En el patrullaje por trochas y veredas del municipio de Pamplona, son los niños los que le dan la bienvenida en cada paraje al Grupo de Carabineros y Seguridad Rural; inspirados en ese amor por los caballos y la alegría de su presencia, nuestros policías idearon un programa para incentivar en ellos los valores, la educación y el emprendedurismo.

El galope de los caballos de los Carabineros de Colombia, llegó a las veredas Alto Grande, el Rosal, Naranjo, Chíchira y otras del municipio de Pamplona, Policías con el deseo de motivar a los niños de escasos recursos para que asistan a la escuela, en sus constantes patrullajes y visitas a los hogares campesinos, evidenciaron que muchos niños se quedaban en casa desarrollando labores distintas, sin tener acceso a la educación.

En cada puerta a puerta el Patrullero Edder Maldonado Rodriguez y sus compañeros fueron tomando nota y enlistando niños para motivarlos a asistir a las escuelas rurales, apoyándose en profesores como Olga Lucía Jaime, docente del centro educativo Alto Grande, quien brindó todo el respaldo a los uniformados para que fuese posible tener más niños en las aulas de clase y fortalecer en los más vulnerables el deseo de seguir acudiendo a la Escuela sobre cualquier circunstancia.

Aún con la necesidad de recursos económicos para poder realizar actividades de inclusión con los menores, el Grupo de Carabineros decidió tocar las puertas de las instituciones, con la convicción de aportar al sueño de los infantes, por ello en alianza con la Inspectora de Policía, Laura Milena Rodríguez, el gremio comercial del municipio, y una colecta realizada por los mismos policías, lograron reunir 1000 kits escolares para entregar a través del programa “Risoterapia con mi Policía”, a los niños de escasos recursos de las veredas de Pamplona, Norte de Santander.

La “Risoterapia con mi Policía” es un programa donde el Grupo de Carabineros lleva a los niños, niñas y adolescentes mensajes de paz, amistad, alegría y esperanza en los sueños que parecieran inalcanzables, pero con la risoterapia los hacemos tangibles”, afirma el Patrullero Maldonado integrante de la especialidad.

Y así como se planeó, la “Risoterapia” tuvo los mejores beneficios, una infinidad de sonrisas y agradecimientos por parte de los niños y la comunidad al recibir morrales, lápices, diccionarios, cuadernos, marcadores y otros elementos necesarios para su aprendizaje.

Los patrulleros Jesús, Daniel y Diego acompañaron la actividad con pintucaritas y actividades lúdico-recreativas, devolviendo en algo el aprecio demostrado por los niños durante los patrullajes rurales veredales.