La Merced estaba de Fiesta. Acababa de entrar triunfante al pueblo caldense una caravana encabezada por seis gigantes caballos argentinos y sus respectivos jinetes, símbolo de un programa policial que ayuda a los más necesitados: ‘Carabineros por los caminos del café’.
Su mentor, el patrullero James Mauricio Díaz Londoño, reconocido con los premios 2012 a la Excelencia Policial y Joven Ejecutivo de la Cámara Junior Internacional de Manizales, Fijó los ojos en un hombre que con su actitud le dio más fuerzas para seguir adelante con el plan humanitario que gestó un año atrás. “No podía mover sus extremidades y para poder desplazarse debía hacerlo rodando, impulsado solo por las fuerzas de su amor y apego a la vida. Pese a su discapacidad, disfrutó como ninguno de los servicios médicos que le brindamos y agradeció los medicamentos entregados”, narra Díaz, nacido hace 32 años en Neira (Caldas).
Al igual que el agradecido anónimo, cientos de humildes pobladores de Manzanares, La Dorada, Supía, Rio Sucio y de su pueblo natal se han beneiciado de este ejército de 150 profesionales, uniformados y civiles, que, con el apoyo de la Gobernación de Caldas, recorren los caminos del café. Hasta el resguardo indígena de San Lorenzo ha llegado la mano amiga de estos jinetes de la esperanza.
Los médicos, odontólogos y sicólogos lideran las brigadas de salud, donan medicamentos y enseñan a los niños a cuidar sus dientes. Los abogados ayudan a solucionar problemas de linderos y escrituras. Los veterinarios desparasitan animales y cambian herraduras. Y los caballos de los Carabineros prestan sus lomos para contribuir a mejor la motricidad de niños especiales, mientras los perros protagonizan un show para todos los presentes. “Para uno como policía, no hay mejor reconocimiento que ver dibujada una sonrisa de agradecimiento en el rostro de un abuelo, de un niño o de una madre”.