pp. 1-2
Principales Rutas
Desde Colombia, se han identificado tres rutas principales hacia diferentes regiones del mundo. La primera de éstas tiene como destino a México, los Estados Unidos (en especial los Estados de Florida, Nueva York, Texas y California), la República Dominicana y Ecuador, y se concentra principalmente en el tráfico de aves, pieles de reptiles, mamíferos y anfibios. La segunda, en la que se comercializan especialmente pieles de reptiles y mamíferos, tiene como destinos principales a Europa (Reino Unido, Italia, Alemania, Bélgica, República Checa, Suecia, Croacia y Turquía), Nueva Zelanda y el Estado de Florida en los Estados Unidos. Finalmente, se ha determinado la existencia de una ruta cuyo destino principal es el continente asiático (Malasia, Indonesia, Japón, Taiwán, Singapur, Corea y Tailandia) y Finlandia en Europa, y que se concentra en el tráfico de reptiles, anfibios, insectos y especies de flora silvestre.
En Colombia, la Policía Nacional ha identificado tres rutas importantes. La primera tiene como destino la ciudad de Bogotá, y se origina desde el norte del país, en especial desde los Departamentos de Córdoba y Cesar. La segunda se origina en el sur del país (Amazonas, Vaupés, Guaviare, Putumayo y Meta), a través de la cual se trafican toda clase de especies y que tiene como principal destino Bogotá y las fronteras. Finalmente, una tercera ruta desde Chocó y Antioquia tiene como principal destino la capital y las principales fronteras del país.
De acuerdo con el Grupo Investigativo de Delitos Contra el Medio Ambiente de la Dirección Central de Policía Judicial,9 los departamentos más afectados por la caza indiscriminada de aves son: Cesar, Atlántico, Magdalena y Antioquia. Con respecto a la comercialización de pieles de reptiles los más afectados son: Sucre, Córdoba, Cesar y Antioquia. Igualmente, en el caso del comercio indiscriminado de mamíferos, huevos de iguana y tortuga, la costa Atlántica es la zona más afectada del país. El departamento del Amazonas aparece en las tres categorías por poseer la más grande riqueza en estos campos.
9 Grupo de la DIJIN encargado de investigar los delitos contra el Medio Ambiente.
MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL
El impacto económico y social del tráfico ilegal de especies silvestres, y su estrecha relación con las organizaciones criminales, hizo latente la necesidad de implementar medidas de carácter trasnacional. Así, en el año 1973 se firmó en la ciudad de Washington el Convenio Internacional contra el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES). En la actualidad, hacen parte del CITES 169 Estados, entre los que se encuentra Colombia, que lo ratificó a través de la ley 17 de 1981.
La principal función del CITES es regular el comercio legal de especies que no están en peligro inminente, a través de la expedición de permisos y certificados. Además, este Convenio prohíbe todo comercio internacional de especies que están amenazadas de extinción. Para este fin, el CITES presenta tres listados (Apéndices) en el que se incluyen aproximadamente 5.000 especies de animales y 28.000 especies de plantas. Las especies se encuentran clasificadas en cada uno de los tres apéndices de acuerdo al peligro en que se encuentran como consecuencia del tráfico internacional indiscriminado.10
En el ámbito Nacional, la Constitución Política de 1991 establece como obligación del Estado “proteger la diversidad e integridad del ambiente, conser var las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines, además planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, y su conser vación, restauración o sustitución; prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de daños causados. Asimismo, cooperará con otras Naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas.” (CN - Artículos 79 y 80).
Otras normas nacionales que vale la pena destacar en materia de protección de la vida silvestre son:
A nivel institucional, Colombia cuenta con una serie de entidades y organismos que tienen como objetivo garantizar la conser vación de las especies silvestres que se encuentran en peligro de extinción, así como controlar la utilización indebida de los recursos naturales y la destrucción de la riqueza natural por par te de las acciones de los grupos armados ilegales.
En este orden de ideas, además de la creación del Ministerio del Medio Ambiente, la Ley 99 de 1993 creó el Sistema Nacional Ambiental (SINA), que busca así ordenar las entidades públicas encargadas de la gestión y conser vación ambiental. En este sistema tienen asiento, por intermedio de sus delegados, las más importantes entidades e instituciones estatales del nivel nacional, regional y local que trabajan en la protección del medio ambiente; además de los organismos de control y la Policía Nacional.
10 Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). www.cites.org/
ACCIONES DESARROLLADAS POR LA POLICÍA NACIONAL
El cuerpo especializado de Policía Ambiental fue creado con el propósito de prestar apoyo a las autoridades, entes territoriales y a la comunidad en general, en la defensa y protección de los recursos naturales renovables. Además, la Policía tiene la función de colaborar en las tareas de educación, promoción y prevención que conlleven el buen uso, cuidado y respeto de la naturaleza. (Artículo 101 – Ley 99 de 1993).
Al interior de la Dirección Central de Policía Judicial (DIJIN) fue creado, a través del instructivo 015 del año 2000, el Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Ambiente, que se ha convertido en una de las herramientas más eficaces en la lucha contra la criminalidad ambiental en el país.
