Preámbulo Histórico: Nuestra historia Institucional no puede reducirse a conocer la expedición de la Ley 23 de 1890 y el Decreto 1000 del 5 de noviembre de 1981, como sus cimientos y los pasos de su primer Director, el Comisario Especial Juan María Marcelino Gilibert. Gobiernos y personajes anteriores y posteriores, al igual que hechos trascendentales, merecen el recuerdo, aunque sea someramente, para descubrir como tomó vida a partir de 1950 esta nueva Institución y tal vez el porqué, de algunos de sus resultados.
De otra parte, su situación debe dilucidarse si recordamos que en ese entonces, era en su mayoría departamental y la nacional solamente cubría a Bogotá y los territorios nacionales (Intendencias y Comisarias).
Nueva Dinámica institucional
Corría el año 1950, los cuerpos de policías departamentales y municipales ejercían sus labores en el resto del territorio patrio, en algunos pocos casos con oficiales de escuela en comisión y, en los demás, con mandos seleccionados y nombrados por los gobiernos locales y, por tal motivo, sin formación académica.
En aquel año ingresamos 120 aspirantes a oficiales; 30 incorporados en la Escuela Militar y en la Academia Militar de Ramírez, con los que se integró el primer grupo de brigadieres y, los demás, de las principales regiones del país; muchos de ellos de insuperables condiciones, pero que, por desgracia, la politiquería, a través de algunos de los incorporados, acosa con ensañamiento a quienes juzgaron no eran de la confianza del partido de gobierno, hasta dar al traste con su permanencia y privaron así a la Policía de magníficos exponentes, que hubieran sido un orgullo institucional. No tuvimos uniforme de salida y a dos cadetes nos correspondió proyectarlo. El 17 de Diciembre 1950, recibimos el grado de “Subcomisarios a Prueba” (Sub-Tres) 85 aspirantes y pocos días después 6 compañeros más.
Iniciamos una nueva era para la Policía Nacional, con lo que se nos enseñó en la Escuela de Cadetes General Santander, que dirigía, en aquel período, el teniente coronel del Ejército Nacional Daniel Cuervo Aráoz, y nuestro comandante de compañía del mayor Bernardo Camacho Leyva
Como una atrevida y señalada juventud y con su fogosidad natural y los ideales que nos formaron en la escuela, salimos a devorar llanuras y montañas, poblados y urbes tras la meta final; a enfrentar con altivez los obstáculos. Amamos nuestra institución y nuevas ilusiones iluminaron el camino para recorrer y nos infundieron un gran valor para asumir con éxito rotundo, los destinos de ella. Salimos a lucir el nuevo uniforme gris y dejamos atrás el carmelito, usado por los militares durante el intermedio aducido (1949-1950).
Apartes del Preámbulo Histórico de coronel Gilberto Fernández.