Luis Hemel y Fanny, historia de un amor que floreció en el Llano y perdura para siempre
El calendario señalaba que era sábado 8 de abril de 1995, víspera del domingo de ramos y las primeras sombras de la noche caían sobre el frío ambiente de Bogotá cuando el sacerdote expresó las palabras que enlazarían dos vidas para siempre: “los declaro marido y mujer”. Era el momento más feliz de un romance que había iniciado en el corregimiento de Veracruz, incrustado entre los caminos verdes y los árboles gigantescos de los Llanos Orientales.
En ese lugar casi desconocido por el mundo, vivía y trabajaba un joven suboficial que en los días decembrinos de 1990 llegó para comandar la pequeña estación de policía. Sus planes eran hacer un trabajo honesto y dedicado como bien sabía hacerlo. Pero Dios y la vida lo sorprenderían de una manera especial. Pero no nos adelantemos porque el amor no tiene prisa y el universo no conspira a altas velocidades.
Los recién casados, Luis Hemel López Ortega y Fanny Esther Castro, dos almas que Dios —con la delicadeza de un poeta sabio— unió en una jugada exacta de relojería divina. Él tenía la mirada amplia, cargada de horizontes, como quien contempla desde lo alto el océano verde de los Llanos Orientales y siente que la vida guarda caminos infinitos entre los pastizales ondulantes. Ella, mujer de nobleza serena, llevaba en su rostro la luz de una reina coronada con ternura, galantería y ese amor que florece en quienes han aprendido a amar sin temor.
Él, custodio del orden, caminaba con la determinación de quien protege lo que ama. Ella, artesana del idioma, enseñaba a los niños a descubrir los tesoros escondidos en las palabras, como el genio que entrega un mapa hacia los sueños. Él vestía el verde de la sabana, como si el viento lo hubiera cubierto con los colores de la esperanza. Ella lucía prendas frescas y decorosas que exaltaban su hermosura y la resguardaban del calor abrasador de aquella mitad del país donde el sol gobierna los días y la vida hierve bajo su poderío.
En enero de 1991, el destino —disfrazado de instante cualquiera— tejió su encuentro. Fanny regresaba de Bogotá y jamás imaginó que una cámara fotográfica sería el objeto por el cual el cabo López la distinguiría entre la multitud. Un gesto casual, provocado por el agente Sergio Piñeros, bastó para encender la historia donde brotarían versos, melodías, amor sin medida y pasiones sin relojes.
La poesía y la pasión por enseñar se volvieron un puente hacia el corazón. En aquellas tardes donde el crepúsculo caía como un manto de luz bordado con hilos de fuego, y en noches de luna llena —redonda, brillante, colgada como un fruto de plata sobre los techos del pueblo— nacieron promesas de eternidad. Fanny desbordaba belleza y dulzura. Luis Hemel, hombre de presencia firme y alma elegante, atraía miradas soñadoras y suspiros discretos por los caminos de piedra y las calles polvorientas. Pero su corazón ya había encontrado un hogar en los ojos de Fanny, azules como el mar, en su voz capaz de detener el tiempo y en su espíritu noble, firme y generoso.
Y todo eso —las palabras calladas, la luz que los seguía, el viento que parecía celebrar cada encuentro— era apenas el inicio de lo que la vida, con paciencia de sembrador, había preparado para ellos.
El calendario, firme en su danza de manecillas y destinos, giró hacia horizontes inesperados, trayendo consigo sorpresas amargas y dulces. Fanny, maestra de luz y sabiduría, fue enviada al corazón palpitante del río Meta, en Puerto López, un puerto fluvial que se erige como el ombligo de Colombia, lugar equidistante entre los extremos de la tierra. Luis Hemel, soldado del deber, siguió su propio camino hacia San Pedro de Guajaray, donde las rutas se disuelven en la espesura de Cundinamarca, como si el mundo se ocultara detrás de la selva.
