La Guajira, Riohacha
Viernes, 17 de Enero de 2020
Una clara evidencia de que los valores inculcados en el hogar siempre están presentes.
  • Patrulla de vigilancia

 Esta es la historia del señor Patrullero Manuel Eduardo Benavides Choles un hombre de 28 años de edad que convive en unión libre con Rosaura Pinto, es padre de tres niñas, Tatiana de seis años, Luisa de cuatro años y Lolita la niña de los moñitos rojos que tiene tan solo dos añitos.

Benavides tiene ya nueve años prestando sus servicios en la Policía Nacional, vive en una casa alquilada, tiene dos préstamos en el banco y ahora acaba de adquirir una deuda con dos paga diarios, que como su nombre bien lo dice, llegan diariamente puntualitos a las cinco de la tarde a cobrar la cuota de la deuda, la cual paga a cuenta gotas gracias a que Rosaura su señora, vende cubetas de hielo y bolis que ella misma prepara. El recibe el 50% de su salario, porque esta embargado, ya que a pesar de ser un tipo serio pagando sus deudas, le sirvió de fiador a un compañero de trabajo que sacó una motocicleta y otros electrodomésticos y este le quedó mal, por tanto, le embargaron su sueldo.

Nació y se crio en un barrio subnormal, con una gran problemática social, su entorno social era en gran mayoría conformada en su barrio por ladrones, consumidores y expendedores de droga, mujeres dedicadas al oficio de la prostitución, entre otras cosas, más nunca se prestó a seguir esos malos pasos, solo andaba con ellos buscando encajar en este obligatorio entorno que le tocó vivir. Cabe aclarar, que cuando él se juntaba a tratar con ellos, lo hacía a escondidas por que tanto su padre el señor Don Pedro, como su madre la señora Francisca, lo regañaban o en otras ocasiones le pegaban si lo veían reunido con estas personas, ellos no querían que su hijo tomara el camino de la delincuencia.

Don Pedro se ganaba el diario vendiendo agua en pimpinas en otros barrios, trasportándolas en un vehículo de tracción animal, halado por un burrito y la señora Francisca era ama de casa y de vez en cuando se ganaba unas monedas cosiendo o remendando ropa en una maquina vieja de pedal Singer, que tenía ya hace muchos años. Y así con gran esfuerzo y honradamente querían sacar a su hijo adelante.

De niño siempre soñó con ser policía, porque cuando veía a los agentes de su época bajarse de sus motos ruidosas, sus amigos, los que andaban en malos pasos corrían despavoridos diciéndoles el uno al otro, pilas vámonos que se metió el F2. Esto llenaba de alegría a este joven que se preguntaba por dentro como estas dos personas infundían respeto en su barrio, y también porque al acercarse a ellos, eran personas con carácter fuerte pero amables con la comunidad, por eso se juró que cuando grande sería policía y de esta forma tendría una buena vida, seria respetado y querido por las comunidades y lo mejor de todo les daría orgullo a sus padres que con esfuerzo, cariño y dedicación lo sacan adelante, buscándole un buen futuro.

Así pasó, ya después de haber estudiado y cumplido la mayoría de edad, logró superar las pruebas de incorporación e ingresó a esta bella Institución, empezó trabajando de buena gana, feliz de lo que hacía, enérgico como él solo, amable con la comunidad, en fin, su sueño hecho realidad. Pero como ya saben el tiempo fue pasando y por volverse desorganizado, confiado y hacer gastos económicos innecesarios en su vida, esta persona amable y feliz, poco a poco se fue apagando y convirtiéndose en una persona triste y amargada, que salía a trabajar solo con un pensamiento “QUIERO QUE SE APAREZCA LA VIRGEN Y ASI SALIR DE POBRE”. Más su mujer lo besaba y aconsejaba para que no pensara de esa manera, pero ya era tarde estaba poseído por el espíritu de la codicia. Salía a su servicio diario en una, motocicleta uniformada, casi siempre con un compañero de patrulla menos antiguo, el patrullero Normandía.

 Normandía venía de laboral de otro Departamento y siempre alegaba que le había ido muy bien, porque era un zorro jugado al momento de rebuscarse, siempre hablaba de eso durante el turno, pero Manuel no le prestaba atención a sus comentario, porque pensaba que él lo hacía solo para hacerse el importante, el vivo ante los demás, Manuel no se prestaba para actos de corrupción, lo único que si tenía en la mente y que una vez se lo hizo saber a Normandía era el de Coronar algún día en un procedimiento, pero era solo un pensamiento que difícilmente se le daría, decía para sí mismo, “el día que se me aparezca la virgen, no la voy a desaprovechar, agarro mi billete largo, mejoro mi vida y quedo sano”.

 Así llegaba a su casa después de terminar su turno, donde la mayoría de veces lo esperaban sus hijas en la puerta gritando “llegó mi papi, llegó mi papi. Cosa que le arreglaba el rato y más al ver a la más chiquita, la bebé de los moñitos rojos decir “Papi Poishía” y terminar con un abrazo y un beso de su mujer. Un día, se encontraban Manuel y Normandía haciendo tercer turno de vigilancia, patrullaban por su cuadrante como rutinariamente lo hacían, cuando de pronto escucharon un comunicado que la central de radio impulsaba, donde informaban que, por otra jurisdicción, unos particulares acababan de húrtale una muy fuerte suma de dinero y unas joyas de alto valor a un reconocido comerciante de la ciudad y que estas personas habrían emprendido la huida en un vehículo de alta gama con rumbo desconocido. Inmediatamente todas las patrullas de los cuadrantes realizaron un plan candado, con el fin de dar con el paradero de estas personas y así mismo dar con la recuperación del dinero hurtado. Luego de un rato de búsqueda por parte de todas las patrullas de vigilancia y especialidades, y al no tener éxito con la captura de estos victimarios, cada cuadrante regresó a sus jurisdicciones, más la de Manuel ¡No!, él y Normandía siguieron buscando por parte boscosa de su zona, hasta que después de tanto patrullar, encontraron escondido en una trocha, un vehículo con las características impulsadas por la central de comunicaciones con anterioridad.

