Durante casi nueve meses la SIJIN de la Policía Metropolitana de Bogotá en coordinación con la Fiscalía 375 Seccional de estructura y apoyo, le siguieron la pista a cinco personas que al parecer se habían dedicado inicialmente al hurto de entidades financieras, específicamente en las localidades de Suba, Rafael Uribe Uribe, Engativá y Chapinero.

Los cincos hombres conocidos como ‘los costeños’ se habían especializado en la modalidad del taquillazo, cumpliendo cada uno, un papel específico a la hora de abalanzarse contra sus víctimas.

Días previos, uno de los presuntos delincuentes a quien llamaban ‘toño’, era el encargado de analizar en dónde cometerían el asalto, preferiblemente en bancos donde las cajeras fueran mujeres, pues consideraban que eran más indefensas y corrían menor riesgo de que su plan fracasara.

Cuando ya identificaban el lugar, entraba en acción ‘narices’, cuyo papel era el de distraer y en algunos casos, reducir al vigilante, mientras que ‘mugre’ y ‘chiqui’, amenazaban con armas de fuego a los trabajadores y clientes para que les entregaran el dinero.

Afuera de las entidades bancarias los esperaba el líder de la organización, un sujeto conocido como ‘j.j’ quien además de planear los asaltos, conducía el vehículo que les permitía huir de la escena del delito.