Como todos los días, los Patrulleros Esteban Sánchez y Óscar Pira patrullaban las concurridas calles de esta ciudadela al norte de la ciudad, allí entre llamados de auxilio, perros ladrando y uno que otro curioso, emprendieron una de las más titánicas misiones, recibir a una criatura que se avecinaba a un nuevo mundo.Tras hallar el hogar de donde provenían los insistentes llantos y con nervios de acero auxiliaron a una adolescente de tan solo 17 años de edad en labores de parto; fue allí donde su vocación se ponía a prueba. De inmediato procedieron a tomar contacto con la central de radio y a preparar los utensilios para acoger a este niño y trasladarlo hasta un centro asistencial junto a su madre.Este hermoso bebé transformó el turno de vigilancia de Sánchez y Oscar en "un regalo del cielo".