 Muy sigilosamente los dos patrulleros se bajaron de la motocicleta y extremando medidas de seguridad se acercaron al vehículo, donde oportunamente lograron apuntar sus armas de fuego a dos personas que se encontraban dentro del mismo, dándose estos a la rendición inmediata, a los hombres le encontraron en su poder dos armas de fuego tipo pistola y en el vehículo hallaron un saco de tela que en su interior tenía las joyas de alto valor y la fuerte suma de dinero que venían en fajos de billetes de alta denominación. Cuando Manuel iba a reportar a la Central la captura de los particulares y el hallazgo de lo hurtado, Normandía le gritó, “que va hacer curso, no ve que esto ya está perdido, esto es de nosotros”, los capturados por su parte ya esposados, reviraron “escúchelo mi agente, suéltenos y quédese con eso, solo déjenos ir y ya, quedan sanos y con buena plata”. Manuel quedó impávido con la propuesta, nunca había visto tanto billete junto, era muy tentadora para negarse, a lo cual pensó que por fin se le había presentado la Virgen, con todo ese dinero arreglaría su vida, saldría de las deudas, le daría una buena vida a su familia, saldría de pobre y por fin sería Feliz.

Mientras que, por otro lado, Normandía seguía insistiéndole, “vamos curso no lo piense más, soltemos a estos malandros y quedémonos con todo este platal y las joyas”, los capturados también lo acosaban “Si mi agente no lo piense dos veces, ese dinero se lo mandó Dios, déjenos ir, a nosotros solo nos importa la libertad”.

 Ya después de tanta insistencia y de ponerse a recordar todo el trabajo que le tocó vivir de niño en su barrio, la situación que estaba pasando actualmente y de pensar que se le había aparecido la Virgen que tanto pidió, No lo dudó dos veces y pasó lo que tenía que pasar. En la noche después de terminar su turno, Manuel llegó feliz a su casa, como hace tiempo no lo hacía, entró a su cuarto y en la cama encontró dormida a su mujer y a sus tres hijitas, se acostó junto a ellas y susurrándole al oído a sus hijas les decía que hoy su vida había cambiado y que haría lo que fuera para que nunca les faltara nada. Rosaura al sentir susurros cerca de ella, despertó y vio a su marido al lado de las niñas, tenía los ojos encharcado de lágrimas, a lo que ella preocupada le preguntó que le había pasado, el con la voz entrecortada le dijo que salieran del cuarto para no despertar a las niñas mientras le contaba lo ocurrido; después de un rato de haberle contado la historia que le pasó en el turno de servicio, se puso a llorar como un niño chiquito, diciéndole que por fin se le había aparecido la virgen, informándole que al final capturó a las personas y junto a lo encontrado lo dejó a disposición de la autoridad judicial, bajo el enojo de su compañero de trabajo Normandía que no tuvo más opción que apoyar el procedimiento policial, renegando durante toda la judicialización.

Mientras que él lloraba y se desahogaba, su mujer al escuchar todo esto, lo abrazó y felicitó por haber hecho lo correcto, él se había dado cuenta a tiempo que la famosa Virgen que tanto pedía que se le apareciera, la había tenido siempre a su lado, desde el primer momento que llegó al mundo, la virgen era la dicha de tener unos padres que aunque de barrio muy humilde, le brindaron todo el cariño que pudieron darle, lo sacaron adelante honradamente y con buenos ejemplos, la virgen era la de haber nacido y crecido en ese barrio, donde aprendió hacer lo bueno y no lo malo de las personas, la virgen era poder trabajar en esta hermosa institución donde reforzó todos esos valores que trajo de casa, la virgen es tener su mujer e hijas, donde él tiene la dicha de ser su súper héroe favorito, un héroe que se viste de verde para cuidar el mundo.

Ya han pasado cinco años de ese acontecimiento y gracias al esfuerzo, dedicación y organización de su vida, todo mejoró, poco a poco fue saliendo de las deudas del banco, de los paga diarios, del embargo que tenía, está próximo a ascender al grado de subintendente y frecuentemente sale con su mujer y las tres niñas a caminar por diferentes barrios, en busca de comprar una casa, teniendo en cuenta que adquirió el beneficio de los 14 años y por fin va a dejar de pagar arriendo.

Normandía después del caso ese, solicitó al señor comandante de estación que lo cambiara de cuadrante sin decir motivos y se llegó a saber alguna vez que fue destituido de la Policía por estar inmerso en actos de corrupción. Hoy en día la familia Benavides Pinto, vive feliz, sabiendo que hacer el bien sin esperar recibir nada a cambio, es lo correcto y que felicidad de todo es la Familia. Por fin se les apareció la Virgen.

“La vida se trata de eso, vivirla sin complicaciones, solo vívela bien”.

Autor: IT. Elkin Arturo Iglesia Chovill