En defensa y protección a la vida

Atendemos a una mujer en trabajo de parto.
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Una mujer en estado de gestación en compañía de su hija de cuatro años se dirigía a una clínica de la capital Caqueteña para recibir atención médica debido a que ya estaba con síntomas de parto pero no aguanto más los dolores y se sentó en un andén del barrio Pueblo Nuevo hasta donde llegaron nuestros uniformados del cuadrante 12 del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes y la atendieron ayudando a que el bebé naciera sano y salvo.

Nuestros policías se encontraban de servicio por el sector realizando las actividades de vigilancia, prevención y control en el marco de la estrategia institucional ‘somos uno, somos todos’ cuando de repente son alertados por el Centro Automático de despacho 123 indicándoles que una señora se encontraba en trabajo de parto en vía pública y que los gritos fuertes de la mujer pronosticaban la llegada de la criatura. De inmediato se desplazaron al lugar encontrando a la femenina sentada en un andén y de su mano su pequeña hija de cuatro años de edad. En ese momento ante la impresión de aquella imagen porque observaron que el bebé estaba saliendo y no llegaba la ambulancia para trasladarla al centro médico nuestros uniformados acuden a la ayuda de la ciudadana ingresándola a una vivienda y atendiéndola en el trabajo de parto.

Luego de ingresarla a la vivienda, el patrullero Alfredo Huertas se acercó a la señora y evidenció que el bebé estaba naciendo, él pide una sábana de urgencia y se arrodilla frente a ella, estira sus brazos y extrae la criatura. Por la mente del uniformado solo memora imágenes de su primer hijo que tiene solo 20 días de nacido, se quebranta su voz y sus manos se tornan frágiles, pero su vocación de servicio lo hace fuerte y continúa con el procedimiento para salvaguardar la vida del recién nacido y su mamá; con mucha precaución corta el cordón umbilical y posteriormente trasladan a la señora, la niña de cuatro años y el recién nacido al hospital para la atención y cuidados necesarios.

La mujer estaba angustiada y temía por la vida de su pequeño hijo, pero los ángeles vestidos de verde oliva siempre la acompañaron como protectores y garantes de la vida. Llegaron al hospital y recibieron atención de los galenos.

Posteriormente los patrulleros Huertas y Mojica se trasladaron al centro de la ciudad y realizaron la compra de elementos básicos para que el niño tenga los cuidados y el aseo adecuado de un recién nacido, ya que la señora es de escasos recursos y no estaba preparada para la venida de su bebé. Entre risas y llanto la madre agradeció a estos policías y les manifestó su deseo de que fueran los padrinos del nuevo integrante de la familia.

Nuestros policías con gran corazón brindan protección al nuevo ser que se aferró a la vida a pesar de las circunstancias difíciles al momento de su nacimiento. Además llegó a iluminar y generar felicidad a su mamá, su hermana y demás integrantes de la familia; de igual manera, a nuestros funcionarios que jamás olvidaran su rostro angelical y este momento que refleja la verdadera esencia de la función del hombre y la mujer Policía.

Policía Nacional: “Somos uno. Somos todos”.