De acuerdo la Organización Panamericana de la Salud, también puede resultar en cáncer de estómago, osteoporosis, cálculos renales, insuficiencia renal y obesidad. 

Según estimaciones de esa organización, el consumo de sodio a nivel mundial es de 4.310 mg, mientras que la recomendación es 2.000 mg al día, por lo que la reducción de sal o sodio en la dieta es una de las medidas recomendadas para la prevención y control de enfermedades no transmisibles. 

Por otro lado, la deficiencia de sodio también resulta peligrosa, siendo un nutriente esencial para el funcionamiento normal de las células y la transmisión de impulsos nerviosos. El sodio se encuentra de manera natural en muchos alimentos, pero se encuentra en exceso en alimentos procesados, condimentos y aditivos.

En la Semana Mundial de la Sensibilización sobre la Sal, la Dirección de Sanidad invita a reducir la ingesta de sodio que, según la OPS, puede lograrse consumiendo alimentos frescos, cocinando con poco o nada de sal, remplazándola por hierbas y especias, limitando el uso de salsas, aderezos, productos instantáneos y quitando la sal de la mesa.