La historia del tintero usado hace 123 años por el presidente Carlos Holguín Mallarino para firmar el decreto 1.000 que dio vida a la Policía Nacional. El relato sobre la motocicleta alemana incautada en 2010, en Buenaventura, y que fue utilizada en la Segunda Guerra Mundial.La crónica de la trágica muerte, a palo y piedra, del agente de cuarta clase Julio Martin, ocurrida el 17 de enero de 1983 en una revuelta de artesanos, quien se convirtió en el primer mártir de la Policía Nacional. Los pormenores de la vida de la monja que siempre se preocupó por los policías y que en 1953 fundó la Dirección de Bienestar Social. El relato sobre el libro de caricaturas hecho por el propio narcotraficante Pablo Escobar contando sus andanzas delictivas.Hasta el último detalle de estas y de otros centenares de narraciones están en la memoria del intendente Aldemar Lozano Rico, de tan solo 34 años, 15 de los cuales se los ha dedicado a la Policía Nacional y a su Museo Histórico. ¡Inicie aquí el recorrido por este centro cultural, entraña de la historia policial!Hermano de otros dos policías y de un sacerdote, este tolimense, oriundo de Purificación, es el heredero de todos los secretos que narra su mentor, el mayor Humberto Aparicio, director del Museo y el policía en ejercicio más veterano del mundo."Llegué al Museo como premio por ser uno de los mejores de la Escuela y, con semejante mentor, aprendí rápido y sigo aprendiendo en aras de mantener viva la historia de la Policía Nacional".Lozano, próximo a graduarse como abogado, se ha leído hasta el último libro donde se habla de su Institución, para narrarles a los visitantes del Museo, ubicado en el corazón de Bogotá, la historia de la Policía con fechas, sitios y detalles exactos. Con ese fin ha hecho cursos de museología y hasta diplomados en docencia, para ser ese guía que organiza las 28 salas, donde reposan objetos únicos policiales, como el primer carro prisión, de por allá en 1912.