Un total de 22 mercenarios informáticos fueron capturados por la Dijín de la Policía en Bogotá, sindicados por una millonaria defraudación a una reconocida empresa parte del Sistema General de Pensiones, cifra que asciende a 627 millones de pesos.La modalidad empleada por esta organización criminal consistía en contactar a funcionarios en cuya responsabilidad recaen las áreas de tesorería, sistemas y/o talento humano, donde era instalado un software invasivo que permitió el acceso a archivos con información financiera para posteriormente realizar las transferencias no autorizadas.Luego de tener acceso a las empresas que van a victimizar y a los funcionarios cooperantes a quienes determinan como "mercenarios informáticos", los "reclutadores" hacen lo propio, asistiendo a sitios concurridos para plantear el negocio piramidal del préstamo de cuentas para el giro de los dineros y a su vez estructurar las falsas historias con las que será viable evadir las acciones de la justicia. Comúnmente los captadores son personas nómadas que deben evitar dejar rastro, utilizando además nombres falsos o alias. El pasado 26 de abril de 2014 investigadores adscritos al Centro Cibernético Policial de la Dijiín asumieron la investigación por los delitos de acceso abusivo a un sistema informático, hurto por medios informáticos y semejantes, hurto calificado y concierto para delinquir, mediante la modalidad de trasferencias electrónicas no autorizadas estableciendo que el dinero hurtado, $627.772.109, fue distribuido en 22 cuenta destinos.El 25 de abril de 2014 se generó una alerta en dicha empresa donde fue afectada una cuenta de ahorros, usando los sistemas informáticos correspondientes al pago de la nómina de servidores públicos de la Administradora Colombiana de Pensiones.La investigación llevó a analizar cómo desde cuentas que tenían cotidianamente saldos muy bajos, se realizaron retiros de dinero con cuantías altas. Dichos retiros no coincidían con los registros de saldos disponibles. Indagando los movimientos de estas cuentas receptoras, no se observó el origen y los medios o canales por donde ingresaron estos fondos, es decir las cuentas destinos no recibieron transferencias de dinero por los medios legales establecidos (transferencias, consignaciones, cheques, traslados, pagos).Una vez trasferido el dinero de la cuenta de la víctima a las cuentas receptoras, éste inmediatamente era retirado y reunido por un integrante de la organización dando una participación del 10 por ciento del total consignado a quien facilitaba la cuenta destino de los giros no autorizados.La diferenciación de roles de esta organización delictiva define diversos papeles, entre los cuales se cuentan el rompedor de contraseñas o hacker, los reclutadores y captadores que obtienen los nombres de los titulares de las cuentas para la transferencia del dinero, y finalmente los beneficiarios de las transferencias de dinero.