Como un obelisco erguido en el Alto de Menegua, Puerto López se alza en su quietud, punto de encuentro de coordenadas que marcan el centro del país. Así, la distancia entre Fanny y Luis, aunque vasta, también era equidistante, un espacio donde no cabía la ausencia, sino la promesa. Y aunque separados por kilómetros, como dos
orillas distantes del río Meta, el amor no los dividió; al contrario, lo avivó.
Cada latido de distancia era como la corriente del río que separa, pero al mismo tiempo une, dos destinos paralelos.
Luis Hemel, con la solidez de su experiencia y la convicción de sus sueños, logró lo impensable: su traslado a Puerto Gaitán. Desde allí, sus pasos lo acercaban más a Fanny, quien, con la misma dedicación con que enseñaba a sus alumnos, llevaba su amor por él como una llama viva. Pero el amor, como la luna, tiene sus sombras.
En 1992, el uniforme del deber se volvió más pesado que nunca. Luis Hemel, convocado por la Escuela de las Américas, emprendió rumbo a los Estados Unidos.
Mientras subía los peldaños del avión, sus pasos eran dolorosos: el eco de sus botas sobre el metal retumbaba como un adiós sin palabras. El corazón le pesaba más que el equipaje, y aunque el cielo se abría frente a él, sentía que dejaba su mundo abajo, en la tierra cálida donde Fanny seguía esperando. El avión despegó, pero a él no se le despegó la tristeza. El océano se extendió ante ellos como una página en blanco entre dos versos que compartían la misma tinta, y de nuevo la distancia se alzó como murallas invisibles.
El sol, cómplice de sus silencios, les enviaba noticias sin palabras. Las estrellas, cual semillas de luz, iluminaban pensamientos llenos de promesas. No lamentaban la separación, porque sabían que el amor, aunque retarda su llegada, nunca se desvanece. Al fin y al cabo, Puerto López, el ombligo del país, también es un símbolo de la conexión que puede existir entre dos corazones, sin importar cuán lejos estén.
Luis Hemel prometió unirse a ella en un abrazo sagrado. Fanny, con el corazón lleno de esperanza y la paciencia de quien espera lo que sabe que llegará, recibió esa promesa como quien acoge una verdad inquebrantable. Y esperó. El conflicto en la Orinoquía retrasó sus planes, pero jamás apagó su luz. El amor, como bien saben los que han amado, se demora, pero nunca abandona.
Finalmente, en 1995, llegó el anhelado día. El punto de encuentro para cumplir con el protocolo policial fue Villavicencio, la capital de esa media Colombia a la que conocemos como Llanos Orientales. Era necesario pedir formalmente la autorización del matrimonio católico ante el señor coronel, comandante del departamento. Ya había pedido la mano de la novia a los padres, por lo que todo estaba listo.
El día de la boda, el mundo se volvió un instante detenido en la respiración de los pájaros. Él llegó vestido de verde oliva, el uniforme número 3 planchado por la esperanza, condecoraciones brillando como soles pequeños en su pecho. Ella, vestida de blancura absoluta, llevaba un vestido que parecía tejido por las nubes que madrugan sobre los llanos.
Cada encaje era un suspiro, cada pliegue, una promesa. Esa fecha marcó el comienzo de una historia luminosa, sembrada por los hilos del destino. Hay amores que despiertan con la claridad de lo inevitable, como quien abre los ojos y ya conoce el paisaje. El de ellos despertó así: como el sol filtrándose entre los marañones, con ternura que abraza, con fuerza que arraiga, con un resplandor que se queda en la piel y en la memoria.
