Carlos Fernando Triana

Discurso de posesión Bg. Carlos Fernando Triana Beltrán

 

En el año 49 Antes de Nuestra Era, Julio Cesar ya había alcanzado la cima de los Generales de la historia. Lo había conquistado todo. Era hora de retirarse a sus cuarteles de invierno o de regresar a Roma para contribuir a consolidar el gran Imperio Romano y combatir fenómenos que amenazaban con erosionarlo, como el flagelo de la corrupción.

Pero había recibido la orden de permanecer en la frontera, a orillas del río Rubicón. Atravesar ese riachuelo implicaba cambiar el rumbo del mundo y su propio destino. Y, tras exclamar la frase: “la suerte está echada”, montó su caballo para escribir otra página memorable. Desde entonces, este acontecimiento se convirtió en fuente de inspiración para la humanidad, hasta bautizarlo como el Factor Rubicón, el mismo que nos ratifica que las grandes decisiones en la vida exigen valor, determinación y abandonar el miedo al latente resultado adverso.

Nos señala que cada uno de nosotros, desde nuestras responsabilidades, tenemos que atrevernos a cruzar nuestro propio Rubicón, dejando de mirar atrás, aceptar las consecuencias de nuestras decisiones y entender que la suerte es mucho más que azar: es el eco de nuestras acciones, el reflejo de nuestra determinación y la expresión de nuestra voluntad.

Hoy, gracias a la confianza del señor Presidente de la República y del señor Ministro de Defensa Nacional y al respaldo incondicional de mi adorada familia, he decidido atravesar mi propio Rubicón, para volver a portar el uniforme y aceptar el reto de liderar una de las instituciones más queridas por los colombianos: la Policía Nacional de Colombia, de la cual hacen parte más de 7.000 afrocolombianos, 1.600 indígenas y 44.000 mujeres, dignas herederas de Manuela Beltrán, Antonia Santos, Policarpa Salavarrieta y Juana Velasco.

Vamos a construir sobre lo construido, sobre el legado de nuestros 82 antecesores, entre ellos el siempre recordado señor comisario Juan María Marcelino Gilibert y los señores generales Bernardo Camacho Leyva, Víctor Alberto Delgado Mallarino, Miguel Antonio Gómez Padilla, Rosso José Serrano, Luis Ernesto Gilibert, Óscar Naranjo, José Roberto León, Rodolfo Palomino, Hernando Nieto, Óscar Atheortua, Jorge Luis Vargas Valencia, Henry Sanabria y William René Salamanca Ramírez.

Siempre convocaremos su experiencia, al igual que la de todos los miembros de la Reserva Policial, la cual conocí a profundidad desde la Dirección de la Caja de Sueldos de Retiro (CASUR), para consolidar el proceso de transformación institucional en marcha, el cual, según las propias Naciones Unidas, es digno de emular por el resto del mundo.

Nuestra hoja de ruta contempla cinco prioridades institucionales: una arremetida sostenida contra las distintas manifestaciones del multicrimen, protección del capital natural del país, lucha frontal contra la corrupción, Plan Democracia 2026 y consolidación de la Política Integral de Bienestar para la Fuerza Pública y sus familias, liderada por el Gobierno Nacional.

Esta estrategia está inspirada en los tres puntos diferenciales de la Seguridad Humana propuesta por la Organización de las Naciones Unidas, que implica pasar de la simple coordinación a la integración real, promover alianzas múltiples, entre gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, y encontrar soluciones locales y no dejar a nadie atrás. También está alineada a la Política de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana del Gobierno Nacional, dirigida a proteger la vida, contener la deforestación, salvaguardar la integridad territorial y la soberanía y fortalecer la fuerza pública.

En desarrollo de la primera prioridad, el pasado sábado, en el encuentro a puerta cerrada con el Cuerpo de Generales, Directores, Comandantes y Jefes de Oficinas Asesoras, finiquitamos los detalles de una inminente ofensiva territorial contra las distintas manifestaciones del multicrimen, en especial contra el hurto a personas, residencias, empresas y vehículos, el homicidio, la extorsión, el secuestro, el narcotráfico, el tráfico local de estupefacientes, el contrabando, la extracción ilícita de minerales, la trata de personas, la migración irregular, el lavado de activos, la piratería terrestre y el abigeato, al igual que los demás delitos contemplados en la Convención de Palermo.

