En el desarrollo del plan presidencial denominado, Construyendo Seguridad, mediante labores de registro y control por parte de los cuadrantes adscritos al Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, en la localidad de Antonio Nariño, fue ubicado un vehículo tipo camión que iba a ser descargado en una bodega del sector del barrio El Restrepo.
Mediante información suministrada y al realizar las indagaciones, se logró establecer que se trataba de un automotor proveniente de la ciudad de Cali, en donde se transportaban bolsas con agua, el cual había sido ingresado a una bodega.
Sin embargo, la suspicacia de los policías los llevó a indagar más allá, para determinar la veracidad sobre el trasporte del agua desde Cali, a la capital colombiana y desconfiando de la información que hasta el momento había suministrado un ciudadano, considerando que había ciertas irregularidades.
De esta manera, con apoyo de la SIJIN de Bogotá se asegura el lugar y se obtiene una orden de allanamiento para ingresar al otro día a la bodega donde supuestamente se iba a almacenar el agua.
Al interior del lugar, los investigadores encontraron otra mercancía que también venía en el camión y que ya había sido descargada. Se trataba de 10 lonas y 14 neveras que, al verificarlas hallaron en su interior, 575 kilos de marihuana, avaluada en 350 millones de pesos aproximadamente y que pretendían ser distribuidos en las denominadas ‘ollas’ del suroriente de la capital colombiana.
El estupefaciente fue puesto a disposición de las autoridades competentes para su incautación, sin embargo, la Policía Judicial ya cuenta con material probatorio para continuar con las indagaciones que llevarían a desarticular la estructura criminal responsable del envió de este cargamento, desde la capital del Valle del Cauca y de quienes lo recibirían y lo distribuirían en la ciudad de Bogotá.
Es importante resaltar que este, que se convierte en el cargamento más grande incautado durante este año, hace parte de una estrategia, diseñada por la Policía de Bogotá, que busca impedir que sustancias sicoactivas lleguen a las ‘ollas’ o reactiven zonas de expendio, rompiendo así, uno de los eslabones principales de la cadena del microtráfico.
Así mismo, del trabajo que se viene adelantando con Infancia y Adolescencia, para librar los entornos escolares y lugares de esparcimiento, donde los delincuentes pretenden instrumentalizar a niños, adolescentes y jóvenes en este mundo criminal de la drogadicción.
Mediante labores de investigación y actividades de vigilancia, en lo corrido del 2019, se logrado sacar de las calles de Bogotá, cerca de dos toneladas de distintas sustancias alucinógenas.
La Policía Metropolitana de Bogotá reitera su compromiso de continuar trabajando para desarticular las estructuras dedicadas al microtráfico y cerrarle la brecha a quienes pretendan vincular a nuestros jóvenes en este delito.