La iglesia olía a flor fresca y a madera antigua. Las columnas, testigos silentes del amor, estaban adornadas con lirios y cintas que parecían bailar con el viento invisible. El aire tenía sabor a gloria sencilla. En sus manos se encontraron como se encuentran los ríos: no para sumarse, sino para volverse uno. Y cuando dijeron "sí", fue un sí que tembló en los vitrales, que ascendió hasta las campanas, que se volvió semilla de eternidad
Después de aquella ceremonia que selló su unión ante el cielo y los hombres, la vida comenzó a desplegarse como una sábana al viento, limpia y tibia. Los días se volvieron más generosos, y las noches, más apacibles. El amor que habían cultivado en la distancia ahora echaba raíces en la cercanía, y pronto dio frutos.
Así llegaron Fanny Brigeth, con su sonrisa de miel y vocación por sanar desde la precisión, quien más tarde se convertiría en odontóloga, dedicada al arte de restaurar sonrisas. Y Harold Hemel, espíritu justo desde la infancia, llamado a defender causas nobles con la firmeza de la razón y la integridad de su carácter, quien con el tiempo abrazó los códigos y se hizo abogado.
Con ellos, el hogar se volvió un territorio sagrado de juegos, aprendizajes y pequeñas alegrías cotidianas. La familia se estableció en Villavicencio, donde el destino les ofreció una estación de estabilidad. Luis Hemel fue trasladado a la Escuela de Carabineros Eduardo Cuevas, y por primera vez en mucho tiempo, los relojes dejaron de contar ausencias.
Allí, en la ciudad rodeada de llanos y abrazada por colinas, ambos trabajaban en la misma tierra, compartiendo no solo un techo, sino también labores y sueños. Era el tiempo de las raíces, cuando el amor ya no tenía que viajar: florecía en casa.
Pasaron los años, y el suboficial, ya sargento mayor, alcanzó su retiro en 2015. Aquel día fue el cierre de una etapa, y el desprendimiento de una piel que había vestido durante décadas. Colgó su uniforme con la solemnidad de quien despide a un viejo compañero de batallas. La nostalgia le caló hondo, como la lluvia fina. Caminó despacio por los pasillos de la Policía Metropolitana de Villavicencio, consciente de que no volvería a escuchar el llamado del deber en el mismo tono. Le dolió el adiós, pero no le pesó. Porque lo dio todo.
Desde entonces, sus días se tiñeron de una paz bien ganada. Regresó a su alma mater, la Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo Gonzalo Jiménez de Quesada, ahora como docente. Allí, las clases comienzan con una voz firme que no ordena, sino que inspira. Enseña con paciencia de río antiguo, compartiendo técnicas y vivencias, con la autoridad de quien ha pisado cada baldosa del camino. Sus estudiantes lo escuchan con atención, y en sus ojos se asoma ese respeto limpio que solo despiertan los maestros verdaderos.
Y cuando el aula se despide con un silencio de reconocimiento, Luis Hemel vuelve a casa, allá en la Sabana de Bogotá. Allí lo esperan las flores: sus pequeñas patrias de pétalo y color. Las riega con la devoción de quien riega la memoria, y las mira como si cada una llevara un poema escondido. Usa palabras amorosas: "te recuerdo", "gracias", "aquí estoy". Margaritas, rosas, claveles, cayenas y lirios reciben el agua como una caricia.
Y en ese instante —que dura apenas lo que un verso bien dicho—, el mundo se detiene. Entonces, vuelve a pensar en sus hijos, en sus nietos, y en el amor primero, Fanny, que lo espera con la ternura intacta como en sus primeros años.
Treinta años después, celebraron sus Bodas de Perla. Luis Hemel volvió a ponerse el uniforme, esta vez azul, reservado para las ocasiones especiales de los suboficiales. Fanny, por su parte, había guardado su vestido blanco como un tesoro, con la misma delicadeza con la que se conserva un recuerdo querido. Lo ajustó, lo cuidó, y lo volvió a lucir con la misma emoción del primer día. En el convento de las Hermanas de la Comunicación Social en Cajicá, Cundinamarca, con la bendición de un sacerdote local y rodeados del amor de sus hijos, renovaron sus votos. Estuvieron allí, entre otros familiares, su madrina de aquel 8 de abril de 1995: su sobrina Luz Marina Vega. Lamentó que su padrino y hermano Fernando López, no estuviera presente, pues la muerte natural lo había sorprendido años atrás.
