La Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL (DIJIN), en coordinación con la Fiscalía 74 Seccional Unidad de Protección de la Propiedad Intelectual de Bogotá, desarticuló una organización criminal que fabricaba y adulteraba medicamentos, suplementos proteicos, hormonas de crecimiento y reconstituyentes, entre otros productos, que se constituían en un grave riesgo para la salud de los ciudadanos.
Tras una investigación de 2 años, en el marco de la ‘Operación Anabólicos’, fueron capturados el pasado lunes de manera simultánea en Bogotá, Bucaramanga y Girón (Santander), 10 presuntos integrantes de esta red, quienes tenían roles definidos como fabricantes, imitadores de productos y comerciantes.
Esta organización, descubierta tras la denuncia de una fuente humana, ofrecía bajo la marca de un supuesto laboratorio, medicamentos y anabólicos fraudulentos, creados a partir de insumos de uso veterinario y otros elementos como cemento y cal.
Su principal actividad delictiva consistía en adulterar productos reconocidos y certificados, por lo que algunos laboratorios se constituyeron como víctimas dentro del proceso, además que los clientes principales de la red criminal que eran personas que se dedican al levantamiento de pesas y otras actividades deportivas.
Se calcula que, antes de la pandemia, esta organización obtenía ganancias ilícitas de unos 20 millones de pesos mensuales, cifra que se habría reducido a la mitad con ocasión del COVID-19, no obstante, tenían actualmente una considerable demanda gracias a la publicidad adelantada a través de portales de Internet y redes sociales.
Las entregas de estos productos se efectuaban a domicilio, ya que no contaban con establecimientos o puntos fijos para su comercialización, a lo que según fuentes de laboratorios legalmente constituidos, aseguran que el consumo de productos adulterados puede tener consecuencias adversas para la salud como problemas renales, hepáticos, formaciones de tumores y desórdenes hormonales. Incluso, su consumo excesivo y prolongado podría causar hasta la muerte.
En esta investigación se emplearon técnicas como interceptación de comunicaciones, compras para actos de verificación, búsqueda selectiva en bases de datos y preservación de evidencia digital, entre otras.
En total se efectuó la incautación de más de una tonelada de elementos, entre los que figuran 5 máquinas para la fabricación de medicamentos, más de 1.700 productos de distintos laboratorios, al menos 3.300 cajas para empacar sustancias adulteradas, 7.500 adhesivos, 1.000 etiquetas, celulares, discos duros y una plancha con artes de los productos falsificados.
Los 10 capturados fueron puestos a disposición de la justicia (se está adelantando el proceso de judicialización) por los delitos de corrupción de alimentos, productos médicos y material profiláctico; imitación o simulación de alimentos, productos o sustancias y concierto para delinquir.
Estas conductas delictivas, en promedio, contemplan penas entre los 7 y los 14 años de prisión.
Invitamos a los ciudadanos que conozcan este tipo de casos a que se comuniquen con la línea 123 o que acudan a las salas de denuncia de la Fiscalía y la Policía Nacional.