Desde la Oficina de Telemática, la Policía aprovecha la tecnología para acercarse más a los ciudadanos. Desde una pantalla gigante en Bogotá se puede monitorear la velocidad y ubicación de cualquiera de los más de 1.000 vehículos multipropósito que ruedan por las vías del país con varias cámaras incorporadas, tanto exteriores como en el interior.
También se puede seguir, por medio de georreferenciación, la ubicación de cualquier patrullero que porte un Asistente Digital Personal (PDA, por sus siglas en inglés), un dispositivo móvil similar a un teléfono inteligente con el que se pueden verificar los antecedentes de los ciudadanos en cualquier sitio. En cada cuadrante debe haber un PDA en funcionamiento las 24 horas del día.
Incluso, desde esa misma pantalla gigante se puede monitorear la ubicación exacta y en tiempo real de la maquinaria amarilla, como estrategia para combatir la minería ilegal.
Esos desarrollos de software y aplicativos son responsabilidad de la Oficina de Telemática de la Policía Nacional, una oficina asesora que depende directamente de la Dirección Nacional y que funciona para todas las unidades.
Gracias a la tecnología desarrollada por miembros de la misma Policía, ahora es posible, por ejemplo, que los oficiales a cargo reciban reportes por medio de la línea 123, monitoreen si la ubicación del teléfono móvil desde el cual se llama coincide con la que indica la persona que habla. Esto para evitar incidentes falsos.
Como explica el teniente coronel Carlos Muñoz, esta tecnología se usa con dos propósitos: el primero, llevar un monitoreo preciso de las unidades de la Policía para asegurar que cada procedimiento esté ajustado a la norma, como garantía ante la ciudadanía. El segundo, impactar con mayor fuerza la seguridad ciudadana en el posconflicto. Más cuando, desde enero del 2017, la Policía Nacional se regirá por el nuevo Código Nacional de Policía aprobado por el Congreso.
Por eso, indica el coronel Muñoz, no será nada extraño que en un par de años haya policías dotados no solamente de la PDA, sino también de sistemas de grabación de voz y video que ayuden a aportar evidencia, siempre que se requiera, tanto para procesos por comportamientos contrarios a la convivencia como para procesos administrativos que surtan contra los mismos policías.
En la ruta de acercarse a los ciudadanos, la institución ha incursionado también en las aplicaciones para dispositivos móviles. Polis –antes llamada Cuadrante Amigo– es la app con la que, desde el 11 de septiembre del 2015, unos 124.000 usuarios registrados pueden generar alertas sobre situaciones de seguridad detectadas por ellos mismos.
“Permite tener una línea directa” con la Policía, según la descripción que figura en las plataformas de descarga de Android y iOS. Desde Polis, el usuario puede hacer una llamada, la cual, de acuerdo con la ubicación del teléfono móvil, es redirigida al policía del cuadrante. Además, tiene un botón de pánico diseñado para usuarios bajo riesgo especial, como instituciones, transportadores de valores, transportadores de alimentos, entre otros.
A futuro, según funcionarios de Telemática, Polis permitirá hacer trámites tan cotidianos como reportar pérdida de documentos o una alcantarilla sin tapa, así como informar sitios que suelen ser inseguros para los ciudadanos por delitos como hurto.
El mandato del Código
En todo caso, estos desarrollos se enmarcarán en las obligaciones que el nuevo Código de Policía le asigna a la institución y que implican avances tecnológicos que ya están en marcha para implementar el sistema nacional de seguimiento a los comportamientos contrarios a la convivencia.
“Es un cambio grande”, dice el coronel Muñoz, pues el anterior Código ya tenía 46 años. Al sistema en marcha, cuya implementación total debe comenzar seis meses después de la entrada en vigor del Código, llegará toda la información recogida por todos los medios disponibles.
La Policía no parte de cero en el cumplimiento de este mandato. Un insumo fundamental es el Sistema de Información para el Seguimiento y Control de Casos (Secad) que recibe la información de la línea 123, así como reportes de la aplicación Polis, redes sociales, cámaras, etc.
El Código de Policía que entrará en vigor contempla, por ejemplo, correctivos para quienes usen mal los sistemas de alerta. Para cumplir esta tarea y responder a todos los diagnósticos de convivencia, son necesarias las estadísticas que arrojará el nuevo sistema, pues con mayor información y sistemas óptimos para manejarla, se podrán tomar mejores decisiones para la seguridad ciudadana.
Ciudades inteligentes
Villavicencio representa el futuro de la seguridad en las ciudades. En la capital del Meta se inauguró el primer Centro de Mando y Control Ciudadano en el país. Se trata de unas modernas instalaciones en las que, además de la Policía, instituciones como Bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, Gestión de Riesgo, actúan de forma articulada y en tiempo real para conjurar las crisis y situaciones que se puedan presentar.
Estos centros son el primer paso a corto plazo para llegar a ciudades inteligentes que integren todas sus tecnologías de comunicación e información a fin de tomar mejores decisiones con impacto en la seguridad ciudadana.
La Policía aporta su conocimiento técnico y operativo, pero el financiamiento requiere del concurso de las entidades locales y regionales y el Ministerio del Interior. El futuro de la seguridad, afirman, está en la inteligencia con que se articule la creciente información recolectada gracias a la tecnología.