35 años de lucha sin tregua

35 años de lucha sin tregua

​Primero cayeron los grandes carteles. Luego, los capos emergentes, como 'don Mario, 'el loco Barrera' y 'Marquitos'. hoy, la prioridad es 'Otoniel' y el 'clan Úsuga.​
  • evitamos-veneno-POLICIA-35 AÑOS LUCHA CONTRA EL NARCOTRAFICO

​En los años 80, cuando el fenómeno de la cocaína comenzaba a convertir­se en una grave amena­za mundial, la Policía Nacional de Colombia dio un paso trascendental el 28 de abril de 1981 al crear, mediante la resolución No. 2743, su Servicio Especiali­zado de Antinarcóticos, con tres estrategias puntuales: prevención del uso y abuso de drogas, erradicación de cultivos ilícitos de coca y amapola e interdic­ción.La DIRAN, en un trabajo inte­gral con la Dirección de Inves­tigación Criminal e INTERPOL (DIJIN) y, más tarde, con las capacidades de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL), enfrentaron con éxito el poder desestabilizador de los carteles de Medellín, Cali, Norte del Va­lle, Llanos, Caquetá, Bogotá y la Costa.En esta guerra, la Policía Nacio­nal ha capturado a 977.361 per­sonas vinculadas con el narcotrá­fico, de las cuales ha extraditado a 2.026. También ha logrado reducir en un 70 por ciento los cul­tivos ilícitos, destruido 16.789 narcolaboratorios e incautado más de 1,2 millones de kilos de cocaína. Sin duda alguna, el golpe que abrió el camino para poner fin a los carteles se dio el 2 de di­ciembre de 1993. Ese día, no solo cayó el narcotraficante más buscado del mundo, protagonis­ta de una de las páginas más ne­gras de la historia de Colombia, que cobró la vida de unos 5.000 compatriotas, sino que con el abatimiento de Pablo Emilio Es­cobar Gaviria, la Policía Nacio­nal cambió la ecuación a favor del Estado al alcanzar un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico.La caída del capo representó para el país un nuevo amanecer para desvertebrar, uno a uno, los carteles de la droga y sus apara­tos criminales que por más de 35 años pusieron en jaque incluso la estabilidad y legitimidad del Estado y la supervivencia de la sociedad colombiana.Estos 'mágicos' creyeron que con los chorros de dinero, pro­ducto de sus actividades cri­minales, podían comprar con­ciencias, amenazar y eliminar a adversarios y hasta obtener el poder político, económico y ju­dicial en sus máximas manifes­taciones. Con la muerte de Esco­bar también se derrumbó el mito del hombre indestructible y del otrora poderoso cartel de Mede­llín, y la Policía de Colombia, que se sacudió de infiltraciones y se autodepuró a niveles histó­ricos, lanzó una ofensiva sin pre­cedentes contra las mafias.Toda la experiencia del efectivo Bloque de Búsqueda en la per­secución de Escobar y de sus terratenientes, combinada con alta inteligencia estratégica y una microgerencia diaria, llevó al desvertebramiento del cartel de Cali, con el encarcelamiento de sus siete principales capos y docenas de testaferros, tal como ocurrió hace exactamente 20 años lea página 14 de nuestra edición 21 PNC (Así cayó hace 20 años el cartel de Cali)​Con la alborada del nuevo siglo, derrumbados los dos más pode­rosos carteles, la Policía enfiló baterías contra las organizacio­nes mafiosas de los Llanos, la Costa, el Pacífico, Bogotá y Ca­quetá. Capos como 'El caracol', 'Martelo', Nelson Urrego, Pastor Perafán, 'El Socio' y otros tantos también fueron a parar a cárceles colombianas y estadounidenses.Solo quedaba un cartel altamente peligroso, el del Norte del Valle. Alias 'Don Diego', 'Rasguño', 'Jabón', los Urdinola Grajales. Cortesía PNC.