El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles y es la patología crónica más habitual en la población infantil, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. El asma no tiene cura, pero puede aliviarse con tratamientos como el uso de inhaladores que permiten llevar una vida normal y activa.
Los síntomas del asma se deben a la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias de los pulmones, los cuales puede ser tos, sibilancias, falta de aire y opresión en el pecho.
En algunos casos, estos se exacerban cuando hay resfriados y cambios de temperatura, o se exponen al polvo, humo, vapores, polen, pelo y plumas de animales, jabones o perfumes.
Las personas tienen más riesgo de contraer esta enfermedad si tienen familiares asmáticos, sufren de alergias o están expuestas a sustancias irritantes, contaminantes del aire, ácaros o moho.
La Dirección de Sanidad invita a asistir a su establecimiento médico más cercano si nota que los síntomas duran varios días, si ya fue diagnosticado con asma o si los síntomas asociados empeoran.