En 1967, la Policía Nacional decidió formar como profesores a un grupo de uniformados para que ayudara a suplir la necesidad de maestros en Villavicencio, en especial en las zonas más marginadas, donde los más pequeños no tenían acceso a la educación preescolar. A través de los años, el trabajo comunitario dio sus frutos y fue así como el 14 de diciembre de 2001 se decidió crear los jardines infantiles de la Institución, bajo los parámetros ordenados por la Secretaría de Educación y el Ministerio de Educación Nacional.
Con licencia en mano, se buscó educar a la máxima cantidad de niños entre los cuatro y seis años, a fin de fortalecer el trabajo educativo, social y comunitario, para crear valores y principios familiares y diseñar estrategias de colaboración entre comunidad y policía. A la fecha, miles de niños han sido promovidos a su básica primaria, producto de las alianzas con las instituciones educativas oficiales, para así continuar con el proceso de aprendizaje. Al frente de esta titánica labor ha estado un docente con vocación de líder y padre de los ángeles de la Institución, el intendente jefe Wilson Caballero Ortiz, actual coordinador de estos jardines. Lleva 22 años como policía, 15 de los cuales se los ha dedicado a la infancia.
También es el coordinador del programa Servicio Social Estudiantil, creado para atender jóvenes de noveno a undécimo grado, para que presten su servicio social estudiantil, liderado por la Policía de Infancia y Adolescencia, a través del cual se han creado líderes y multiplicadores de las diferentes temáticas que afectan la integridad de los niños, niñas y adolescentes, que se han organizado como multiplicadores en temas de carácter preventivo y labor social, en beneficio de la población vulnerable de la capital del Meta.
Como resultado de esta labor social y comunitaria, la coordinación de las diferentes sedes de los jardines infantiles ha demostrado la gran aceptación que tiene la comunidad con la Policía Nacional y su gran respaldo en acción preventivas y educativas, que involucran a la población de sectores marginados, líderes comunales, comuneros y autoridades civiles, que ven en este programa un gran trabajo en cuanto el fortalecimiento y enseñanza que se le brinda a los niños y niñas en su inicio a clases en la etapa de preescolar.
Tomado del libro ‘Nuestras historias’, 50 crónicas de héroes anónimos.