Mediante labores investigativas desarrolladas por la Policía Nacional para erradicar sitios de expendio de estupefacientes y lugares considerados como mitos de inseguridad, uniformados de la  seccional de investigación Criminal Sijin  realizaron la operación  "Diamante" donde se capturaron a once hombres y una mujer integrantes de una red de distribución de estupefacientes en el sector de la Churria.El proceso investigativo desarrollado por la Policía basada en pruebas testimoniales permitieron solicitar a la Fiscalía General de la Nación realizar acciones de seguimiento y vigilancia a personas y casas con el fin de identificar el modus operandi, posibles cabecillas, en centros de acopio y su estructura delincuencial.  Esta labor investigativa tuvo una duración de 18 meses, tiempo en el cual los funcionarios investigadores recolectaron suficientes elementos materiales probatorios, basados en entrevistas, retratos hablados, registros y allanamientos, vigilancia y seguimiento, búsqueda selectiva a bases de datos e informes de inteligencia, los cuales fueron suficientes para que Juzgado Segundo Penal Municipal de Garantías de esta ciudad  expidiera las ordenes de captura contra estas personas por los delitos de tráfico, porte y fabricación de estupefacientes y concierto para delinquir.El operativo de captura se realizó en la calle 16 entre carreras 19 y 21 del barrio Travesuras sector conocido como la Churria donde llegaron personal uniformados quienes ingresaron y dieron captura a estas personas en vía pública y diferentes residencias improvisadas del sector.Dentro de las personas capturadas se destaca la de alias "Carretillo" máximo cabecilla de esta red de distribución de estupefacientes al servicio de la organización delincuencial "Cordillera". Carretillo  tiene 24 años y es natural de la ciudad de Pereira y al parecer lleva tres años dentro de la organización.Este sujeto tenía bajo su mando varias personas quienes tenían funciones específicas dentro de la organización, utilizando diferentes inmuebles para el almacenamiento de las sustancias estupefacientes, de los cuales sacaban pequeñas cantidades que eran entregadas a los  expendedores en turno, y  su vez la comercializaban en vía pública, dichas  personas encargadas de la comercialización, generalmente escondían la sustancia en  huecos en los muros de los inmuebles ubicados en el sector, paquetes de frituras, zonas verdes, medidores de agua y energía, andenes, entre otros. Esto para evadir los controles de las autoridades.Los capturados y las sustancias alucinógenas fueron puestos a disposición de las autoridades pertinentes.