La intendente María Eugenia Pozu, galardonada este año como la mejor policía del país, analizó el modus operandi del asesino de 200 niños para detener a otros abusadores, como ¿el violador de la bicicleta¿. Cuando María Eugenia Pozu Ospina era tan solo una niña, acompañaba a su señora madre a cobrar la pensión que les dejó su padre, un consagrado suboficial de la Policía Nacional que falleció tempranamente. Mientras hacían la respectiva fila, la pequeña de 9 años se quedaba admirando el uniforme, la elegancia y la autoridad de las mujeres policías. ¿Algún día seré como ellas¿. Se dedicó a jugar baloncesto para ganar un poco de estatura y hace 20 años esta caleña se hizo policía. Desde un comienzo se perfiló como una investigadora nata y disciplinada, lo que la llevó a trabajar de civil y a guardar sus amados uniformes. ¿Me tomaba fotografías con ellos puestos y las colgaba en la pared de mi habitación¿. Los desgarradores testimonios de mujeres violadas la llevaron a convertirse en la cazadora de depredadores sexuales. Por años persiguió a Luis Alfredo Garavito, violador y asesino de unos 200 niños. Analizó todo su modus operandi y, tras su captura, se dedicó a encontrar el rastro de al menos cinco violadores en serie y docenas de abusadores que delinquían en Cali. Así identificó y capturo al llamado ¿violador de la bicicleta¿, un hombre condenado a 27 años por abusar de al menos 40 niñas, entre los 9 y 10 años. Cuando lo detuvo, el delincuente tenía puesto un collar hecho con aretes, moñitos y otros elementos de sus víctimas. También capturó al ¿violador de los buses¿, responsable de otras 40 violaciones, que buscaba a sus víctimas en el transporte público. También, metió tras las rejas a un sacerdote y a varios padres de familia que abusaban de niñas y niños. Por su impresionante labor silenciosa y efectiva, la Fundación Corazón Verde la distinguió como la mejor policía de Colombia.