Carlos Fernando Triana

Ceremonia de ascenso Patrulleros de Policía curso 006.

 

Por un instante, quiero ponerme en los zapatos de cada uno de ustedes para volver a sentir esas únicas e irrepetibles sensaciones que me cobijaron hace apenas 48 horas, cuando, acompañado de mi entrañable familia y grandes amigos, asumí la Dirección General de la Policía Nacional de Colombia.

Son momentos marcados por una mezcla de emociones que oscilan entre la alegría, el llanto y la satisfacción. Por eso, sé lo que están sintiendo en esta inolvidable mañana de jueves, que marcará para siempre la vida de cada uno de ustedes y de sus respetadas familias. Es el orgullo de portar el uniforme de una de las instituciones más queridas por los colombianos, cuyo buen nombre sobrepasa nuestras fronteras, en especial por las capacidades de sus 183.000 integrantes.

Apreciados patrulleros del Curso 006, a esta bella y centenaria institución es a la que ustedes pertenecen a partir de hoy. Es un privilegio que nos otorga la sociedad y debemos responder a este voto de confianza mediante el cual ella nos reviste de autoridad y legitimidad, las mismas que ejerció con creces el subintendente Jaime Andrés Ávila Vega, un valiente policía que ofrendó su vida en las calles de Soacha (Cundinamarca) enfrentando el flagelo del narcotráfico, para proteger a este país que nos guarda en su corazón.

Por eso, valoro que este curso lleve su nombre.  Es un reconocimiento a un buen ser humano y a un extraordinario policía, es un homenaje al compromiso de nuestra juventud con la patria. Tamaña responsabilidad la que heredan ustedes, los 4.581 nuevos integrantes de esta gran familia policial, incluidas 2.105 mujeres, 306 afrocolombianos, 67 indígenas, 13 mulatos y 2 raizales, como símbolo de la diversidad étnica y multicultural de nuestro país. Tengan presente que ahora son referentes sociales, cuyas actuaciones inspirarán a otros jóvenes y a la sociedad en su conjunto.

Nunca olviden que, ante todo, somos seres humanos, condición que nos tiene que llevar a convertir en costumbre el buen trato entre nosotros y con el ciudadano, quien espera un policía amable con la gente de bien y contundente con los criminales. A su vez, su formación integral les permitirá actuar con habilidad, con pleno conocimiento de la ley y con respeto absoluto por los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario.

Pero, sin duda alguna, lo que más espera la sociedad es que actuemos con la mayor transparencia, alejados de esos espejismos del dinero fácil que destruyen nuestra familia, hieren la confianza depositada por la ciudadanía en sus policías y quebrantan los cimientos mismos de la democracia.

Siempre reiteraremos que acatar los mandatos de nuestro Código de Ética no es una opción: tenemos que llevar una vida irreprochable y ser honestos en cada pensamiento y acción. Si nos desviamos de nuestro código ético solo nos espera la desgracia personal, familiar e institucional, incluida la pérdida de la libertad y hasta la propia vida.

La mayoría de ustedes, gracias al Gobierno Nacional, tuvieron el privilegio de estudiar con matrícula cero y culminar con reconocidos méritos el programa académico “Técnico Profesional en Servicio de Policía”, con registro calificado del Ministerio de Educación Nacional. El objetivo del programa es claro: educar de manera integral a personas con vocación social, como ustedes, para que se desempeñen como garantes de derechos y libertades, promotores de convivencia y seguridad ciudadana.

También tienen el conocimiento necesario para analizar, interpretar y actuar como primeros respondientes frente a cualquier requerimiento de la ciudadanía; cooperar en la investigación de delitos y contravenciones; ser promotores en materia de seguridad ciudadana, protección de instalaciones y líderes de seguridad vial;  actuar como dinamizadores de gestión para fortalecer el tejido social; ser protectores de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario; hacer uso racional de la fuerza y utilizar con destreza las armas; comprender la estructura del Estado para el desarrollo de la función pública y asesorar la toma de decisiones a través del análisis de datos, utilizando incluso la Inteligencia Artificial.

Son auténticos técnicos profesionales de policía. Además, destacable que 586 tengan formación académica adicional en distintas áreas del conocimiento, incluidos tres con especialización en alta gerencia, gerencia de la seguridad y salud en el trabajo y gestión de proyectos. Adicionalmente, 132 ostentan título profesional, en administración de empresas, contaduría pública, administración en salud, psicología, trabajo social e ingenierías, entre otros; al igual que 101 tecnólogos y 453 técnicos profesionales.

Aquí nos acompañan 840 graduandos de las escuelas Nacional de Carabineros, Metropolitana de Bogotá y Provincia de Sumapaz, lo mismo que el primer puesto a nivel nacional: el patrullero de policía Emiro Eduardo Cuello Lora, de la Escuela de Carabineros ‘Rafael Núñez’. Usted, un normalista superior y licenciado en educación básica, con dominio del inglés, es un digno representante de la bella ciudad de Sincelejo y orgullo de sus padres, la señora Hortencia del Carmen y don Emiro Antonio. Extendemos nuestro reconocimiento a los patrulleros de policía Luis Ángel Galarcio Miranda, Bayron Stiven Hernández Mojica y Paola Jiménez Rodríguez.

Todos ustedes tienen la misión de ayudar a consolidar nuestra hoja de ruta, que contempla cinco prioridades institucionales: una arremetida sostenida contra las distintas manifestaciones del multicrimen, protección del capital natural del país, lucha frontal contra la corrupción, Plan Democracia 2026 y consolidación de la Política Integral de Bienestar para la Fuerza Pública y sus familias, liderada por el Gobierno Nacional.

Como Director General de la Policía Nacional y como padre de familia los felicito por este importante logro en sus vidas y los invito a demostrarle al país que ustedes, apreciados patrulleros de policía, hacen parte ese selecto y privilegiado grupo de colombianos con la capacidad para ayudar a construir un mejor país, como el que soñó nuestro subintendente Jaime Andrés Ávila Vega.

 

¡Muchas gracias!

¡Dios y Patria!

Bogotá ,

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Bogotá,

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Bogotá,

En el año 49 Antes de Nuestra Era, Julio Cesar ya había alcanzado la cima de los Generales de la historia. Lo había conquistado todo.

Bogotá,