Sus principales funciones son: investigar las conductas que atenten contra el medio ambiente; recolectar, analizar y clasificar información relacionada con los delitos que afectan el medio ambiente en todo el territorio nacional; y finalmente, desarticular organizaciones delictivas dedicadas al tráfico y comercialización de fauna y flora silvestre.
Asimismo, este Grupo asesora a las SIJIN seccionales en todo el país, e intercambia y coordina información con otras entidades ambientales. De acuerdo con la problemática, el Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Ambiente se divide en tres subgrupos: el Grupo de Fauna, el Grupo de Flora Silvestre, y el Grupo de Recursos Hidrobiológicos y Contaminación Ambiental.
Las acciones adelantadas por este grupo han generado que los delitos contra el medio ambiente sean manejados por su verdadera naturaleza. Es decir, como un delito especial, que requiere un conocimiento y un tratamiento específico de cada una de las especies, debido a la fragilidad de estas.
Entre las estrategias del grupo se encuentra la propuesta para la creación de una Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales, que cuente con fiscales con pleno conocimiento de los instrumentos legales existentes en la materia, tal como el CITES, permitiendo así perseguir y procesar a las redes criminales que ponen en serio peligro la diversidad biológica de nuestro país. Esto permitiría una mayor y mejor cooperación entre la Policía y otros cuerpos de investigación, así como con sus similares internacionales.
El Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Ambiente de la DIJIN ha venido trabajando de manera conjunta con la Fiscalía de Fusagasugá a través del proyecto Fiscalía Amiga, y con la de Bogotá a través del Plan Piloto Bogotá, para contrarrestar el tráfico ilegal de especies.
Otro de los proyectos del Grupo consiste en la conformación de una red de información nacional e internacional, con el fin de crear una base de datos sobre criminalidad ambiental. Dentro de este mismo propósito, a nivel nacional se está trabajando en el proyecto para la creación del Sistema de Información sobre Tráfico Ilegal de Especies Silvestres (SITIES), con el fin de unificar la información estadística sobre esta conducta delictiva, debido a que en la actualidad la información disponible se encuentra fragmentada como consecuencia del gran número de entidades que manejan cifras sobre este delito.
Entre los casos más sobresalientes, hay que mencionar que en el año 2002 se presentó la primera condena por tráfico de fauna en el país, luego de la captura por par te de la DIJIN de un ciudadano panameño que transportaba en su equipaje tor tugas y ranas, entre las que se encontraba una especie de rana protegida por el Apéndice II del CITES.
Además, por acciones que ponen en peligro el medio ambiente, el Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Ambiente presentó las pruebas que demostraban la deforestación provocada por la presencia de los campamentos del Bloque Guavio de las FARC, en la Reser va Natural de Sumapaz. Como consecuencia, la Unidad Seccional de Fiscalías Delegada ante el Juzgado Penal de Circuito de Sumapaz, dictó orden de captura en noviembre de 2005 contra Henry Castellanos, alias “Romaña”, cabecilla de dicho Bloque, por atentar contra los recursos naturales y el medio ambiente.
En cuanto al tráfico de flora silvestre, el Grupo de Delitos Contra el Medio Ambiente de la DIJIN, en coordinación con el DAMA, adelanta constantemente registros en los depósitos de comercialización de madera, especialmente en el centro de Bogotá, para prevenir que especies únicas sean comercializadas, y verificar que su transpor te y almacenamiento se haya hecho legalmente.
CONCLUSIONES
La preservación de la riqueza natural y la biodiversidad de nuestro país es una tarea que no involucra de manera exclusiva a las entidades estatales, sino que debe ser una labor coordinada en la que participen además organismos internacionales, entidades privadas y la sociedad en general.
La importancia de combatir la criminalidad ambiental radica en que mientras los beneficiarios de estas actividades son un puñado de organizaciones criminales, los perjuicios afectan a toda la humanidad y son invaluables, con el agravante adicional que en la mayoría de los casos son irreversibles.
Al igual que en el tráfico de drogas ilícitas, no es suficiente ejercer presión sobre los países en desarrollo para combatir y reducir la oferta. Es necesario, además, eliminar o por lo menos reducir significativamente la demanda de estas especies de vida silvestre en los países desarrollados que son los mercados de destino. De lo contrario, mientras las ganancias y la demanda existan, las organizaciones criminales alcanzarán niveles más altos de organización y sofisticación, por lo que es importante atacar las estructuras que generan tales oportunidades e incentivos.
Finalmente, es de vital importancia contar con instrumentos de ley apropiados a nivel nacional e internacional. Se hace evidente entonces que no basta con perseguir a los delincuentes e intensificar las operaciones y decomisos, sino que además es necesario procesar a los criminales de manera ejemplarizante para que no permanezcan en la impunidad.
Por lo anterior, es importante que los encargados de perseguir y procesar a los delincuentes posean el conocimiento y la pericia en esta materia. Por ejemplo, en el caso colombiano se erige como una de las más importantes prioridades, la creación de una Fiscalía Especializada y el fortalecimiento de los grupos investigativos de delitos ambientales.