Los operativos adelantados por uniformados de la Policía aeroportuaria, mediante controles en las bodegas de envíos, utilizando los guías caninos, ha develado la manera casi que, desesperada por parte de traficantes de estupefacientes para tratar de mover la droga mediante la modalidad de encomiendas.
Es así como en los últimos meses, las incautaciones superan los 63.029 gramos, pero lo que llama la atención, son los elementos en los que tratan de ocultarlos; desde maletas, empaques de pañitos húmedos para bebés, juguetes para niños y hasta en las suelas de los zapatos.
Así mismo, se ha encontrado que los delincuentes han tratado de aprovecharse de la contingencia por la pandemia, para fingir envíos de comida, pero entre los cuales, camuflan los estupefacientes como en un caso donde trataron de enviar desde Bogotá a San Andrés, 4.310 gramos de marihuana, escondida en 19 paquetes de maní.
Otro caso fue el hallazgo de 8.315 gramos de marihuana, que había sido cuidadosamente empacada en cuatro tarros de duraznos en almíbar, con destino también a la isla caribeña.
Por su parte, el intento por enviar cocaína no es la excepción, como el hallazgo que se dio en otra bodega, gracias al olfato de uno de los caninos, dentro de una caja de cartón que contenía 12 paquetes de esta sustancia, con un peso aproximado de 11.990 y que tenía como destino, la ciudad de Leticia.
Otros elementos muy concurridos por los traficantes son televisores y herramientas para construcción, los cuales son adaptados tratando de evadir los controles de la Policía, especialmente los potentes olfatos de los perros antinarcóticos.
Estas actividades de control a pesar de los cierres en las terminales aéreas y terrestres, se han venido fortaleciendo con el objetivo de frenar a quienes tratan de continuar con el microtráfico y de demostrar las capacidades de la Policía Metropolitana de Bogotá, para ponerle barreras a los delincuentes y a quienes se prestan para este delito.