Cuando las mujeres del Escuadrón Femenino de Enlace Operacional Rural arribaron a los Montes de María se encontraron con una tragedia que las conmovió hasta el llanto: pululaban las niñas convertidas en madres, que en medio de su ignorancia, desespero y miseria estaban dispuestas a regalar a sus bebés, en especial a los nacidos con alguna enfermedad congénita. En el mejor de los casos, estos hijos indeseados quedan a la crianza de abuelos que no tienen ni las fuerzas ni los recursos para responder por ellos. Tal es el caso de un niño, de unos 10 años, tenido en condiciones infrahumanas y quien, prácticamente, está aprendiendo a hablar repitiendo los nombres de las policías.
Ante semejante drama, las uniformadas, que montadas en sus caballos van por los campos de Colombia ayudando a los más necesitados, se dedicaron a concientizar a estas pequeñas mamás, de Ovejas (Sucre) y Carmen de Bolívar, sobre la importancia en sus vidas de preservar a sus criaturas, darles amor y sacarlas adelante, más allá de cualquier dificultad. Los consejos comenzaron a calar y más de una ya se arrepintió. También lanzaron una campaña para educar en sexualidad a otras niñas y adolescentes, para que conozcan sus derechos, denuncien a los abusadores y sepan cómo usar los distintos métodos de planificación y no se conviertan en madres a tan temprana edad. Desde su llegada a esta tierra caribeña se ganaron el corazón de los pobladores, como ya lo habían hecho en Puerto Tejada y Buenaventura, en el Valle del Cauca, donde lograron afianzar lazos de amistad con comunidades azotadas por pandillas, como ‘Los 23’, ‘Los Cochinoles’ y ‘Los Pumas’. También lideraron jornadas educativas en colegios y universidades y dictaron capacitaciones a madres cabeza de hogar y comunitarias sobre violencia contra la mujer, violencia escolar, la importancia de la familia, principios y valores de la sociedad y los riegos de las enfermedades de transmisión sexual.
Les enseñaron a las niñas, niños y adolescentes de los diferentes barrios a pensar antes de actuar, a desarrollar sus inteligencias múltiples para ponerlas al servicio de sí mismos y de los otros y, de esta forma, rechazar la violencia, venga de donde venga. Estas heroínas, al mando de la teniente Marybel del Rocío Díaz Velásquez, son expertas en prevención de drogas, resolución de conflictos, programas de participación ciudadana, derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario. Han hecho cursos en el exterior en asistencia médica, búsqueda y rescate; logística internacional y administración de abastecimiento. Todo esto les permite realizar operaciones civiles sostenidas en zonas que históricamente han sido golpeadas por los grupos armados al margen de la ley y donde se ha generado algún ambiente de apatía hacia la Fuerza Pública.
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