La Policía Metropolitana de Cúcuta, continúa con la labor social, articulándose con los medios de comunicación, el comercio y personas de buen corazón.
En esta ocasión, a través de la Policía de Infancia y Adolescencia y Prevención y Educación Ciudadana, le cumplieron el sueño a una madre cabeza de familia, quien quería celebrarle los 15 años a su hija, quien padece parálisis cerebral. Este sueño, no solo fue cumplido, sino que hubo grandes sorpresas para esta humilde familia.
Adriana, es una madre soltera, tiene cinco hijos, vive en una humilde vivienda del barrio Virgilio Barco; en este momento atraviesa por una muy difícil situación, debido a que se encuentra sin trabajo, e Ingrith Tatiana, una de sus hijas, sufre microcefalia, enfermedad congénita asociada a parálisis cerebral y últimamente, le diagnosticaron epilepsia, para las que, debe comprar costosos medicamentos, cuando su EPS no se los suministra.
Ingrith, estaba a punto de cumplir 15 años y el gran anhelo de su abnegada madre, era el de poderle celebrar esta fecha como toda una quinceañera, con su traje especial, una bonita torta, música, invitados que le cantaran el happy birthday y hasta pudieran bailar con ella, como una verdadera princesa, aunque estuviera en silla de ruedas.
Pero este sueño, no estaba lejos de cumplirse, pues Adriana se lo comentó a una amiga, la cual le ayudó a contactarse con el canal ATN, quienes se interesaron en la historia y la entrevistaron y fue así como este medio de comunicación local, hizo públicos los anhelos de Adriana para con su hija.
Uniformados de la Policía de Infancia y Adolescencia de la Metropolitana de Cúcuta, se enteraron por redes sociales de todo este tema, y decidieron, sin pensarlo dos veces, ponerse manos a la obra; invitaron a unirse a esta causa, a los compañeros del Grupo de Prevención y Educación Ciudadana y se comunicaron con la madre de Ingrith, a la cual le hicieron saber que ya estaban trabajando para conseguir lo que ella tanto había soñado; posteriormente llegaron hasta su vivienda y conocieron de cerca el estado de necesidad de Adriana y sus 5 hijos, el cual iba más allá, pues en un reducido cuarto habitaban los seis miembros de la familia, dormían en tres pequeñas y dañadas camas, cocinaban con leña y la silla de ruedas de la niña enfermita estaba en muy malas condiciones.
Entre todos los policias, se asignaron diferentes tareas, donde lo primero, sería tocar puertas con diferentes personas y con algunos comerciantes de la ciudad, quienes, a pesar de la difícil época, no dudaron en vincularse donando diferentes elementos de primera necesidad para el hogar de Adriana y sus hijos, como camas, camarotes, cubrelechos, una cocina a gas, mercados, dinero, accesorios, una tablet, pañales para la paciente, una silla de ruedas, entre otros.
Algunas de las personas que aportaron a esta causa, entregaron bonitos mensajes. Pero como no se podía dejar atrás el sueño de la celebración especial de los 15 para la hermosa Ingrith, los policías contactaron al distinguido diseñador, Bernardo Salazar, quien generosamente obsequió los bonitos y elegantes vestidos para la quinceañera y su mamita
El estilista Víctor Gocho donó el maquillaje y los despampanantes peinados con los que lucirían espléndidas las protagonistas, la empresa Yamaha se sumó a la actividad, con una deliciosa torta.
Otros detalles y arreglos los terminaron de organizar los uniformados, quienes, como hormiguitas, trabajaron todo el tiempo para que este acto estuviera a la altura.
El instante esperado llegó, y después de haberlo dispuesto todo, salió la homenajeada con su ejemplar mamá, a recibir lo que ella misma consideraría como una gran bendición de parte de DIOS. Hubo tiempo para la sesión de fotografía, entrevistas y el recibimiento de vecinos, amigos y más personas que asistirían a aportar a la hermosa causa, la cual empezó muy pequeña, pero se fue creciendo como la espuma, gracias a quienes se dejaron contagiar de lo que más vale en este momento: LA SOLIDARIDAD.
Y como no podía faltar la serenata, llegó la inconfundible orquesta “son de la Ley”, quienes cantaron el esperado happy birthday.
Luego interpretaron lo mejor de su repertorio, dedicado a la bella Ingrith, que, aunque sentadita en su silla de ruedas y con pocas posibilidades de movimiento ni palabras, hacía siempre su mayor esfuerzo, para con una sonrisa, demostrar su alegría y agradecimiento a quienes se unieron con el fin de hacerla sentir, como lo que es: LA REINA DE LA FIESTA Y LA REINA DE LA CASA.
Adriana, en nombre de ella y su familia, agradeció infinitamente a DIOS y a todas las personas que hicieron que todo esto fuera posible.
Y como en un cuento de hadas, el final no pudo ser mejor, pues el sueño de Adriana para su hija, fue cumplido y aparte de ello, muchos regalos y sorpresas les fueron añadidos; y hoy, disfrutan al máximo de todo lo recibido, alcanzando desde luego, una mejor calidad de vida.
Mientras tanto, esta madre cabeza de familia seguirá estudiando en el SENA, y anhelando tener un día, un capital semilla para montar su microempresa de producción de maní, oficio en el que se desempeña a la perfección y en el que espera tener, una gran oportunidad para ella y su familia.