Con más de 3 décadas de servicio, este policía de 63 años es el rey de la audiencia en Norte de Santander. Agricultores, taxistas y trabajadores del calzado lo tienen como su locutor favorito.Son apenas las 4:30 de la mañana cuando el agente Alfonso Ortiz prepara su matutino café cerrero y se viste de forma ágil para poder dedicarse a la pasión que hace más de 13 años lo sacó de ser conductor de vehículos para convertirse en uno de los locutores más queridos de los campesinos santandereanos.Ortiz, oriundo del municipio de Zapatoca (Santander) y con más de 31 años de servicio activo como agente de la Policía Nacional, se ha convertido en un destacado locutor que mezclo la trova, la poesía y la carranga a través de su programa radial 'Alegrías de mi rancho'.Taxistas, agricultores y trabajadores del calzado sintonizan puntualmente desde las 5 de lo mañana el dial 88.7 (Radio Policía Nacional), donde Ortiz, con su tono de voz grueso y jocosa, recuerdo la importancia de recorrer las veredas, praderas y ríos del gran Santander, devolviéndoles al azadón, la pica y la pala su gran papel fundamental en medio del proceso de siembra y recolección de alimentos.De la mano de la carranga hace un programa profundamente cultural, donde los oyentes no pierden la oportunidad de realizar llamadas en vivo paro saludar a la familia, paro hablar del agro y, por qué no, invitar a un sancocho comunitario en pro de la vereda .Por su cabina musical, como él le llama, ha pasado un gran número de artistas del género carranguero y popular, los cuales recuerda con nostalgia y guarda con recelo cada recuerdo como si hubiera sido ayer. Y es que sostener un programa radial por más de 13 años ha sido una tareo titánica, pues no ha sido fácil competir con los nuevos géneros musicales del pop, reguetón y bachata, que, poco o poco, han contribuido a olvidar lo raíz musical de las guitarras y tiples que endulzaron el oído de colombianos por generaciones .Padre de ocho hijos, aferrado o su Virgen del Carmen y bohemio de vocación, a sus 63 años maneja o lo perfección su consola digital poro programar su mejor repertorio musical y ponerle ese toque picante que cautivo a cientos de oyentes en los cálidas madrugadas.Sus años acompañados de sabiduría le generan un acercamiento particular que, al momento de estar al aire, su micrófono y su cabina se convierten en un transporte inmediato a la paz del campo y sus alrededores, que, como él mismo dice, "no hay alegría más grande que hacer algo con el corazón", siendo ese infinito corazón lo que le permite seguir guiando a sus 14 nietos y a la pequeña Nasly, su primera bisnieta.Hoy, colombianos como el agente Ortiz, son reclamados por todas partes, pues su autenticidad, jovialidad y espíritu incansable nos permiten conocer ese campo que a veces pareciera ton distanciado de nuestras ciudades, pero que cobra vida cada vez que este veterano de la radio dice "Buenos días, 'Alegrías de mi rancho"'.Revista Policía Nacional