Ese día, el eco de los vallenatos románticos se hizo presente de nuevo. Como si el tiempo no hubiera pasado, las melodías llenaron el aire, y con ellas, el corazón de Luis Hemel volvió a latir con la misma emoción del primer baile.
Mientras sonaba “Bonita” de Diomedes Díaz su voz evocó aquellos versos:
Oye, bonita, cuando me estás mirando yo siento que mi vida cubre todo tu cuerpo, oye, bonita, cuando me estás mirando yo siento que mi vida cubre todo tu cuerpo , oye, bonita, y me siento tan contento que en el instante pienso como será mañana cuando te bese totalmente confiado que si alguien está mirando me comprenda en seguida que tus ojos me dominan…
Así, la mujer que había sido su compañera, su amor, su refugio, e incluso su enfermera en aquellos momentos difíciles, seguía ahí, firme, como sus promesas.
Hoy, esta pareja es luz y símbolo. Su historia revela que el amor genuino crece con los años, se fortalece con las pruebas y se amplifica con la distancia. La fidelidad, el respeto y la ternura son los verdaderos trajes que se deben vestir cada día.
Desde los más remotos rincones de la patria, llegaron las felicitaciones a la familia López Castro, por haber edificado un hogar tan lleno de amor y esperanza. Que el Dios que los unió en la iglesia Santa Catalina Labouré siga guiando sus pasos, para que su historia siga siendo una melodía que inspire a nuevas generaciones a amar con la fuerza del alma, especialmente a las nuevas parejas de hombres y mujeres policías que han hecho vida en común, soñando con una gran familia y permaneciendo fieles a los valores que la institución les ha dado.
Porque el amor es como la semilla que se siembra en la tierra fértil, siempre da frutos abundantes y jamás se marchita. Como está escrito: "Y, sobre todo, vístanse de amor, que es el lazo perfecto." (Colosenses 3:14)
Intervención coordinada de la policía nacional y la alcaldía de Medellín para prevenir el delito
En el marco de la estrategia integral contra el multicrimen, y como parte de la implementación del Plan Cazador, la Policía Nacional de Colombia, en coordinación con la Alcaldía de Medellín, a través de las Secretarías de Seguridad y Movilidad, desplegó una intervención de alto impacto en la comuna 11 – Laureles, orientada a la contención del delito y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
Durante el desarrollo de esta ofensiva, se instaló un punto de acopio estratégico con la participación de más de 60 uniformados pertenecientes a las diferentes especialidades del servicio policial, quienes adelantaron acciones de prevención y control mediante registros a personas, verificación de antecedentes, control vehicular y patrullajes focalizados.
Como resultado de la intervención operativa, se logró:
• La captura de un hombre de 35 años, requerido por orden judicial por el delito de feminicidio agravado por hechos ocurridos en el año 2017.
• La aprehensión de dos hombres de 27 y 46 años, señalados por su presunta participación en un hurto a residencia; durante el procedimiento se recuperaron joyas de oro avaluadas en más de ocho millones de pesos.
• La detención de un sujeto de 44 años, quien portaba 40 dosis de bazuco listas para su distribución en barrios del occidente de la ciudad.
• La captura de un hombre de 20 años, en el barrio Los Naranjos, por el delito de falsedad marcaría, ya que este conducía una motocicleta con la placa alterada.
De igual manera, se adelantaron más de 800 registros preventivos, se inmovilizaron 27 motocicletas, se impusieron 39 comparendos de tránsito, se incautaron 14 armas blancas, y cinco personas fueron conducidas al Centro de Traslado por Protección (CTP) por alteraciones al orden público.
