Las Bodas de Oro del glorioso Curso XXV

Las Bodas de Oro del glorioso Curso XXV

Nuestras mentes y corazones permanecen siempre unidos a nuestra querida Policía Nacional, pidiendo al Guardián del Universo la lleve de la mano, la proteja y la guíe.
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​Cumplir 50 años de haber egresado del alma máter de la Policía Nacional, la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, nos invita a una evocación histórica de nuestro paso memorable por las filas de la benemérita Policía Nacional. Sea lo primero, agradecerle a Dios por haber sembrado en nosotros el espíritu policial, por habernos elegido para ser los guardianes del orden y por permitirnos abrazar la profesión más hermosa, noble, sublime y gratificante, representada en el servicio a la comunidad.El primer ingreso del Curso XXV a la escuela se dio el 1° de febrero de 1962, para cursar el sexto de bachillerato, con un total de 29 alumnos. En enero del siguiente año ingresaron 63 estudiantes más y, simultáneamente, se unió al grueso del curso un grupo de 16 jóvenes  bachilleres seleccionados por las directivas de la Escuela para iniciar, por primera vez, la formación policial con énfasis en administración que, para la época, requería la Institución, conformando así 103 alumnos, cuyo grupo recibió una educación integral, que incluía formación policial, cultural, ética, física y profesional, propias del verdadero servidor público.Tuvimos la fortuna de contar con comandantes y superiores ejemplo de señorío, mística y servicio, quienes nos infundieron disciplina, orden, responsabilidad y fe en la Institución. Entre ellos recordamos al Mayor abogado Bernardo Echeverry Ossa, subdirector de la Escuela, y a oficiales como los capitanes Álvaro García Romero, Álvaro Camelo Jiménez, Álvaro Novoa Morales y Édgar Guillermo Viteri Valencia, y a los tenientes Nieto Linares, Francisco Cárdenas Guzmán, Oswaldo Caraballo Díaz y Yesid Aquite Coronado. Al final nos graduamos como oficiales 73 Subtenientes, con dos oficiales extranjeros, un boliviano y un panameño. Fuimos bautizados como la promoción 'Rafael Núñez' y el curso eligió el Lema de 'Honor-Valor-Justicia'. Eso fue el 4 de diciembre de 1964, bajo la presidencia de Guillermo León Valencia, siendo Director de la Policía el Brigadier General Saulo Gil Ramírez Sendoya y Director de la Escuela el Coronel José Manuel Mendoza Escobar.Era tan esperada nuestra presencia para el servicio policial que, casi de inmediato, fuimos incorporados a las diferentes estaciones de Bogotá, con los consabidos cuatro turnos a los que se sumaban los servicios especiales, los oficialatos de servicio, los servicios extraordinarios en el Capitolio Nacional, el Congreso de la República, el Concejo de Bogotá y El Campín y la atención de huelgas, marchas y manifestaciones. A los pocos meses, la gran mayoría fuimos destinados a diferentes departamentos de policía, escuelas de formación y unidades especiales.La alteración del orden público afectaba a varios departamentos. Fue un difícil y delicado problema que desde muy jóvenes tuvimos que afrontar la arremetida de bandas criminales, subversión, terrorismo y narcotráfico. Luego incursionamos en las universidades y entidades de educación superior, alcanzando 29 de nosotros otra profesión que consolidaría nuestra  formación policial.Igualmente, 5 oficiales ostentaron la jerarquía de General: 3 de ellos de Mayor General: Luis Enrique Montenegro Rinco, Carlos Alberto Pulido Barrantes y Alfredo Salgado Méndez, y 2 de Brigadier General: Pablo Elbert Rojas Flórez y Luis Humberto Pineda Pérez; 13 de Coronel, 9 de Teniente Coronel, 15 de Mayor, 15 de Capitán, 6 de Teniente y 8 de Subteniente. Lamentablemente, 12 de ellos ya no nos acompañan, se adelantaron a la cita con el Guardián del Universo.Revista Policía Nacional