Las alergias son reacciones del sistema inmunológico a sustancias que normalmente son inofensivas para la mayoría de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud, estas reacciones pueden variar desde leves hasta severas y pueden afectar la calidad de vida de quienes las padecen. Los síntomas comunes incluyen estornudos, picazón, secreción nasal, erupciones cutáneas y, en casos más graves, anafilaxia, una reacción que puede poner en peligro la vida.

El diagnóstico de las alergias generalmente se realiza a través de pruebas cutáneas, análisis de sangre y una revisión exhaustiva del historial médico del paciente. La Organización Panamericana de la Salud destaca la importancia de identificar correctamente los alérgenos responsables para poder manejar eficazmente la condición. Una vez diagnosticada, el tratamiento puede incluir antihistamínicos, corticosteroides y, en algunos casos, inmunoterapia.

Para prevenir las alergias, la Dirección de Sanidad recomienda evitar la exposición a los alérgenos conocidos. Esto puede implicar cambios en el entorno, como mantener los espacios libres de polvo, evitar el polen y utilizar purificadores de aire. Además, una alimentación saludable y la hidratación adecuada son cruciales para fortalecer el sistema inmunológico y reducir la susceptibilidad a las alergias.