El día más satisfactorio para el intendente de la Policía, José Reyes, en los dos años y medio que lleva al frente de la vigilancia de la Plaza de Bolívar de Pereira, fue cuando una mujer le presentó a dos de sus hijos y le contó que les iba a comprar ropa con el primer salario que recibió en el trabajo que él le ayudó a conseguir.Cuando rememoró ese momento, el intendente habló de una manera más pausada de lo normal y sus ojos se enrojecieron. Esa mujer es una de las 12 que ejercían la prostitución en la Plaza de Bolívar y ahora trabajan en una empresa de la ciudad."Cuando ella regresó de comprarle bluyines, tenis, medias y camisetas a sus hijos, les dijo a ellos: este sargento fue el que me ayudó a salir de la prostitución, y se tomaron una foto conmigo", recordó Reyes. Los hijos de la mujer creían que ella venía a Pereira a trabajar en una cafetería.Reyes es un cartagenero próximo a cumplir 40 años de edad. Hace 20 años ingresó a la Policía y aunque 13 de estos los ha dedicado a la policía judicial (en los departamentos de Bolívar, Atlántico y Córdoba), lo suyo es trabajar para la gente.Llegó a Pereira hace cuatro años y se reencontró con el coronel Gustavo Londoño, a quien conoció en Barranquilla. Él lo designó al grupo que manejaba el programa Eje Seguro, que brindaba seguridad en el sector rural del Área Metropolitana. Allí estuvo un año y medio y Londoño lo llamó para iniciar el programa Parques Seguros, piloto en el país. Le correspondió la Plaza de Bolívar.Lo primero que hizo Reyes en la Plaza fue estudiar el entorno, quiénes la habitaban de día y de noche. Encontró que los problemas de inseguridad, robos, riñas y consumo de droga giraban alrededor de la prostitución.Reyes, quien se autodefine como una persona que busca ir más allá en sus trabajos, se propuso sacar la mayor cantidad de mujeres de ese oficio y brindarles opciones diferentes de vida. Las censó y halló que en la plaza trabajan 98 prostitutas.Obviamente, todas no estaban en el lugar al mismo tiempo, tenían turnos diurnos y nocturnos. Hacer el conteo no fue fácil porque en muchos casos cerca de las mujeres estaban sus esposos o compañeros o los proxenetas y preguntaban para qué pedía la información.Los datos de las trabajadoras sexuales que recogió Reyes eran para iniciar un proceso para sacarlas de las calles. El segundo paso fue darles charlas sobre valores y normas de comportamiento, en auditorios que le prestaron comerciantes vecinos de la plaza. A la primera charla asistieron diez mujeres.Luego, con el apoyo de psicólogas y trabajadoras sociales de la Unidad de Protección para la Vida (UPV) de la Alcaldía de Pereira, hizo un cronograma de trabajo con el objetivo final se ganaran la vida de otra manera.Y como el proyecto no podía quedarse solo en charlas, Reyes y la UPV analizaron que empresas de Pereira podían darles empleo a las prostitutas. Una de esas empresas les dio el sí, pero les advirtió que ellas deberían superar el proceso de selección como cualquier persona.En el camino algunas desistieron y finalmente 18 fueron preseleccionadas y 12 obtuvieron el trabajo. De estas, algunas permanecen en la empresa y otras ahorraron y montaron su propio negocio.La continuidad del intendente Reyes en la Plaza de Bolívar, donde según él ya no permanecen prostitutas, no depende de él sino de sus superiores. La empresa que les dio empleo a las 12 mujeres dejó las puertas abiertas para otras y el intendente quiere seguir ayudando a las trabajadoras sexuales a cambiar de trabajo.Sentido de pertenencia por la PlazaAdemás de buscar que las prostitutas abandonen ese trabajo, el intendente José Reyes también realiza otras actividades en la Plaza de Bolívar de Pereira con el objetivo de que pereiranos y visitantes puedan disfrutarla con seguridad.Para alcanzar ese objetivo lo primero que hizo fue generar un sentido de pertenencia hacia la Plaza por parte de quienes las habitan regularmente.Reyes organiza campeonatos de fútbol en los que participan los lustrabotas, los loteros y los vendedores de minutos, los relojeros del lugar.En las bancas que rodean la Plaza de Bolívar un enjambre de hombres diariamente juega ajedrez. Para que estos otros pobladores del lugar lo cuiden, con algo tan sencillo como no arrojar basura al piso, el uniformado comenzó a organizar torneos de ajedrez.Los jueves en la noche, con el apoyo de los comerciantes cercanos, está realizando actividades culturales. La Plaza y la escultura del Bolívar Desnudo son iluminados con luces de colores y se ponen mesas para que las personas puedan disfrutar de comida y bebidas. Por Fernando Umaña Mejía, Corresponsal de EL TIEMPO Pereira