La enfermedad de Chagas es una afección parasitaria usualmente transmitida por chinches que depositan sus heces infectadas en heridas de la piel y que ingresan al cuerpo cuando la persona se rasca la picadura, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud.
Otras maneras de transmisión son el depósito de heces de los chinches en mucosas de los ojos o la boca, en alimentos o secreciones, así como por transfusión de sangre, trasplante de sangre, o de la madre al hijo en el parto.
El Chagas es endémico en 21 países del continente americano y afecta aproximadamente a 6 millones de personas. Además, se registran 30 mil casos nuevos cada año, 12 mil muertes en promedio y 9 mil recién nacidos infectados durante la gestación. Aunque es 100% curable si se trata en etapas iniciales, 70 millones de personas viven en áreas expuestas y con riesgo de contraerla.
La Dirección de Sanidad invita a reconocer los síntomas más comunes: fiebre, hinchazón, tos, lesiones cutáneas, dolor abdominal o de cabeza. Sin embargo, tenga en cuenta que una persona puede estar infectada con el parasito y evolucionar sin síntomas durante toda la vida. La afección puede generar consecuencias irreversibles para el corazón, el sistema nervioso y el digestivo.
Debido a que no existe vacuna contra la enfermedad de Chagas, las recomendaciones por parte de la Organización Mundial de la Salud incluyen el rociamiento de casas y alrededores con insecticida para controlar las chinches, así como la mejora y limpieza de las viviendas, uso de mosquiteros y prácticas higiénicas en la preparación y consumo de alimentos.