Risaralda, Pereira
Lunes, 04 de Mayo de 2020
Con serenata, papayera, torta y regalo, logramos brindarle una alegría a esta mujer hecha a pulso.
Teniendo en cuenta uno de los tres pilares institucionales “una policía para la gente”, la policía metropolitana de Pereira en cabeza del señor coronel Juan Carlos Morales Castro comandante de la unidad, celebramos los 110 años de doña “Anita”.
La entrega desprendida de cada uno de los funcionarios que hacen parte de la policía nacional, en especial los que hacen parte del área metropolitana de pereira, condujo a que diferentes integrantes de la institución que velan por la seguridad en los municipios de Pereira, Dosquebradas y La Virginia, realizaran las gestiones necesarias con el objeto de conmemorar esta fecha tan especial en la vida de una persona.
Doña “anita”, como cariñosamente la llamaremos, es una mujer hecha a pulso, quien nos acompaña desde el año de 1910, natural del municipio de Jericó Antioquia, residente en la ciudad de Pereira desde el año de 1970, y que siempre ha tenido en el amor de sus sobrinos que la reconocen como una abuela, ese motor que la impulsa a seguir adelante, demostrando cada día que la vida es bella, y que ella es un ejemplo y símbolo en la lucha contra el COVID-19.
Por esta razón, y debido a la pandemia que hoy combatimos desde el calor de nuestras casas, llevamos toda nuestra solidaridad, amor, cariño, y sin fin de valores y principios, con los que cuentan los integrantes de la policía metropolitana de Pereira, brindarle una alegría al corazón de nuestra “Anita”, quien gozó con la papayera, se llenó de amor con las canciones de nuestros mariachis policiales, y disfruto de su regalo y su torta.
Queremos destacar que esta mujer es sobreviviente de muchas cosas en estos 110 años, sigue con la fe intacta, y que es precisamente esa fe, lo que nos impulsa a que de la mano de todos superaremos esta pandemia que hoy nos aqueja; y como dijo el papa Francisco el día 10 de abril del presente año “Dios es aliado nuestro, no del virus”.
Para nosotros no hay recompensa más gratificante que ver la sonrisa de las personas, reflejada en sus rostros y expresada mediante un abrazo, recordando siempre que la Policía Nacional se transforma para servir mejor y que somos una Policía para la gente.
