Los uniformados que integran la Dirección de Carabineros son policías expertos en herrar caballos, templar cercas de alambre, arar la tierra y clasificar semillas. Sus armas son el barretón, la pica, la pala, el tractor, el machete y un enorme afecto por nuestros campesinos.
Son conocidos como Gestores de Convivencia y Prosperidad Rural, que hacen parte del Modelo Comunitario de Seguridad Rural de la Policía Nacional y que son formados por el SENA y distintas agremiaciones de la producción nacional para combatir la pobreza en el campo y fortalecer la seguridad.
En estos años de acompañamiento continuo, los carabineros han consolidado su trabajo en varios municipios. Han sido un gran apoyo para nuestros campesinos, además de enseñarles a producir de manera autosostenible y amigable con el medio ambiente, de liderar un trabajo humanístico para la resolución de conflictos y la convivencia y de contribuir a preservar el medio ambiente, los carabineros también les ayudan a comercializar sus productos a través de mercados campesinos, que eliminan los intermediarios y le permiten al vendedor ofrecer un muy buen precio al consumidor.
Gran parte de este arduo trabajo lo cumplen a caballo o mula, animales que en su mayoría provienen de los criaderos de la Institución y que son adiestrados por policías. El de Mancilla, ubicado en Facatativá (Cundinamarca) y cuya génesis se remonta a 1956, ha importado equinos de Estados Unidos y Argentina.
También, en la hacienda El Verdum, en San Martín (Meta), hay otro criadero, a su vez, en Santa Rosa de Viterbo (Boyacá), en las pesebreras La Remota, de la Escuela de Policía Rafael Reyes, la Policía creó su criadero de mulas, que facilita la labor institucional en las zonas rurales de difícil acceso.
Estos valientes policías hacen honor al coro de nuestro Himno Nacional. Allí, donde llegan, ya cesó la horrible noche y el bien germina ya.