En consecuencia, la Policía Nacional desarrollará intervenciones integrales en las principales ciudades del país contra estos delitos, en coordinación con alcaldes y gobernadores. Mañana mismo viajaremos a Villa de Leyva para participar de la Cumbre de Gobernadores, escenario donde les ratificaremos a los mandatarios departamentales nuestro compromiso inclaudicable de seguir aunando esfuerzos para doblegar el delito. Celebramos que esta Cumbre de Gobernadores esté dirigida a exaltar al campo, como ‘motor de crecimiento desde las regiones’ y enfatice en la importancia de la seguridad para garantizar la actividad productiva del país.

Precisamente, otra de nuestras prioridades lo constituye el proteger a los 12 millones de labriegos colombianos y contribuir a cuidar su entorno, el cual representa el 10 % de la biodiversidad del planeta, el equivalente a 59 millones de hectáreas, incluidos seis nevados y 48.000 humedales; riqueza amenazada por la deforestación, especialmente auspiciada por el narcotráfico, la contaminación sistemática, la caza indiscriminada, la pesca ilegal, la ganadería extensiva, el tráfico de flora y fauna y la extracción ilícita de minerales.

Mediante el Plan Amarú vamos a descontaminar importantes afluentes hídricos en distintas partes del país y, además, consolidaremos nuestra alianza con la Red Jaguar o Red de policías especializados en delitos ambientales en América Latina y la Unión Europea, para arreciar las operaciones transnacionales contra los ecocidas. Adicionalmente, haremos realidad el Centro Integrado Transnacional para el Control de Delitos Ambientales en Leticia (Amazonas), desde donde protegeremos este pulmón del mundo, hogar de 34 millones de habitantes, en su mayoría pertenecientes a 400 pueblos indígenas.

RENTAS CRIMINALES Y ARMAS

Para combatir con mayor contundencia el delito, tanto en el ámbito urbano como rural, vamos a golpear el poder económico del crimen organizado, el cual es el financiador de otras formas de violencia. Precisamente, el próximo 26 de febrero, en desarrollo de una de las 26 iniciativas consensuadas durante el encuentro estratégico de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, pondremos en marcha el Área de Finanzas Criminales, que compromete a 700 investigadores.

Además, en breve, inauguraremos el Grupo Investigativo contra el Tráfico de Armas, mediante el cual rastrearemos el origen de estos arsenales y de los explosivos que dinamizan el crimen en Colombia. Igualmente, tenemos que frenar tanta muerte violenta en accidentes de tránsito, los cuales en el último año dejaron más de 7.500 muertos, entre ellos 172 niños, y más de 49.000 heridos. Adicionalmente, para cuidar a 26 millones de mujeres colombianas, vamos a robustecer nuestra Estrategia de Atención a Mujer, Familia y Género, convocando a todos los hombres de Colombia a asumir su responsabilidad histórica para protegerlas.

Además, para salvaguardar la integridad de nuestros niños, niñas y adolescentes, en consolidación de la estrategia Patrulla de Atención para la Infancia Segura (PAIS), vamos a cuidar los entornos escolares y lanzaremos un plan para prevenir y contrarrestar las amenazas en las redes sociales. Lo haremos mediante una patrulla de policías virtuales, que perseguirá en las redes sociales a reclutadores de menores de edad para el conflicto, pederastas y demás depredadores sexuales.

Otra prioridad institucional, en la que ya estamos trabajando, está relacionada con la implementación y consolidación del ‘Plan Democracia 2026’, para que esas justas electorales sean las más tranquilas de la historia. 

COOPERACIÓN 

Todo lo anterior solo es posible si fortalecemos la cooperación interinstitucional e internacional y respetamos la veeduría ciudadana y la ejercida por los medios de comunicación, a los cuales les reiteramos nuestro absoluto respeto por la libertad de expresión. El trabajo armónico con aliados estratégicos institucionales, como el Ministerio de Defensa y demás ministerios, las Fuerzas Militares, las altas Cortes, la Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación, la Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo, entre otros, se traducirá en resultados históricos en materia de seguridad y tranquilidad para todos los colombianos.

A través de esta línea estratégica también buscaremos robustecer la cooperación con los distintos sectores de la sociedad, como la academia, los tanques de pensamiento, los gremios de la producción, las asociaciones, las Organizaciones No Gubernamentales y los líderes cívicos y sociales.

