Una de nuestras uniformadas, en un momento de inesperada urgencia, demostró que la valentía y la compasión no solo se encuentran en los grandes desafíos, sino también en los momentos más inesperados.

En un instante, nuestra uniformada, con un conocimiento previo invaluable y sin dudarlo, tomó el mando de la situación. Con una habilidad y calma admirable, logrando traer al mundo a un hermoso niño de manera segura.

Este acto heroico no solo salvó una vida, sino que también mostró el compromiso profundo que tenemos con nuestra comunidad.

La madre y su hijo, que fueron trasladados al hospital para recibir la atención necesaria, hoy se encuentran en casa, disfrutando del milagro de la vida. Y para nosotros, la alegría es aún mayor al saber que nuestra uniformada ha tenido el honor de convertirse en la madrina de este pequeño guerrero, quien sin duda llevará consigo el espíritu de fortaleza y esperanza que su nacimiento representa.

En momentos como estos, nos sentimos inmensamente orgullosos de ser parte de una institución que no solo se dedica a la seguridad, sino también al bienestar integral de nuestros ciudadanos. Esta historia es un testimonio de cómo nuestros esfuerzos, a veces más allá del deber, construyen un vínculo de confianza y seguridad con la comunidad que servimos.

¡Seguimos adelante con el mismo orgullo y pasión por servir!