En medio de la confusión, los dolores del parto, el hospital lejano y el no contar con medios de transporte el esposo un poco asustado realizó la llamada a la línea de emergencia 123 de La policía Nacional, quien sin pensarlo sería la encargada de traer a su hijo al mundo.Eran las 2:40 de la tarde y la temperatura aun en aumento, esto hacia un poco más difícil este alegre momento, pero los dos policiales de inmediato respondieron al llamado un señor Teniente Diego Mora y el señor Subintendente Carlos Andrés Calderón, que llegaron lo más pronto a la comunidad del Porvenir, donde residen integrantes de la etnia Puinabe, nativos de la región en una humilde vivienda; donde los estaba esperando el padre del niño. El infante ya estaba preparado para llegar al mundo, sin mayor instrucción los uniformados quienes en su carrera institucional nunca habían recibido a un bebé, se las ingenian para hacerlo y de inmediato ayudan a la madre a realizar el trabajo de parto, así logrando dar a luz.El pequeño varón llega en perfectas condiciones; entre llantos y risas sus padres agradecen en todo momento a los policiales por hacer posible el nacimiento de su primogénito.El trabajo difícil ya había pasado, solo tenían que cortar el cordón umbilical, pero no tenían el conocimiento necesario para hacerlo, entonces desde la central de radios otro patrullero les indicaba la forma correcta de anudarlo, los uniformados atentos seguían al pie de la letra cada una de las indicaciones, mientras en camino llegaba la ayuda de los expertos. Un gran equipo se desplazó de inmediato a ese lugar y fueron testigos del mejor regalo del mundo que pudo haber tenido un Policía.En honor a uno de los policiales que ayudaron en el trabajo de parto como recompensa el progenitor llevará con orgullo el nombre de uno de estos héroes y una historia en su corazón para contar eternamente.