En el ámbito global vamos a transversalizar y consolidar la labor de nuestra Oficina de Cooperación Internacional, para unificar todos los procesos de asistencia mutua, a través de acuerdos, memorandos, convenios y declaraciones de entendimiento. Lo anterior nos permitirá agilizar el flujo de información con la Organización de Policía Internacional (INTERPOL), la Oficina Europea de Policía (EUROPOL), la Comunidad de Policías de América (AMERIPOL) y la Comunidad Latinoamericana y del Caribe de Inteligencia Policial (CLACIP), y así ser más contundentes en la lucha contra el multicrimen nacional y transnacional.

De ahí que, en ejercicio de la Presidencia de AMERIPOL, vamos a liderar grandes operaciones continentales contra el hurto en sus distintas modalidades, el narcotráfico, el tráfico de armas y explosivos, la extorsión, la migración irregular y el ciberdelito, entre otros. A los colombianos queremos señalarles que no vamos a minimizar los problemas, ni a ocultarlos. Con el apoyo del Cuerpo de Generales y con el valeroso trabajo de cada uno de los 183.000 policías de la patria, los vamos a enfrentar con la mayor determinación.

También queremos pedirles que sigan confiando en su Policía Nacional y que sigan siendo sus máximos fiscalizadores, pero también que la respeten, la apoyen y sean solidarios con ella; que denuncien sin ambages; que ayuden a construir la paz desde sus propios hogares, evitando todo tipo de violencia; que respeten a sus vecinos y no intenten nunca hacer justicia por mano propia.

La cuota de sacrificio de la familia policial ha sido muy alta, pero la hemos pagado de corazón por la paz del país, y, por eso, de la mano de Dios y con un amor infinito por la patria, en memoria de nuestros héroes caídos y en nombre de tantas viudas y huérfanos, tenemos la responsabilidad histórica de actuar en unión, con grandeza, para entregarles a nuestros hijos y nietos un mejor país.

A los policías de la patria queremos recordarles la necesidad de estar a la altura de la confianza depositada por el pueblo colombiano, que reclama más seguridad y tranquilidad en sus vecindarios, calles, carreteras, entornos escolares y caminos veredales. Por eso, tenemos que actuar con la mayor transparencia, alejados de esos espejismos del dinero fácil que destruyen nuestra familia, hieren la confianza depositada por la ciudadanía en sus policías y quebrantan los cimientos mismos de la democracia.

Acatar los mandatos de nuestro Código de Ética no es una opción. Es un mandato llevar una vida irreprochable y ser honestos en pensamiento y acciones. A la par, vamos a seguir trabajando por consolidar la Política Integral de Bienestar para la Fuerza Pública y sus familias, que se debe traducir en más salud, más educación, más vivienda y más recreación para la gran familia policial, incluidos, por supuesto, los 273 amigos con quienes, en 1993, recibimos el grado de subtenientes en esta emblemática alma mater, seis de los cuales alcanzamos el grado de Generales.

A los paisanos de La Peña y del resto de la Provincia del Gualivá queremos agradecerles por tantas manifestaciones de cariño, con el compromiso de dejar en alto los valores de un pueblo resiliente, capaz de doblegar la violencia y enrutarse por el camino del progreso.

Para terminar, permítanme hablar en primera persona para agradecerle a Dios por haber nacido al calor de un hogar conformado por un ama de casa que, desde niño, me inspiró fortaleza, dedicación y firmeza, y por un transportador de carga y administrador de fincas paneleras, ejemplo de honradez y transparencia, valores que comparto con mis hermanos Milena y Cristian.

Y Dios también me bendijo con una esposa incomparable, como lo es María Fernanda, una valiente y aguerrida coronel de la Policía Nacional con quien compartimos el amor de nuestros hijos, Camila Alejandra, Andrés Felipe y Luisa Fernanda, tres de las razones por las cuales me atreví a cruzar mi propio Rubicón, el mismo que invito a cruzar a todos los colombianos para que construyamos juntos el país que nos merecemos.

¡Muchas gracias!

¡Dios y Patria!

Bogotá ,

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Ayudar a proteger a los 14 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Colombia, contribuir a convertir a nuestro país en potencia turística mundial y salvaguardar la integridad de personas en riesgo

Bogotá,

Por un instante, quiero ponerme en los zapatos de cada uno de ustedes para volver a sentir esas únicas e irrepetibles sensaciones que me cobijaron hace apenas 48 horas

Bogotá,

En el año 49 Antes de Nuestra Era, Julio Cesar ya había alcanzado la cima de los Generales de la historia. Lo había conquistado todo.

Bogotá,