En cada juego normalmente el estadio tiene una ocupación de más de 20.000 espectadores y cuenta con más de 350 policías. El epicentro de sus encuentros son los barrios de Atalaya, Belén, Los Patios, Aeropuerto, Villa del Rosario, Carora, Torcoroma, Prados Norte y Plaza de Banderas y otras comunas de la ciudad de Cúcuta, lugares donde estos gemelos se reúnen con varios integrantes de las barras de la ciudad, para abrirle la puerta al diálogo, la tolerancia y la paz.
Este ha sido un trabajo adelantado por mucho tiempo, en donde se ha mantenido un diálogo permanente con los jóvenes integrantes de las barras, trabajando para construir comunidades pacíficas.
Cúcuta es una ciudad futbolera con una de las hinchadas más grandes de país.
En cada encuentro deportivo estos gemelos están a la expectativa de toda una fiesta popular, invitando una jornada de paz y convivencia, con esto resignifican muchos momentos de la historia del barrismo, con un liderazgo positivo.
Ambos caminan el Estadio General Santander. Por esto no es raro ver a uno al extremo del campo y otro en los filtros de seguridad como si fueran clones.
Responden igual a toda pregunta, parecen estar conectados. Sus ojos verdes tienen la misma intensa mirada. 1.78 metros de estatura y piel blanca, son “Yonathan” y “Eder”, gemelos cuyas semejanzas se extienden de lo físico a la profesión. Ambos son Profesionales de policía.
Les dicen “Gemelos de la Prevención” y han subido de rango de forma similar. Actualmente, son Intendentes Jefes y laboran en el comando de la Policía Metropolitana de Cúcuta.
Nacieron en Cúcuta y tanto en su vida familiar como en la profesional han compartido muchas anécdotas. Desde niños quisieron ser policías. En 2003 hicieron el curso, al año siguiente se graduaron con la vocación de servir. Eder tiene dos hijos, uno de 5 y otra de 18 años y “Yonathan” tiene una niña de 13 años y otra de 7 años.
Nacidos el 11 de octubre de 1984 a las 2:30 de la tarde nació “Yonathan” y 2:40 nació “Eder”. Hijos de la señora Margarita y su padre juan que cuenta la experiencia de educarlos desde su niñez, “mantenerlos bien vestidos era la meta, la gente se gozaba de verlos iguales, era difícil conseguir su ropa igual en esa época”.
“Son cerca de 39 años de vida y 20 de servicio” juntos suman más de 280 felicitaciones y 30 condecoraciones.
“Gemelos para servir”
Por partida doble los policías Eder y Jonathan tomaron la decisión de prestar su servicio y aportar a la seguridad, una experiencia que les ha enseñado a ver la vida desde otra perspectiva; con disciplina, compromiso y mucha responsabilidad para entregarlo todo por su país y su familia.
Su decisión de llegar a la policía fue unánime, tienen esta pasión en su ADN, motivados por la vocación y la aspiración de cumplir con la patria para ellos, significa un gran logro darle oportunidades de trabajo a estos jóvenes, de resocializarse y ser ejemplo de vidas.