En esta Semana Santa Segura y en Paz conozca una inspiradora historia de vida

Venciendo el dolor y el miedo encontró el camino hacia su propia vocación.
  • Superando la adversidad halló su propia vocación -En una Semana Santa Segura y en Paz, historias que inspiran

Oriunda de La Gabarra (Norte de Santander), nació el 02 de febrero de 1995, en una canoa en el Río Catatumbo en medio de la noche, ya que el único medio de transporte de la finca al puesto de salud de La Gabarra era por ese medio de transporte fluvial.

Recuerda entre sus días felices e inocencia a escasos 4 años los días en los cuales con su hermana Adriana se bañaban en el caño, en donde aprendieron a nadar, jugando con los patos mientras su señora madres lavaba la ropa.

Evoca situaciones en las que sin entender cuando pasaban en fila india hombres y mujeres armados en las noches cerca de la finca su trabajadora madre temerosa y angustiada les decía “estén acá quieticas y no hagan bulla”, así como los retenes y cuerpos de personas fallecidas sobre la vía La Gabarra o los cuerpos flotando en el río Catatumbo.

Un evento muy triste, cuando fueron enviadas a la ciudad de Cúcuta en donde un tío y su esposa se hicieron cargo de las dos, quedándose mamá sola en la finca, luchando para que no faltara el sustento de sus hijas.

Tiempo después y pasando muchos infortunios, entendió el porqué de esta decisión; como si fuera poco luego enfrentaron un suceso que marcó y afectó la salud física y emocional de su señora madre; fue secuestrada, amarrada a un palo, sin alimento y agua por un día, por grupos armados ilegales que delinquían y en disputa del territorio con otros subversivos, esto obligó a abandonar sus tierras, animales, cultivos, enseres y todo lo que un día representó alguna vez un hogar humilde y unido, esa fue la razón por la cual se radicaron en la ciudad de Cúcuta.    

Y a pesar de no contar con el apoyo de su padre, siempre ha tenido por montón el amor, educación y ejemplo de una mujer valiente y luchadora cabeza de hogar, a quien admira por su valentía, empuje y fortaleza, a su abuela y tíos, quienes formaron y concibieron lo que es hoy día “una profesional de policía” de lo cual se siente sumamente orgullosa.

Luego de tantas batallas ahora cumple sus sueños y nuestra patrullera Leidy Yaritza Celis Suelta, sirve a la comunidad, ella nos relató como encontró su vocación en medio de crecer viviendo de cerca la violencia; como homenaje a otras mujeres exaltamos su ejemplo de superación a otras niñas, niños y adolescentes; quienes suelen contarle sus pequeñas historias de vida; por eso sin dudarlo se coloca como un ejemplo y de esta manera dice aportar un granito de arena para la construcción de la paz de todo un país y ser un orgullo para otras mujeres que le inspiran y recuerdan a las valerosas mujeres de su familia.