Antes de escribir ¿El general en su laberinto¿, el nobel entrevistó al agente Luis Pinto, guía por 36 años de la Quinta de San Pedro Alejandrino y lector de 800 libros sobre Bolívar. Un 17 de diciembre, en conmemoración de la muerte de Simón Bolívar, el presidente de Venezuela, echó de menos a uno de sus personajes favoritos de la Quinta de San Pedro Alejandrino.En el monumento patrio donde murió El Libertador no estaba el agente Luis Eduardo Pinto Vargas, un bogotano que durante 36 años guió a príncipes, presidentes, diplomáticos, escritores, investigadores y turistas por los laberintos de la histórica Quinta, ubicada en la cálida ciudad colombiana de Santa Marta.¿La Quinta sin Pinto es como un cuerpo sin corazón¿, dijo el mandatario de ese país al enterarse de que aquel hombre que recita con fervor patrio, drama y suspenso miles de anécdotas de la vida y obra de El Libertador, se había pensionado. Era tal la admiración por Pinto, que el gobernante le regaló una réplica de la espada de Bolívar. Este bogotano, de 72 años, que tiene en su memoria más de 800 libros sobre el prócer y unos 2.000 en su biblioteca personal, un día recibió la visita del nobel Gabriel García Márquez, para escucharlo antes de escribir su libro ¿El general en su laberinto¿, precisamente sobre la vida del padre de la libertad.Por todo eso, la Academia de Historia y la Sociedad Bolivariana del Magdalena lo convirtieron en unos de sus miembros, y la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla le entregó el Honoris Causa en ciencias sociales. ¿Juré ser leal a Bolívar. Soy el portador de lo que fue, dijo y como lo dijo¿.