Estas acciones no son hechos aislados. Hacen parte de una estrategia sostenida de seguridad y convivencia, mediante la cual la Policía Nacional, en articulación con las autoridades locales, actúa con contundencia frente a fenómenos criminales que afectan la vida, la integridad y el patrimonio de los habitantes de Medellín.
La Policía Nacional, continuará desplegando estas intervenciones focalizadas en todos los sectores del Área Metropolitana, anticipándose al delito y debilitando las estructuras que amenazan la tranquilidad de la ciudadanía.
El trabajo coordinado entre los operadores de cámaras y las patrullas de vigilancia nos permite una efectividad contra el hurto
En el marco de la estrategia integral contra el hurto, la Policía Nacional de Colombia en coordinación con la alcaldía de Medellín, logró un importante resultado operacional gracias a la articulación tecnológica del sistema de cámaras LPR y la oportuna reacción de las patrullas de Vigilancia.
Una alerta generada por una de estas cámaras permitió identificar una motocicleta que se movilizaba por Laureles, que figuraba como hurtada y que, además, estaría implicada en múltiples casos de hurto a personas en diferentes sectores del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. la rápida respuesta de las patrullas quienes estaban siendo orientadas por los visualizadores de cámaras, lograron interceptar el vehículo en el barrio El Chagualo, donde se procedió con la captura de un hombre de 24 años de edad.
De acuerdo con información recolectada por los uniformados, este sujeto posiblemente habría participado de un violento caso de hurto ocurrido el pasado 29 de mayo en el barrio El Poblado, donde mediante intimidación con arma de fuego despojaron a una mujer de su teléfono celular, no sin antes arrojarla al suelo y arrastrarla, generando gran indignación entre la ciudadanía.
El capturado fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación por el delito de receptación, y se adelantan las audiencias preliminares. Paralelamente, la Policía Judicial avanza en la investigación de otros hechos delictivos en los que este individuo podría estar involucrado.
Resultados operativos en la lucha contra el hurto:
Durante el 2025, el delito de hurto a personas en el Valle de Aburrá ha presentado una reducción del 31%.
El hurto de motocicletas ha disminuido en un 38%.
En lo corrido del año, se ha logrado la captura de 1.150 personas por hurto y 434 por receptación.
La Policía Nacional continúa desplegando todas sus capacidades operativas, tecnológicas y humanas para contrarrestar los delitos que afectan la tranquilidad y seguridad de los ciudadanos, reafirmando su compromiso con la protección de la vida y el patrimonio de todos los colombianos
Refuerzo de la seguridad y la prevención en puntos estratégicos para proteger la vida
En el marco del compromiso con la protección de la ciudadanía, la Policía Nacional de Colombia ha desplegado un robusto dispositivo de seguridad y prevención en el territorio, enfocado en la temporada de vacaciones escolares y el pago de la prima de mitad de año, momentos en los que se incrementa la movilidad, la actividad comercial y los riesgos asociados a hechos delictivos.
Con patrullajes motorizados, vigilancia a pie y puestos fijos en zonas de alta afluencia como centros comerciales, supermercados, cajeros automáticos, entidades bancarias, terminales de transporte, parques y puntos turísticos, se desarrollan planes operativos y preventivos dirigidos a contrarrestar el hurto en todas sus modalidades.
Así mismo, se realizan controles con verificación de antecedentes, registros a personas y vehículos, sumado a campañas preventivas puerta a puerta en barrios, donde se fortalecen las redes de participación cívica y los frentes de seguridad en coordinación con líderes comunitarios y juntas de acción comunal.
Durante este periodo, también se intensificaron las actividades lúdico-preventivas con niños, niñas y adolescentes, con el fin de sensibilizar sobre los riesgos del consumo de sustancias psicoactivas, el reclutamiento forzado, el uso adecuado de redes sociales y la prevención de riñas.
