Sebastián Montes, el héroe anónimo del Transmilenio

Valió la pena arriesgarme, mi vocación sobrepasa la razón de servir a los demás, más si se trata de una mujer.
  • Sebastián Montes, el héroe anónimo del Transmilenio
  • Sebastián Montes, el héroe anónimo del Transmilenio

Estudió en un colegio de la Policía en el Eje Cafetero, se graduó como bachiller en el año 2010 y decidió presentarse a la Institución porque tenía claro su proyecto de vida, sin embargo, recuerda que para ese entonces, no pasó el consejo de admisión, por lo que sintió que aunque una puerta se cerraba, una ventana se abría y decidió comenzar a prepararse en otro campo para tarde o temprano volver a intentarlo, e inició estudios en publicidad y mercadología; todo transcurría normal en su vida como estudiante hasta que una tarde del 2015, realizaba un proyecto y escuchó una cuña en la Emisora de la Policía Nacional que invitaba a las convocatorias para incorporarse como Patrullero. Otra vez el corazón le volvió a palpitar, de nuevo una voz le indicó que era la hora de vestir el verde oliva; Sebastián quien a pesar de llevar una vida tranquila en las montañas cafeteras de Colombia, se empeñó en cumplir su sueño y seguir el camino de su padre, hoy día relativamente nuevo en la Institución logró culminar su proceso de formación y egresó de la Escuela Carlos Holguín en Medellín Antioquia el 10 de marzo de 2017.

Su padre el agente Héctor Mario Gómez Giraldo, hizo curso en la Escuela Alejandro Gutiérrez, se pensionó a los 22 años de servicio bien servidos a la Institución, pero por quebrantos de salud hace dos años se convirtió en su guardián, lo extraña como nunca, sus sabios consejos, sobre todo en momentos como los que vivió el pasado 9 de mayo cuando fue atacado por dos hombres en estado de embriaguez cuando prestaba su servicio de apoyo al transporte masivo de Transmilenio, en la estación La Granja-Carrera 77, allí intentó bajarlos del articulado por su mal comportamiento, en respuesta uno de ellos con cuchillo en mano lo agredió bárbaramente ante la mirada atónita de la gente.

Ahora se recupera de varias cortadas, 70 puntos de sutura en el brazo izquierdo, heridas en el dedo anular y dos más en la palma de la mano;  10 días de incapacidad le fueron determinados tras la valoración de los galenos del Hospital Central de la Policía; dicen que tal vez no queden secuelas, pues no comprometió tejidos nerviosos; solo le quedará la extensa cicatriz que al final Sebastián no le da tanto valor como el haber cumplido con su deber, evitando el maltrato verbal y físico que aparentemente le causaban a dos mujeres y una usuaria del sistema de transporte.

Es un patrullero sencillo y feliz, presta su servicio con energía  a la comunidad, se siente bendecido porque esa fue la profesión que eligió, en sus metas aspira pertenecer al GOES (Grupo de Operaciones Especiales de la Policía), luego ascender como suboficial y obtener su título como publicista o abogado, salir adelante para apoyar a su señora madre, hermanos y amado sobrino.

Se aterra y afirma que nadie debería maltratar a una mujer o a una niña o niño, no tolera estas acciones porque en su hogar su madre le inculcó valores y principios, la muestra de la existencia del amor verdadero, la fidelidad y el coraje con el que ella sacó adelante un modelo de hogar y a sus tres hijos.

Por lo que tuvo que vivir en actos del servicio, hace un llamado a que la sociedad tome conciencia sobre proteger a la mujer, dice que la justicia con el agresor mejor se la deja a lo divino y a la conciencia del hombre que pudo causarle la muerte en minutos. Se siente recompensado, actuó en favor de la comunidad: “esta es mi motivación, mi mejor proyecto de vida, le doy gracias a Dios, al respaldo de mis superiores y a la comunidad que me alentó en el difícil instante, esta es la primera de tantas historias que vendrán en mi familia policial”, afirmó Sebastián Montes sosteniendo su mano vendada mientras se dirigía al examen de control médico.  Video de la agresión ¡RECHAZAMOS! Todo acto de violencia que vaya contra la integridad de nuestros policías q solo cumplen con su deber de defender al prójimo.