Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, en el mediano y largo plazo, los nutrientes de los suelos afectados por el actual Fenómeno de El Niño, quedarán desprotegidos y se irán agotando "poco a poco", lo que generará la pérdida de la fertilidad, estructura y capacidad para captar agua; en pocas palabras se perderá la vida del suelo.Colombia está que arde. Según el último reporte de las autoridades nacionales, en lo corrido de este año se han presentado 3.700 incendios, que han arrasado con más de 80 mil hectáreas de bosques y cultivos.Actualmente, el país padece de 67 incendios forestales activos, en su mayoría ubicados en los departamentos de Cundinamarca, Huila, Tolima, Nariño, Valle del Cauca, Boyacá y Cauca.Según el balance entregado en las últimas horas por el comité departamental de gestión del riesgo de desastres en Nariño, donde asistieron las profesionales de enlace de la subdirección de Agrologia del IGAC, Flor Dalila Riascos Delgado y Mónica Eliana Córdoba Figueroa, se han registrado en los últimos meses, 390 incendios en cobertura vegetal, en 41 de los 64 municipios del departamento, donde se establece la destrucción de 8.882 hectáreas, que corresponden a 9.633 hectáreas de bosques y 20.495 hectáreas en cultivos, ubicando al municipio de La Llanada, en primer lugar por la afectación de esta problemática, con la pérdida de 1.100 hectáreas; en segundo lugar se ubica el municipio de Cumbal; en tercer lugar, el municipio de Cumbitara, en cuarto lugar, el municipio de Sandoná, en quinto lugar, el municipio de de Buesaco y sexto lugar, el municipio de Chachagüí, entre otras zonas, donde se han generado quemas que han sido controladas por organismos de socorro y autoridades.Mucho se ha hablado de la pérdida de biodiversidad y de la cobertura vegetal de las zonas afectadas por las quemas, ignorando de alguna manera a otro recurso natural que se verá afectado considerablemente por esta "ola de calor": el suelo.El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), entidad encargada del estudio de los suelos del país, indicó que la quema tiene como principal consecuencia la pérdida de la materia orgánica del suelo, lo que generará que los efectos a mediano y largo plazo por los incendios sean negativos y en algunos casos irreversibles y catastróficos, tanto para el suelo como para los ecosistemas que habitan en él."Luego de un incendio, los nutrientes minerales del suelo quedan disponibles para las plantas, lo cual puede aumentar su productividad. Sin embargo, con el paso de los años, los terrenos afectados por los incendios sufrirán efectos que podrían catalogarse como catastróficos", el Director General del IGAC.Según Nieto Escalante, en el mediano y largo plazo, los nutrientes de los suelos quedarán desprotegidos y se perderán por el arrastre del agua. "Esto causará que desaparezca la fertilidad del suelo, que se pierda su estructura y capacidad para captar agua, y que se convierta en un terreno compactado. Además ya no contará con la cadena trófica de materia orgánica, ni la presencia de hongos, insectos, aves y mamíferos; en resumidas cuentas, se perderá la vida del suelo".Fuente: Instituto Geográfico Agustín Codazzi