En cuanto al comercio, se acompaña a empresarios y vendedores con recomendaciones de seguridad, instalación de alarmas comunitarias y articulación con cámaras de vigilancia públicas y privadas, garantizando una respuesta rápida y efectiva ante cualquier eventualidad.
La Policía Nacional recuerda a la ciudadanía que nuestras líneas de emergencia 123 y 155 mujeres víctimas de violencia basada en género, están activas las 24 horas del día, como canales vitales para la protección de la vida y la integridad de todos los colombianos.
El Grupo de Despliegue de Gestión Comunitaria continúa trabajando hombro a hombro con la comunidad, porque prevenir es proteger.
Reiteramos nuestro compromiso institucional con la vida, la tranquilidad y la convivencia.
Estamos presentes: en las calles, en los barrios y en cada rincón del Área Metropolitana.
10 meses de investigación permitieron identificar y capturar a cinco integrantes de red criminal
La Policía Nacional de Colombia, en el despliegue de la ofensiva contra el multicrimen y el delito en coordinación con la Fiscalía General de la Nación desarrollo una operación orientada en capturar a un grupo de personas que estarían afectando la tranquilidad de las personas a través de la ejecución de conductas delincuenciales contra conductores de plataformas de servicio de transporte, logrando la captura de 5 hombres por su presunta participación en estos hechos.
En el marco de la estrategia institucional contra todas las manifestaciones del delito, funcionarios de la Seccional de Investigación Criminal, adelantó una operación contra un grupo delincuencial conocido como “los martillos”, con el objetivo de desarticular esta estructura delincuencial al servicio del Grupo Delincuencial Organizado “Pachelly”, dedicada a cometer delitos de alto impacto por medio de simular ser usuarios.
Gracias a un trabajo investigativo de más de 10 meses, se logró recolectar los elementos materiales de prueba que evidenciaban la presunta participación de estas personas, logrando la expedición de las órdenes de captura por orden judicial por los delitos de secuestro extorsivo, tentativa de homicidio, concierto para delinquir y hurto calificado y agravado, de cinco hombres, cuyas edades oscilan entre los 23 y 26 años.
Quienes concertaban su participación en las acciones delictivas asumiendo diferentes roles así: el hombre conocido como “calabaza”, sería el líder ejecutor, “choto”, coordinador ejecutor y “gancho”, “pollo” y “mico”, integrantes y ejecutores. Durante el proceso investigativo se logró identificar al menos 12 víctimas, atacadas entre el 2 de febrero y el 4 de mayo del presente año.
Según las indagaciones, estos sujetos solicitaban servicios de transporte a través de plataformas digitales, y una vez dentro del vehículo, intimidaban a los conductores con armas de fuego, los amordazaban y despojaban de sus pertenencias, incluyendo teléfonos móviles y claves bancarias. Posteriormente, las víctimas eran conducidas a zonas boscosas y apartadas entre los municipios de Copacabana y Bello, donde eran abandonadas o, en algunos casos, lanzadas al río, atentando contra su vida.
Los capturados fueron puestos a disposición de la autoridad competente y posterior al desarrollo de las audiencias preliminares un juez de control de garantías les impuso medida de aseguramiento intramural en centro penitenciario.
Cabe destacar que estas personas presentan antecedentes judiciales por los delitos de secuestro extorsivo, hurto, lesiones personales, receptación, tráfico de estupefacientes y violencia intrafamiliar.
La Policía Nacional continúa trabajando de manera articulada con la Fiscalía General de la Nación para neutralizar estructuras criminales que afectan la seguridad ciudadana y reitera su compromiso con la protección de la vida, la integridad y el patrimonio de los colombianos.
En la capital risaraldense es capturado un sujeto por el delito de acto sexual con menor de 14 años
En la defensa permanente de nuestros niños, niñas y adolescentes, materializan en la carrera 9 con calle 19 la captura de un ciudadano de 19 años, por el delito de acto sexual con menor de 14 años y en concurso heterogéneo y sucesivo con delito de actos sexuales violentos agravado.
