En el municipio del Playón, mientras se desarrollaba un encuentro comunitario, dos decididos campesinos alzaron su voz ante el Comandante del Departamento de Policía Santander que atentamente los escuchaba; "señor Coronel" dijo doña Vicenta, una líder comunal e integrante del consejo turístico de la localidad, "queremos que la Policía, nos ayude a recuperar el camino de tres portones, este sendero es por tradición, el más representativo de nuestro pueblo, está abandonado y nadie quiere hacer nada", a las voces de la líder comunal, se unieron las voces de otros campesinos, entre ellos, con más acento, la de Evelio, otro digno representante de la región presidente del comité de cafeteros local, él con apremio manifestó al igual que su antecesora, la importancia de rescatar este trayecto no solo por el beneficio de sus residentes y usuarios, sino por lo que en sí mismo el mencionado y olvidado camino, representa para la historia del municipio. Y así, de esta manera, se concertó la cita que en su momento se denominó "convite", donde la Policía, la administración local, entidades educativas, grupos de socorro, pero principalmente la comunidad, acordaron el día y la hora, para poner manos a la obra o mejor al machete, la pala, la pica y la guadaña.La hora cero ha llegado es el momento en el que se unen los esfuerzos de la institucionalidad con la voluntad campesina por un objetivo común, rescatar la historia e incentivar el trabajo en equipo, y es que precisamente, así de denomina al "convite", al pie de la imponente montaña, el señor Coronel Gustavo Franco Gómez afila con dedicación la que será su compañera, una hoja de lámina tres canales, junto a él, un número importante de policías que echan mano a las otras machetas, picos, palas y demás herramientas, uno a uno aparecen los comprometidos invitados a este encuentro, estudiantes que realizan actividades de trabajo social, miembros de la defensa civil, del concejo municipal y demás líderes de la comunidad.Evelio, interrumpe el silencio para dar la bienvenida en compañía de doña Vicenta, en su introducción refiere la importancia de esta acción diciendo: "esto es más que hacerle limpieza a un camino de 120 años de existencia, es el encuentro de varias generaciones para recordar nuestra historia y unir nuestros esfuerzos en memoria de quienes forjaron con sus manos la tradición campesina por los pasos de esta escarpada ruta que nos llevara a mantener vigente la identidad de nuestra región", y acto seguido, comenzó contar una de la tantas historias que al son del despuntar de la hierba y la maleza, amenizarían el encumbrado camino hacia la cima, como aquella que data de los días en los que rojos y azules dirimían sus desavenencias ideológicas, en este mismo lugar, donde quedaba la plaza principal y de mercado, por eso este sendero se distingue como el primer contacto entre la zona rural y el centro poblado.Comenzando al ascenso, se encuentra la hacienda Monte Cristo y cuentan, que un jueves Santo de aquellos que no se olvidan, dos compadres se desafiaron al punto de enfrentarse en un duelo de machete hasta cegar sus vidas, desde entonces, dicen los pobladores que en época de Semana Santa, han visto dos luces que intrépidamente, se desplazan por el hoy rastrojo que queda de los cañabozales como si tratasen de revivir el infortunado encuentro de los compadres, también se escuchó el relato de la niña que se perdió en la espesa vegetación, de la cual, jamás se ha tenido noticia de su misteriosa desaparición se dice que se la habría llevado el "duende", un hombrecillo de talla menuda y rostro envejecido y que inclusive, aun hoy, hay quienes aseguran haberlo visto. De esta manera, poco a poco se avanza con la tarea, los resultados se son evidentes, los estudiantes atónitos escuchan los relatos, junto con los demás asistentes, hace una hora y media que se inició al recorrido pero el destino aún está lejos, y es que según los pobladores este recorrido tarda normalmente entre una hora y media a 2 horas subiendo, pero en la actividad de limpieza al recorrido se tornará más lento, ahora es el momento de rehidratar y con ello, fueron apareciendo las tradicionales bebidas, desde la más refrescante limonada de panela dos productos propios de la región y para los más osados el sin igual "guarapo", bebida aún más tradicional en los convites.Por fin, se alcanzó la cima después de tres y media horas de recorrido se encuentran los distintos grupos de trabajo, los agradecimientos no hacen esperar la comunidad se reúne en torno al acontecimiento, doña Vicenta, aclama con premura la faena final, pues las relatos deben contarse, estamos dice ella, en el punto final de nuestro encuentro el verdadero motivo de este "convite", este es el sector conocido como Tres Portones, que recibe nombre en honor a la vereda pues precisamente en este punto convergían las personas que provenían de las veredas de Cuesta Rica, Salteras y Uchaderos, entre otros, quienes llegaban con sus productos y desde este lugar iniciaban su descenso en caravana hacia a la plaza del municipio conocida como La Constancia, lugar de donde hoy se inició el recorrido y que en aquellos tiempos como corregimiento, pertenecía al municipio de Rionegro.Desde este maravilloso lugar como pueden ver continua diciendo, en su relato, se observa todo el casco urbano del Playón, a 5 minutos encontramos la reserva forestal La Conquista, donde nace el preciando líquido que surte a por lo menos 7 veredas y que según dicen precisa la doña, hasta este punto por la montaña de forma subterránea, se extiende un brazo de agua de la laguna de Galápagos, a esto se suman continua diciendo, la aparición de un "tunjo" en la parte alta de la montaña, es como la estampa de un niño bañado en oro, ahora con especial narrativa contó sobre la supuesta pata de oro y sus siete, patitos que deambulan constantemente por aquel sitio que tiempo atrás, fue una pequeña laguna y precisamente, esta sería la razón de los atesorados encantos que le dan aún más misterio a Tres Portones. Hasta aquí, parecía haberlo escuchado todo y de pronto otro de nuestros acompañantes labriegos don Antonio Pabón, aseguró que en su finca ubicada en el sector de Alta Clara, a tan solo 15 minutos del mirador, el Sol, se oculta todos los días a las tres de la tarde y que es tan evidente, que las gallinas se retiran al reposo vespertinoTodo esto parece un cuento, si no fuera porque el lugar es además de enigmático un bello paraíso con un mirador de cuatro vientos y ambiente de inigualable atracción, pero esto, no es digno de ser contado sino vivido, por ello, queda abierta la invitación, será mejor, que no crea todo lo que aquí se dijo y que viva la experiencia, de seguro encontrara que el relato fue mínimo ante la inmensidad de historias y paisajes por descubrir. En fin el convite fue un éxito 120 años de historia de un sendero real y el encuentro de la decida voluntad de la comunidad campesina y las autoridades, organismos de socorro presentes en la localidad, pero ante todo tal como ya se dijo el encuentro de distintas generaciones en un recorrido por la historia e identidad cultural de la región.