Esta persona es sorprendida en vía pública, y al momento de solicitarle antecedentes judiciales, se puede establecer que este ciudadano es requerido por una autoridad de Tumaco Nariño, por hechos presentados en el año 2018. Por último, seguiremos con las actividades operativas y preventivas en pro del bienestar de nuestros niños, niñas y adolescentes.
Este resultado responde al compromiso de la institución por garantizar la seguridad y convivencia de los habitantes del área metropolitana de Pereira; a su vez, invitamos a nuestros ciudadanos a que nos informen de manera oportuna cualquier actuación que afecte la convivencia y seguridad ciudadana, a través de la línea única de emergencias 123, o a los números de celulares 3143587212 de la Seccional de Inteligencia Policial y 3203057117 de la Seccional de Investigación Criminal.
En flagrancia es capturado un hombre por porte ilegal de armas de fuego
Gracias a la utilización de tecnología de punta, la Policía Nacional en el barrio El Rosal de la capital risaraldense materializa la captura por porte ilegal de armas de fuego de un ciudadano conocido como “Mamita”, presunto actor criminal de la capital risaraldense.
La persona antes relacionada se encontraba en un punto fijo del mencionado barrio y, al ser detectado, trata de huir, siendo alcanzado, y al registrarlo se le encuentra en su poder un arma de fuego ilegal, tipo pistola, con munición para la misma.
Este hombre, quien ha sido un recurrente actor criminal, pertenecería al brazo armado de un grupo delincuencial conocido como los Rebeldes, siendo uno de sus principales coordinadores; a su vez, sería expendedor de estupefacientes del barrio El Rosal.
Resaltamos que, al momento de la captura, algunos ciudadanos trataron de realizarle asonada a los uniformados, por lo cual se hizo necesario utilizar todos los protocolos existentes para neutralizar dichas amenazas; en medio de dichas actividades, es capturada otra persona, por el delito de tráfico de estupefacientes, la cual se encuentra para cumplir una condena de 48 meses de prisión.
Este resultado responde al compromiso de la institución por garantizar la seguridad y convivencia de los habitantes del área metropolitana de Pereira; a su vez, invitamos a nuestros ciudadanos a que nos informen de manera oportuna cualquier actuación que afecte la convivencia y seguridad ciudadana, a través de la línea única de emergencias 123, o a los números de celulares 3143587212 de la Seccional de Inteligencia Policial y 3203057117 de la Seccional de Investigación Criminal.
En el barrio la Isla es capturado por el delito de porte ilegal de armas de fuego
En la ofensiva permanente en contra de líneas del crimen dedicadas al sicariato en la capital risaraldense, es capturado un ciudadano conocido como “Pemberty”, por el delito de porte ilegal de armas de fuego. La actividad operativa fue adelantada en el barrio la Isla, donde integrantes de la vigilancia de la Policía Nacional visualizan al antes descrito, quien al notar la presencia de los uniformados trate de huir, siendo interceptado de manera oportuna, encontrándole en su poder un arma de fuego ilegal, tipo revólver, con munición para la misma.
Este sujeto pertenecería al grupo delincuencial Cordillera y estaría dedicado a afectar la vida de nuestros ciudadanos a través del sicariato; cabe resaltar que en lo corrido del año se llevan un total de 182 armas de fuego incautadas; resultados que generan un impacto positivo en los diferentes delitos que se presentan en el área metropolitana de Pereira.
Este resultado responde al compromiso de la institución por garantizar la seguridad y convivencia de los habitantes del área metropolitana de Pereira; a su vez, invitamos a nuestros ciudadanos a que nos informen de manera oportuna cualquier actuación que afecte la convivencia y seguridad ciudadana, a través de la línea única de emergencias 123, o a los números de celulares 3143587212 de la Seccional de Inteligencia Policial y 3203057117 de la Seccional de Investigación Criminal.